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Cuando despedimos a una parte de nuestro cuerpo

La historia de vida tiene un giro gigantesco cuando se pierde una parte del cuerpo. ¿Cómo seguir adelante o apoyar a alguien que está atravesando por esta situación?

La historia de vida tiene un giro ante estas pérdidas, es un duelo que es necesario sanar.  (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

La historia de vida tiene un giro ante estas pérdidas, es un duelo que es necesario sanar. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Un accidente o enfermedad podría provocar la pérdida de una parte del cuerpo interna o externa.  En ocasiones es muy simple cuando es un proceso de apéndice que no se ha complicado y otras implica la pérdida de una matriz que no ha dado vida, un seno o la pérdida de alguna extremidad.

Las emociones están en un vaivén frente a una situación así.  Gustavo Morales, psicólogo de la Unidad del Pie Diabético que trabaja de cerca con personas que pierden extremidades a causa de esta enfermedad expresa que es un duelo y se llega a vivir en la misma intensidad con la que se pierde a un ser querido o se tienen otras pérdidas.

El paciente ha vivido con esta parte del cuerpo toda su vida, han sido 30, 60 u 80 años  y cuando llega el momento de despedirse porque su vida útil terminó siente culpa, vergüenza y otras frustraciones.

Morales describe que en el área que él trabaja desde la primera sesión el paciente es atendido en forma integral por médicos, nutricionistas y tiene un acompañamiento psicológico para lograr que el paciente se integre de a una dinámica de vida lo más cercana posible a como era antes de su pérdida.

El experto también explica que la gran mayoría de pacientes que él ve están en edad geriátrica y ellos pasan por etapas difíciles y a eso se le suma la diabetes y una amputación es algo complejo, así que es necesario trabajar por etapas para ayudarles.

Más allá de lo físico

Alejandro López, coach motivacional y creador del proyecto Pasos que dejan huella, da apoyo a diferentes personas y grupos.  Por este medio, Alejandro lanza un mensaje inspirador después de la pérdida de sus dos piernas a causa de la diabetes y de una trombofilia, una anormalidad en la coagulación.

Alejandro tiene 37 años, trabaja en el área de recursos humanos, maneja vehículo y además se dedica a dar acompañamiento y charlas con base en su proceso de vida.

En su historia cuenta que a los 26 años desarrolló diabetes que era una enfermedad que ha existido en su familia por generaciones, durante esta etapa tomó algunas decisiones equivocadas y reconoce que esto le llevó a aprender que todo está en uno, tanto las metas como el salir adelante y cuidarse, además de aprender la importancia de rodearse de personas positivas.

Alejandro López perdió sus dos piernas y actualmente es coach de vida. (Foto Prensa Libre: cortesía)

“No solo he tenido pérdidas físicas sino emocionales, en el 2018 tuve la amputación de la pierna izquierda y en la misma semana murió mi papá. Empezó un proceso más difícil porque con la pierna tenía más de 50 operaciones y los médicos me habían dicho que en algún momento la perdería”, explica compartiendo lo duro de la separación de su padre.

“Mientras mi cabeza diga que sí.. TODO es posible”, Alejandro López, coach motivacional

Sobre cómo enfrentó la pérdida de sus piernas comenta que en su proceso ha tenido días buenos y malos.  Algunos días uno prefiere quedarse en cama, dice mientras explica que en su caso, su hijo ha sido su mayor inspiración para salir adelante.

También habla de la importancia de quererse a uno mismo para salir adelante.  “Esto es como ser alcohólico o drogadicto, hay que aceptar que existe un problema, para así empezar una rehabilitación… “, dice.

Recomienda tener apoyo emocional o acercarse a personas que han pasado por situaciones similares.  “Con lo físico puede uno salir adelante, lo emocional es más difícil porque se puede caer en depresión y otras cosas”, dice Alejandro.

Hace énfasis que hay días buenos y malos, se pasa por tristeza y es importante ver cómo se sale adelante.  En su caso, su hijo ha sido una inspiración para seguir  y una de sus metas es mostrarle que es posible siempre hacer lo que uno se propone.

Acercarse a un experto o a personas que han pasado por situaciones similares podría ser beneficioso para la persona que atraviesa por una pérdida física. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

En materia física él ha experimentando un síndrome llamado del miembro fantasma, en el que la cabeza no borra de la memoria que sus piernas existían, a veces las siente, le duelen, incluso llega a experimentar calambres y una de las recomendaciones es ponerse frente a un espejo para que la memoria reaccione.

El manejo del duelo

En general existen distintas corrientes para apoyar al paciente.  En el caso de la logoterapia que es una escuela especializada en ofrecer asesoramiento sobre búsqueda de sentido de la vida se habla de verlo desde la existencia de un ser supremo, independientemente de cómo lo interprete cada persona, se explora la etapa de duelo que se pasa y desde ahí se le da sentido no a la amputación o la pérdida de un miembro sino el sentido de la vida, “a veces el paciente no tiene o nunca ha pensado en esa parte de su existencia y es importante empezar a construirlo”, agrega Morales.

María Lucía Sánchez, tanatóloga, explica que la persona tiene dolor por la pérdida de algo significativo de la vida.  Es una realidad que la persona pasará por diferentes etapas que van desde la negación hasta llegar a aceptar su nueva forma de vivir.

“A veces se tiene la oportunidad que se nos diga semanas antes que se someterá a un pérdida y otras veces es sorpresivo, pero en cualquier circunstancia empieza este proceso de buscar el por qué y no quiere que sea cierto, esto lo hace el cerebro para aplazar el dolor y la intensidad no sea tan fuerte”, explica Sánchez.  También estará la negociación y el buscar otras maneras de evitar ese momento y se caerá en depresión, en la cual se elabora la pérdida de aceptar que está pasando.

En un momento también podría aparecer el enojo y el buscar respuestas de qué va a ser ahora de la vida hasta llegar a la aceptación.  “Se pasa por estas etapas para entender un propósito y nos vamos a basar en el proceso integral del ser humano y tenemos que entender que es un proceso difícil, pero la vida continúa”, agrega Sánchez.  Al llegar a este punto se llega a trabajar incluso el qué se va a hacer ahora y para qué sucedió este episodio.

Sánchez habla que en ciertos casos es posible hacer un ritual de despedida de estos miembros, como en el caso de perder la matriz o un seno y agradecer a estas partes del cuerpo el tiempo que nos acompañaron. Es importante hacerle saber al paciente que es una transformación y aunque ya no estén estas partes en el cuerpo se sigue teniendo valor como seres humanos.

“La gratitud es una palabra muy poderosa porque agradecemos lo que tuvimos, lo que tenemos ahora y aquello que vendrá”, agrega Sánchez.

Si tiene un familiar o amigo pasando por esta situación escúchele. No tiene que aconsejarle, únicamente hágale saber que usted está ahí. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

En los rituales es posible crear dinámicas como escribir una carta, abrazar imaginariamente la parte que ya no está, entre otras herramientas para elaborar este tipo de pérdida.  “Cada persona es distinta, algunos al salir de la operación logran levantarse casi de inmediato y otras se quedan enganchadas en la misma emoción y es importante ver la intensidad de la emoción para que nos se vuelva algo patológico”, describe Sánchez.

Sin duda, la familia es otro pilar para la recuperación.  Morales expresa que junto a ellos es necesario trabajar un plan emocional porque a partir de la experiencia, las relaciones  cambian, el paciente tendrá alguna dependencia mayor en ciertas actividades y es necesario hablar y establecer dinámicas que disminuyan los problemas. La finalidad es trabajar las emociones.

En la actualidad existen tabús todavía sobre la importancia del acompañamiento psicológico porque se cree que no se necesita y que esto es únicamente para personas que tienen una enfermedad mental, cuando esta es una herramienta importante de vida para comprender emociones y prevenir situaciones emocionales más complicadas como la depresión, explica Morales.

La gran finalidad es que la persona tenga un duelo saludable y que alcancen una vida plena después de este proceso.  Es una transformación de un antes y un después

¿Qué hacer como familiar o amigo?

Acompañar a un paciente es un reto.  De ser posible como grupo familiar es indispensable tener también un acompañamiento psicológico, además de seguir las recomendaciones médicas.  Los psicólogos también dan algunos consejos al momento de convivir con la persona.

  • No menosprecie el dolor del otro porque esto quizá es lo más duro que le ha pasado la persona.  Deje fuera frases como “ya va a pasar” o “esto no es nada”, “te vas a acostumbrar”, porque aunque esto en algún momento sea cierto, en el presente la persona está pasando por un fuerte dolor.
  • Si desea decirle algo podría ser “no entiendo lo que estás pasando, pero estoy aquí contigo”.
  • Recuerde que acompañar a alguien significa ir a la par de esa persona.  Valide emociones de las personas y acepte que es un momento en el cual debe llorar.
  • Pregunte siempre qué puede hacer por la otra persona y de qué manera ayudarla.
  • Ofrézcale hablar, pero en el sentido de motivar al paciente a expresarse y usted limitarse a escuchar para que comparta su dolor y en ese momento tenga una catarsis y esto ayude a que tenga una mejor perspectiva del problema que tiene.
  • Si el paciente se deprime no ofrezca el apoyo emocional como una amenaza sino como una alternativa porque aunque el psicólogo o un tanatólogo no tenga todas las respuestas, va a tener el valor de acompañar para interpretar de mejor manera los acontecimientos.

S.O.S

La recomendación es que en la medida de lo posible las personas se preparen con herramientas emocionales a lo largo de la vida para enfrentar distintas pruebas.  Los expertos recomiendan prepararse y fomentar los valores personales y familiares, así como el aprender sobre la resiliencia para superar circunstancias traumáticas.

ESCRITO POR:

Ingrid Reyes

Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.