Salud y Familia

En qué consiste y cómo puede ayudar el diálogo interno

Hablarse bien desde el diálogo interno significa incursionar en un buen trato personal y confrontar pensamientos e ideas tan destructivas como habituales.

Para qué es y cómo puede ayudarnos el diálogo interno

Hablar bien con nosotros mismos es beneficioso siempre, y en especial cuando la vulnerabilidad se presenta. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

En un mundo donde los estímulos de la información sobrepasan nuestros días, resulta cada vez más necesario detenernos y escuchar qué hay dentro de nosotros, lejos de todo el cúmulo de ideas bombardeadas por el mundo y los demás.

Sobre todo, es necesario prestar atención a nuestra voz interna, considerando las creencias que nos persiguen  muchas veces en cuanto a la anulación y minimización de las emociones. Escucharnos permite reconectar con nuestra identidad, y la experiencia puede ser mejorada incluso en el momento que sostenemos un diálogo interno.

De acuerdo con la psicóloga clínica Nissely Herrera, este tipo de diálogo puede entenderse como “una brújula interna que guía a partir de principios y normativas de lo que se ha interiorizado desde la moral de cada persona”. La especialista en salud mental agrega que esa guía puede venir de un lugar autocrítico.  

Darle voz a lo que pensamos o sentimos ayuda a que esas experiencias no permanezcan en un estado indefinido. Además permite comprender la experiencia sentida y pensada en otra dimensión. “Si estos aspectos no se han nombrado ni apalabrado, se quedarán de forma abstracta”, apunta Herrera, quien subraya que el diálogo interno tiene que ver con el permiso que nos damos para usar y proyectar la voz.

La también psicóloga clínica María Matzar señala que el contenido del diálogo interior puede ser real o imaginario, y en ocasiones acumula conocimiento, experiencias, mecanismos, pero también situaciones conflictivas o aspectos no resueltos.

Matzar agrega que los diálogos internos pueden ser conscientes si se exteriorizan, sin embargo, esto no siempre sucede así puesto que la experiencia de las personas es subjetiva y no todas tendrán la necesidad de verbalizar lo que acumulan desde su sentir y pensar.

Nissely Herrera apunta que muchas veces las personas creen ser todo lo que piensan, pero esto es erróneo.

Los pensamientos son importantes, pero no estamos definidos por ellos. Debemos ser autocríticos para conocernos. Esto nos permitirá saber si tenemos pensamientos repetitivos y auto saboteadores, por lo que podríamos encontrar el camino de regreso a una voz compasiva y que nos pertenezca”, explica Herrera.

La forma en que nos hablamos interiormente puede vincularse con lo aprendido en nuestra historia personal, ya que, en muchas ocasiones, crecemos repitiendo pensamientos que vienen de los lugares en los que nos desarrollamos.

De acuerdo con Nissely, las creencias son una base para el diálogo interno y suelen formarse en la primera infancia entre los 0 y los 7 años.

María Matzar apunta que todos los ambientes influyen en las áreas de la vida: desde las creencias, hasta la forma en la que actuamos.

“Hay aspectos que están presentes constantemente en la vida. Algunos se quedan como ideas y otros como pensamientos, es decir algunas pasarán y otras se instalarán, dependiendo del reforzamiento que se haya recibido del ambiente. Pero tiene influencia en la medida que se haya reforzado, así quedará instalado como creencia”, señala la psicóloga.

La importancia de hablarse bien

Aunque hablamos sobre la importancia que tiene el hablarse bien, cabe destacar que no todas las personas suelen estar conscientes de ello. “Muchas personas siguen su vida creyendo que la voz interna que tienen es incuestionable, y esto se debe muchas veces a la falta de acceso a salud mental, o bien, porque nos dicen que debemos ser fuertes siempre”, explica Nissely.

María Matzar señala que los diálogos internos suelen estar presentes muchas veces en espacios como terapias psicológicas, por lo que no todas las personas han tenido la oportunidad de conectar con ello. “Estos diálogos son dirigidos para llegar a una resolución o darse cuenta de algo”, dice la especialista en salud mental.

Para qué es y cómo puede ayudarnos el diálogo interno
El diálogo interior puede tener conocimiento, experiencias, mecanismos, pero también situaciones conflictivas o aspectos no resueltos. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Pero, por otro lado, ¿son conscientes las personas cuando se hablan mal a sí mismas? “Si hubiera consciencia de ello, habría un cambio y se sentirían incomodos acerca de lo que se dicen”, responde María.

Hablarse bien desde el diálogo interno significa confrontar pensamientos e ideas tan destructivas como habituales. Algunos ejemplos de ellas son: “Qué tonto soy”, “No sirvo para nada” o “Me cuesta entender”.

Ante ello, salta la importancia de “hablarse bonito”. De acuerdo con María, es importante reconocer los aspectos reales y auténticos de la vida donde radica la belleza y no precisamente en frases vacías, sino pensamientos que surjan de lo resolutivo, de lo que funciona para cada persona.

Podemos hablarnos bien siempre, y sobre todo “en el momento que aparezca la vulnerabilidad para animarnos al cambio y para reforzar eso que queremos transformar”, apunta Matzar.

Para qué es y cómo puede ayudarnos el diálogo interno
Las pausas para reconectar con nuestros sentires y pensamientos son cada vez más necesarios ante un mundo con un desborde de información. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Hablarnos bien es cada vez más necesario en un mundo de exigencias y donde lo emocional no se toma en cuenta. “Si no somos capaces de tratarnos con compasión la voz autocritica seguirá activa llevándonos una y otra vez a un ciclo de maltrato en el que nos restringimos”, comenta Nissely.

Esta intención por hablarnos bien debe ir más allá de una alabanza propia. Específicamente debe estar orientada a aceptar quiénes somos, lo qué está pasando y validar lo que sentimos. Consecuentemente, esto ayuda a la autopercepción y la autorregulación.

Estas son 10 frases recomendadas por las psicólogas entrevistadas para fomentar un diálogo interno positivo y que también ayudarán a regular estados emocionales:

  • “Has sido valiente al hablar de esto que te duele”.
  • “Hablaste de tu enojo o lo que te molesta y eso es poderoso”.
  • “Tengo permiso de sentir miedo”.
  • “Puedo parar si lo necesito”.
  • “Este momento es todo lo que tengo y es suficiente”.
  • “Me permito sentirme orgulloso de mis logros sin importar su tamaño. Todo cuenta”.
  • “Confío en cada proceso. Todo tiene su tiempo”.
  • “Está bien ir a mi ritmo”.
  • “Lo inesperado me ofrece nuevas oportunidades de ver la vida”.
  • “Soy fuerte. Tomo ese impulso para cambiar lo que está a mi alcance y crear bienestar”.

ESCRITO POR:

Alejandro Ortiz

Periodista de Prensa Libre especializado en temas sobre cultura y bienestar, con 5 años de experiencia.

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