Salud y Familia

¿Cómo pasar menos frío?: estos son algunos trucos para reducir esa sensación

Con la llegada del fin de año y de los frentes fríos en Guatemala, es importante conocer algunas formas para que nuestro cuerpo no sienta tanto frío.

Cómo pasar menos frío estos son algunos trucos para reducir esa sensación

Cuando se toma una bebida caliente los receptores de calor en el estómago se ven estimulados y seducen al cerebro. (Foto Prensa Libre: Pexels Lisa fotios)

Se abrigó con un suéter de lana, calcetines gruesos, una manta… ¿y aún así pasa frío? Sin embargo, con un poco de conocimiento sobre el cuerpo, e introduciendo pequeños cambios en el hogar, es posible reducir esa sensación gélida.

Porque, mientras que algunos se sienten más a gusto con el clima frío, otros prefieren ponerse algo para abrigarse. “Hay diferencias individuales muy grandes en la sensibilidad al frío“, comenta Ralf Brandes, profesor de fisiología (área de la medicina que se ocupa de las funciones normales del cuerpo) de la Universidad Goethe de Fráncfort.

Pero, ¿existen trucos mediante los cuales podemos modificar nuestra percepción del frío? Esto se vuelve especialmente importante en vista de los meses de invierno.

Efectivamente estos trucos existen e involucran a termorreceptores en el cuerpo, que son los que nos hacen percibir el frío y el calor, al generar impulsos nerviosos en función de la temperatura.

De esta manera, le avisan al cerebro si nuestro entorno (o bien algo que tocamos) está frío o caliente. Pero los termorreceptores no solamente están en la piel, sino también en nuestro cuerpo, y eso puede aprovecharse.

Engañar al cuerpo con té, ungüentos y picante

Cuando se toma algo caliente, eso no significa que todo el cuerpo entre en calor“, afirma Brandes, quien también se desempeña como secretario general de la Sociedad Alemana de Fisiología.

“Solamente que los receptores de calor en el estómago se ven estimulados, seducen al cerebro y generan una reacción”, indica. Así, tenemos la sensación de que nuestro cuerpo está caliente. Pero, en realidad, el líquido caliente solamente se encuentra en el estómago.

El mismo principio se aplica cuando aplicamos un cremas que brinda calor o comemos algún plato de comida picante. Porque los receptores de calor se activan también con pimienta y chile.

Como consecuencia, reportan calor, aunque en realidad la temperatura básica del cuerpo no se modificó.

Muchas veces es también nuestro entorno el que genera esas diferencias en la sensibilidad a la temperatura. “Todo lo que haga que perdamos calor nos hace por lo tanto tener frío más rápidamente“, apunta Brandes.

Uno de los ejemplos para esto son las corrientes de aire. En un entorno sin viento, se genera una capa de calor alrededor del cuerpo.

Si se levanta viento, el aire caliente que rodea el cuerpo se va. Tendremos frío más rápido. Este fenómeno también se conoce como efecto de la sensación térmica.

Por lo menos en los hogares se puede intentar contener este fenómeno. Por ejemplo, se puede sellar una ventana a través de la cual un flujo de aire apenas perceptible enfría la piel.

La organización de asesoramiento sin fines de lucro Co2online recomienda, por ejemplo, rellenar los agujeros entre la ventana y el marco con una cinta adhesiva.

A veces, simplemente ayuda buscar otro rincón de la habitación donde sentarse.

Una persona se sentirá más cómoda cuanto más cerca esté su propia temperatura corporal de la de las superficies de la habitación que la rodea.

Esto se percibe en invierno, por ejemplo, cuando uno se ubica junto a una ventana. Ahí se siente rápidamente más incómodo que en el resto de la habitación.

¿Podemos acostumbrarnos a temperaturas más frías?

Por lo demás, la propia sensación de frío también puede ser entrenada. Un consejo que uno suele leer frecuentemente en este contexto: tomar un baño frío.

Eso ciertamente endurece y también tiene varios efectos positivos sobre la salud“, expresa Brandes. Sin embargo, no se ha estudiado si las duchas cortas y frías reducen de forma sostenible la sensación de frío.

El cuerpo solamente puede acostumbrarse al frío si está expuesto regularmente a este tipo de clima, aunque existen límites.

“Cuando la temperatura en el núcleo del cuerpo desciende, inevitablemente tenemos que sentir frío para no morir de frío“, dice Ralf Brandes. Esto se manifiesta, por ejemplo, en forma de temblores musculares, a través de los cuales el cuerpo produce calor.

Por eso, también es importante mantener dentro de ciertos límites la pérdida de calor del cuerpo. Y, para esto, será decisivo ponerse una gorra.

Porque la temperatura del cerebro, con 38.5 grados, es algo más elevada que la temperatura promedio del cuerpo. Un gesto rápido que ayuda a que perdamos menos calor a través de la cabeza.

ARCHIVADO EN:

Frío