Durante el estudio, que duró seis días, se dio seguimiento a 14 niños saludables, quienes llevaban en sus muñecas un sensor que registraba su actividad nocturna. La última noche, los científicos atenuaron la iluminación. Se demostró que la hormona melatonina, que regula el ciclo de sueño, es sensible a la luz. Todas las noches el nivel de melatonina de las personas se eleva y, poco después, comienzan a sentir sueño.
Los autores del estudio recomendaron que para que los niños descansen deben estar en ambientes cómodos y con poca luz, para que la melatonina se mantenga en niveles normales.