El 45 por ciento de la población mundial padece trastornos de sueño, según un estudio realizado por WASM, el cual comprueba que las personas con insomnio presentan más síntomas de ansiedad y depresión, cambios de humor, dificultad para mantener relaciones sociales y personales, y agravamiento de los síntomas de enfermedades mentales.
Además, padecer insomnio aumenta el riesgo de sufrir alteraciones cardiovasculares, déficits cognitivos y de memoria, favorece el aumento de peso y acelera el envejecimiento.
Los niños que no duermen bien presentan dificultades en el aprendizaje y problemas de conducta, en tanto que los adultos con sueño fragmentado pueden desarrollar hipertensión arterial, diabetes, obesidad y otros trastornos médicos.
“El buen dormir va más allá de cerrar los ojos y recostarse; por ser una necesidad fisiológica se le debe prestar más atención a los diferentes factores que afectan el buen descanso y que posteriormente afectarán la salud”, expresó Sergio Cerraté, experto del buen descanso de Grupo Diveco.
“Cuando el sueño es reparador, la salud y la felicidad abundan”, es el eslogan de WASM para este año. Por ello, es importante que la cama tenga un buen colchón, con varios puntos de soporte y tecnología que brinde niveles de confort.
Según el Concejo del Buen Dormir (BSC, en inglés), un tercio de la vida es destinada al descanso, lo que se traduce en aproximadamente 220 mil horas. “Es importante el buen descanso de las personas ya que de esto depende su salud y efectividad en el diario vivir, razón por la que compartimos algunos hábitos que pueden ponerse en práctica para conciliar un sueño reparador”, añadió Cerraté.