La 58 edición de la pasarela madrileña, que culmina con la presentación de jóvenes creadores emergentes en la plataforma EGO, ha abierto este año por primera vez sus puertas a Latinoamérica con Perú como país invitado.
Meche Correa, diseñadora y artista, ha basado su colección en el arte y la cultura peruana que ha acercado a la moda contemporánea a través de telas pintadas a mano en encajes y bordados sobre transparencias de tul y organza para faldas y vestidos.
Correa ha confesado en que no sigue las tendencias sino que el arte peruano es el alma y corazón de sus diseños de tal forma que recrea la pintura de la escuela cuzqueña y la influencia española en su país.
Jessica Butrich ha traído a Madrid una colección muy juvenil con dibujos gráficos pop de frutas y corazones en la que han destacado los complementos y accesorios que también diseña esta creadora.
Su colección Amor imposible utiliza la combinación del blanco y negro y el celeste para recordar el frío y los colores que llegan hacia el rojo para el calor.
Inspirada en el vestuario utilizado en la sierra peruana, Sitka Semcsch ha mostrado una colección de ropa que pueda vestirse fuera de la pasarela en colores en tonalidades tierra y de piezas superpuestas realizadas en algodón, lino y seda.