La dermatitis atópica es crónica e inflamatoria, hasta ahora no tiene una cura porque el problema se centra en la genética del paciente. El 70 por ciento de los pacientes tienen historial familiar de esta enfermedad.
El riesgo de padecerla si uno de los padres ya la presenta es del 20 por ciento, pero si ambos padres tienen esta condición, aumenta al 50 por ciento.
En esta enfermedad la función de protección de la piel es defectuosa, dice Noël y lo compara con una ciudad fortificada que necesita una muralla fuerte y sólida para mantener afuera lo que no queremos que entre o salga y si esa muralla tiene grietas y agujeros van a entrar enemigos que no queremos y poner a la ciudad vulnerable.
“Eso pasa con esta enfermedad porque la piel queda vulnerable a que entren hongos, bacterias y microorganismos, irritantes y perdemos lubricantes naturales y sustancias esenciales para una piel sana”, explica. Se caracteriza por la aparición de lesiones cutáneas que pueden ir acompañadas de picazón intensa y persistente, sequedad de la piel, aparición de grietas, enrojecimiento, formación de costras y supuración. Cuanto más se rascan los pacientes, más se deteriora la barrera cutánea.
Alrededor de los tres a seis meses de edad los pacientes presentan los primeros síntomas y algunos persisten durante toda la vida. El médico además explica que si se manifiesta en niños más grandes o en la edad adulta existe más probabilidades que sea severa y difícil de tratar.
Además no se queda únicamente en la piel y se puede manifestar en otros órganos que tienen contacto con el ambiente, como el sistema respiratorio y digestivo, explica el dermatólogo Juan Francisco Barzallo.
Existen pacientes que comienzan en la niñez con molestias de la piel, luego desarrollan rinitis y podrían terminar siendo asmáticos. Por ello desde que se detectan problemas en la piel se sugiere evitar el polvo, irritantes, eliminar juguetes de felpa, alfombras, flores dentro de la habitación, aire acondicionado y tener contacto con gatos. Otros niños presentan alergias a algunos alimentos y es preciso identificarlos para eliminarlos de la dieta.
Cuando se ha diagnosticado es importante apegarse a los medicamentos y cuidados que el médico indique. La finalidad es disminuir la inflamación, evitar brotes y recaídas, mantener la barrera cutánea, así como controlar los síntomas que afectan la calidad de vida.
El tratamiento, más que medicina
Barzallo comenta que el manejo de la dermatitis atópica es de alta complejidad porque que cada paciente necesita un tratamiento especial, no existe una receta única porque hay pacientes que presentan síntomas leves y otros severos.
“El prurito intenso afecta la calidad de vida. Una persona no puede pensar y desarrollarse si solo está pensando en cómo rascarse y afecta todo el tiempo incluso cuando intenta dormir”, agrega.
Algunos llegan al nivel de evitar salir a la calle por las alteraciones estéticas que presentan y psicológicamente se ven afectados.
De acuerdo con esa severidad, existen estrategias farmacológicas, así como otros cuidados y educar al paciente para el cuidado de su piel.
Están desde tratamientos tópicos hasta biológicos y también se utiliza en ocasiones la medicina alternativa.
Los corticoides podrían utilizarse durante un tiempo recomendado y con seguimiento médico. De igual manera es preciso el acompañamiento del médico con antibióticos, antivirales y otros como inmunosupresores para evitar efectos secundarios o riesgos.
La medicina alternativa como las aguas termales están entre las opciones pero con cuidado porque podrían resecar la piel.
A quien tiene esta condición se le recomienda no utilizar champú y acondicionadores con sustancias que irriten, perfumes, jabones con espuma y esmaltes para uñas. De preferencia no se recomiendan los maquillajes.
El baño es ideal para ayudar a la piel, pero debe ser corto y con agua templada para limpiar piel y eliminar costras, a la vez que ayuda a a disminuir la picazón.
Las toallas para secar deben ser de algodón fino y no debe frotar la piel con fuerza, después de ello aplicar hidratantes para que no se pierda más agua, así como emolientes con sustancias que ayuden a regenerar la piel, además de ciertos fármacos.
Los protectores solares son otro posible irritante cuando la piel está lastimada, de lo contrario es posible aplicarlos sin problema.
La ropa es preferible que sea de algodón sin costuras ni etiquetas. Lávela con jabón de ropa suave y doble enjuague. Se sugiere no vestir ropa de lana, licras y en las mujeres evitar los sostenes con encaje, varillas metálicas o costuras para evitar roces.
También es ideal la depilación láser o ceras cuando la piel está libre de lesiones y evitar las rasuradoras, navajas y cremas depilatorias.
Barzallo también comenta la importancia de no caminar descalzos y olvidarse de cualquier tipo de tatuajes.
Apoyo
Un estudio reciente publicado en Annals of Allergy, Asthma & Immunology confirma los efectos negativos de la dermatitis atópica en la calidad de vida de los niños y sus familias con la aparición de trastornos del comportamiento, emocionales y del sueño.
Para algunos niños y adolescentes que presentan esta enfermedad en forma severa, la afección podría presentar un problema en su autoestima y repercutir en su personalidad.
El apoyo psicológico es parte de aprender a vivir con esta enfermedad y así tener un acompañamiento para no caer en cuadros depresivos.
Se ha establecido que uno de cada cuatro pacientes llega a la depresión y en ocasiones esto incluso podría conducir al suicidio.
“Antes no pensábamos que esto podría provocar algo así en los pacientes y por ello ahora la esfera psicológica se incluye dentro de los tratamientos”, afirma el dermatólogo.