De acuerdo con el libro de tendencias Colour Futures 2014, este tono “combina la armonía natural del verde con la tranquilidad del azul, y todo ello converge en el equilibrio perfecto”.
El turquesa es versátil. Se adapta perfectamente a tonos neutros, puros y lisos, así como a texturas y formas, como detalles en madera.
Al momento de pintar se recomienda elegir tonos de la misma gama, a fin de producir el efecto “color block”, el cual permite intercalar el turquesa con el índigo.
Si la persona desea que los cambios apenas se perciban, el estilo “revolución silenciosa” es el ideal, puesto que propone una imagen que va desde los tonos neutros hasta otros más llamativos.
Con la técnica “margen de prueba” se crea una paleta más vanguardista, ya que se fusiona con materiales como la madera oscura, el mármol, el corcho y el hormigón.