Salud y Familia

¿Cómo controlar el vértigo y el miedo a las alturas?

Para evitar que el mal de altura se convierta en vértigo, hay que desensibilizarse con regularidad.

¿Cómo controlar el vértigo y el miedo a las alturas?

No mirar hacia abajo... Este consejo para evitar el vértigo no es fácil de seguir sobre las plataformas en altura con piso de vidrio. (Foto Prensa Libre: Michael Zehender/dpa)

Caminar en lo alto de una montaña, subir a una torre de observación, desplazarse en telesilla o mirar por la ventana de un rascacielos representan un reto para muchas personas.

Puede ocurrir que comiencen a sentirse mareados, sobre todo al mirar hacia abajo.

“Este fenómeno se llama vértigo. No es anormal, al contrario. Afecta a casi todo el mundo, incluso a quienes no tienen problemas con las alturas”, explica el neurólogo Thomas Brand, del Centro Alemán de Vértigo y Trastornos del Equilibrio de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich.

La altura nos quita seguridad

Según las investigaciones, las personas reaccionan con mayor intranquilidad cuando cambia su entorno y el suelo ya no está al nivel al que están acostumbradas.

“Los árboles, las casas. De repente todo está debajo de nosotros. Esos estímulos visuales desconocidos asustan, y eso es lo que provoca el vértigo”, señala Brandt.

Entonces, se produce una reacción inconsciente: el cuerpo intenta encontrar y mantener el equilibrio. “En ese sentido, el vértigo nos protege de las caídas”, agrega el neurólogo.

Si el malestar aumenta, se vuelve incontrolable y sentimos que pone en peligro la vida, entonces se habla de miedo a las alturas o acrofobia. No es infrecuente que vaya acompañado de ataques de pánico, temblores y sudoración.

“El miedo a las alturas es un trastorno de ansiedad que requiere tratamiento”, afirma el especialista.

¿Qué se puede hacer para librarse del miedo a las alturas y cómo prevenir su desarrollo? Thomas Brandt ofrece los siguientes consejos:

– No mire hacia abajo: suena banal, pero es eficaz. Si es propenso al vértigo, es mejor no mirar hacia abajo, sino hacia el horizonte. Si es necesario, agárrese a una reja o a una roca.

– No mire las nubes: cuando mire hacia el horizonte, no persiga las nubes que pasan. “Eso puede dejarlo fuera de combate”.

– Cuide su postura: en las alturas, el cuerpo de muchas personas se agarrota y la cabeza se mueve menos. Si es posible, siéntese brevemente o arrodíllese para relajarse.

– Distráigase: si tiende a marearse en las alturas, debe mirar hacia otro lado. Por ejemplo, mantenga una conversación con otras personas, piense en el nombre de las flores o resuelva un problema aritmético mentalmente.

– Evite mirar por los prismáticos: tenga cuidado al mirar por los prismáticos en altura, porque los estímulos visuales que proporciona la mirada a través de ellos pueden aumentar el mareo. Esto puede poner en peligro su vida si no se encuentra en un lugar seguro mientras lo hace.

– Sea cuidadoso: de pie en una escalera, es mejor mirar siempre hacia una pared, un edificio o una montaña. No mire hacia los lados, tenga cuidado.

Cómo controlar el miedo a la altura

Para evitar que el mal de altura se convierta en vértigo, hay que desensibilizarse con regularidad. “Se puede hacerlo exponiéndose repetidamente a estímulos aterradores”, aconseja Brandt.

Si esto no da resultado y la calidad de vida se ve gravemente limitada por el miedo a las alturas, la persona padece un trastorno de ansiedad. Una característica es que se evitan por completo las situaciones de miedo. Entonces subir a un mirador o incluso a la escalera es impensable.

“La terapia cognitivo-conductual puede ayudar”, comenta el psicólogo alemán Martin Herrmann. En ese caso, un terapeuta elabora junto con el paciente un modelo sobre cómo puede afrontar la situación de miedo.

“En la preparación, los pacientes desarrollan la motivación para afrontar de nuevo la situación que les da miedo”, precisa Herrmann.

Si alguien sufre miedo a las alturas, tiene tendencia a huir, es decir, a dejar atrás la situación lo antes posible. El problema del miedo a las alturas es que si se evitan por completo determinadas situaciones que implican alturas, no se tiene la oportunidad de adquirir experiencias nuevas y posiblemente positivas.

Desaprender el miedo

En la terapia, la persona afectada aprende, mediante una buena orientación y preparación, a permanecer en la situación hasta que el miedo remita. “Se trata de desaprender el miedo”, dice Herrmann.

Eso puede llevar tiempo. Al principio, el miedo a la altura puede seguir siendo fuerte. Pero a medida que los pacientes perseveran y van recibiendo un retorno positivo por parte del terapeuta, empiezan a ganar confianza en sí mismos. A medida que avanzan las sesiones, las cosas pueden ir mejorando, hasta que finalmente el miedo desaparece por completo.

La llamada terapia de exposición se conoce desde hace mucho tiempo: se dice que el poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) logró controlar su miedo a las alturas subiendo todos los días más de cien metros a la catedral de Estrasburgo.

ARCHIVADO EN: