Durante estas fechas solemos gastar de más, a menudo de manera impulsiva y descontrolada, llevados por el ambiente estimulante y el frenesí consumista de esta época, dejando nuestras cuentas bancarias y bolsillos sin recursos económicos suficientes como para afrontar los gastos de las primeras semanas posteriores al desenfreno financiero.
Al igual que sucede con los kilos de más, adquiridos durante las fiestas en pocos días, las consecuencias de los gastos de más efectuados en un corto lapso también pueden requerir un tiempo y un esfuerzo considerables para ser corregidas.
Por ello, la tarea de volver a equilibrar nuestro presupuesto y llenar el vacío que dejaron en nuestra economía las compras efectuadas por encima de nuestra liquidez real, suele compararse con subir una cuesta o pendiente.
Para evitar tanto la “cuesta de enero” como las siguientes, es fundamental “realizar una planificación eficiente y una distribución inteligente de los gastos”, explica a Efe, Pepe Macià, asesor y entrenador (‘coach’) financiero, personal y familiar.
Macià, emprendedor, licenciado en administración y dirección de empresas y máster en gestión administrativa, indica que “las denominadas ‘cuestas’ reciben este nombre para hacer ver que en esas etapas se sufre para llegar a final de mes debido a que hay que hacer frente a algunos gastos extra que perjudican nuestras finanzas personales”, según explica.
Desde el punto de vista de este especialista, “las familias que las sufren lo hacen principalmente por no tener unas finanzas personales ordenadas. Al final, todo reside en una falta de educación financiera desde la base, desde la educación en los colegios”, señala.
Para Macià “todos debemos tener una educación financiera mínima que nos permita conocer bien lo que es un préstamo personal o hipotecario y la importancia del ahorro, a medio y largo plazo, y saber gestionar una economía doméstica de una forma eficiente y con sentido común”.
“A lo largo del año la gente tiene que ascender demasiadas ‘cuestas de mes’, que les hacen sufrir tensiones de tesorería y que pueden evitarse con una formación financiera adecuada”, asevera.
“En enero nuestras finanzas sufren por lo que hemos gastado para la Navidad y durante las rebajas comerciales de las tiendas, a lo que suelen añadirse una serie de gastos anuales que vencen, como los seguros”, según explica Macià.
Añade que “en marzo o abril hay personas que sufren la denominada ‘cuesta de Semana Santa’, debido a los gastos que requieren organizar unas vacaciones o alguna salida o viaje durante esa conmemoración”.
La otra gran ‘cuesta’ conocida en nuestra sociedad, se produce en el período posterior a las vacaciones veraniegas, durante las cuales gastamos generalmente por encima de nuestras posibilidades, según este ‘coach’ financiero.
Y, de acuerdo a Macià, también hay que recordar otra ‘cuesta’ que muchas familias experimentan en los meses estivales, “cuando deben pagar las clases particulares a sus hijos en edad escolar para que hagan frente a los exámenes de recuperación al inicio del nuevo período lectivo después de las vacaciones de verano”.
Este especialista traslada a Efe una serie de recomendaciones prácticas.
ORGANIZACIÓN Y CONTROL
Para organizar y controlar nuestras finanzas necesitamos utilizar el sentido común, y no limitarnos a consultar la ‘app’ del banco para ver los movimientos de nuestra cuenta.
Macià recomienda dedicar un tiempo a desarrollar un presupuesto anualizado, que incluya la cantidad de dinero calculada para hacer frente a los gastos de todos los meses de año, en un documento de tipo ‘Excel’.
PRESUPUESTO PARA CADA SITUACIÓN
Para tener una buena salud financiera hay que tener un presupuesto fijado para cualquier evento, situación temporal o celebración.
“Es necesario tener claro cuánto dinero líquido disponemos para gastar, sin que eso nos cause un descalabro económico que nos pueda afectar en los meses siguientes”, afirma Pepe Macià.
ACTITUD REFLEXIVA
Macià desaconseja comprar en la primera oportunidad que se nos presente y caer en la tentación de adquirir productos cuando no tenemos necesidad de ellos.
“En determinadas épocas del año el nivel de consumo se eleva y, muchas veces, este consumo se mueve por impulsos. Por esto, es primordial tomarse un tiempo para pensar, qué es necesario y qué no lo es, y qué encaja con nuestro presupuesto. Así, se evitará comprar por comprar, por capricho o sin un motivo real que lo valide”, indica.
EVITAR ENDEUDARSE PARA CONSUMIR
Aunque “a veces parezca la salida más fácil, es desacertado endeudarse para adquirir bienes y servicios de consumo, comprando o gastando con una tarjeta de crédito o utilizando préstamos personales, porque eso nos acarreará problemas financieros”, de acuerdo a este experto.
“Sólo debemos gastar en consumo aquella parte del dinero que tenemos ya en nuestra cuenta bancaria”, señala.
REGISTRAR LOS GASTOS POR ESCRITO
Si ya se ha efectuado un gasto, este especialista recomienda apuntarlo, en el documento tipo ‘Excel’ del presupuesto, ya que ese ejercicio nos impulsará a frenar los gastos, al favorecer una toma de conciencia y una reflexión sobre por qué o para qué los hemos efectuado.
VIGILAR LOS GASTOS ‘HORMIGA’
“Los gastos pequeños, que vamos efectuando poco a poco, acaban convirtiéndose en una bolsa de gasto importante y mermando nuestra economía si no los controlamos”, advierte.
EVITAR LAS NECESIDADES INEXISTENTES
Hay que evitar las necesidades irreales. “Por ejemplo, en épocas de celebración, no necesitas comprar una botella de vino muy caro, sino que puedes encontrar una opción intermedia, entre las de mayor y menor precio”, señala este especialista.
COMPARAR PRECIOS SIEMPRE
“En todo momento, y principalmente en las épocas de consumo elevado, es imprescindible comparar precios en distintos establecimientos. En estas fechas hay mucho baile de cifras debido a las ofertas y descuentos que afectan a los precios de los productos y servicios”, concluye Macià.