Salud y Familia

Cómo el uso excesivo de la tecnología afecta la relación padre e hijos

El vínculo afectivo entre padres e hijos ha sido perjudicado por el uso excesivo de la tecnología. Conozca cuáles son las características de los adultos que son adictos a los dispositivos tecnológicos y cómo afecta el desarrollo de sus hijos.

La tecnología ha llegado a formar parte de la cotidianidad de manera permanente. Es utilizada en procesos académicos, laborales y de recreación. Sin embargo, también ha llegado a formar parte importante en la vida de los niños porque ha llegado a sustituir el rol que tienen los padres de familia en el desarrollo emocional de sus hijos.

Hoy en día la paternidad tiene un desafío importante: saber utilizar la tecnología a favor del fortalecimiento de la comunicación en la familia, porque ahora es común encontrar a padres y madres de familia que, de forma inconsciente, prestan mayor atención a sus celulares que a sus hijos.

Huérfanos digitales es el concepto que se le ha dado a los niños, niñas y adolescentes que son hijos de padres adictos a la tecnología, en un grado en el que prestan mayor atención a los dispositivos móviles o computadoras, que a su mismo hijo o hija.

Es importante crear horarios para el uso de dispositivos tecnológicos cuando se comparte con la familia. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

A pesar de que estos niños reciben los cuidados fundamentales para su desarrollo, carecen de apego emocional por parte de sus padres, lo cual les genera consecuencias como inseguridad y problemas en sus relaciones interpersonales. La pregunta que surge es ¿cómo saber si se está educando a un huérfano digital?

Características de los padres

De acuerdo con la psicóloga Evelyn Morataya, las características de los padres de familia que tienen adicción a la tecnología pueden variar según la personalidad de cada uno, sin embargo, sí hay particularidades en común como:

  • Son personas que necesitan validación y satisfacción social por medio de las redes sociales.
  • Invierten más tiempo en dispositivos digitales que en interactuar cara a cara con otras personas.
  • Tienen dificultad para conversar con sus hijos. Es común que no encuentren un tema para hablar con ellos porque no conocen a totalidad el contexto en el que se desenvuelven los niños.
  • Se irritan y molestan fácilmente con sus hijos cuando estos les piden atención. “En este punto es cuando escuchamos que los padres dicen frases como ´ya no sé qué hacer, ¿por qué no te comportas bien? No entiendo qué quieres.’”, dice la profesional.
  • Son padres de familia desinteresados, que no escuchan y que al hablar la mayoría de las veces no ven a los ojos -por estar viendo al celular-.

Por su parte, el psicólogo Mario Annibal Hernández señala que estas familias se caracterizan porque en los tiempos de comida no existe una conversación fluida, sino que se ve interrumpida por el uso de celulares. Por eso ahora es común que entre padres e hijos exista una comunicación de solicitud, de demanda y desinteresada.

Consecuencias

Este tipo de padres, a pesar de estar presentes físicamente con sus hijos, están ausentes emocionalmente porque dedican más atención a las redes sociales o a otras tecnologías. Por lo que se puede decir que los huérfanos digitales son víctimas de sus padres. Este tipo de relación los hace sentirse ignorados, inseguros, miedosos y ansiosos.

El vínculo entre padres e hijos se forma desde la infancia y ayuda a la idea que el niño tiene sobre sí mismo, pero cuando los padres de familia están ausentes emocionalmente, este lazo se forma débilmente y la autoestima del menor se ve afectada.

“El vínculo entre padres e hijos se basa en la presencia e involucramiento que el padre y la madre tienen en el mundo del niño, de la importancia que les presten a los intereses del niño. Pero cuando los hijos ven que para sus papás es más importante un celular, estos crecen necesitados de cariño, y atención. Cuando crezcan y la sepan buscar por su propia cuenta es cuando vienen las complicaciones porque se vuelven vulnerables a relaciones tóxicas y abusos”, enfatiza Morataya.

Debido a que los menores de edad lo que desean es la atención de sus padres, se convierten en los niños perfectos o en niños conflictivos. Es decir, o son muy aplicados en el colegio y en el hogar o buscan llamar la atención por medio del regaño. El problema reside en que ambos extremos hacen que el niño sea muy dependiente de la opinión de los demás, lo cual lo hará inseguro de sí mismo.

Además, a los menores de edad se les dificultará las relaciones interpersonales porque no ejercen la habilidad de interactuar con facilidad. Por el uso excesivo de la tecnología y la falta de atención, los niños se vuelven retraídos y aislados, tanto que evaden el contacto con otras personas y prefieren hacerlo por medio de celulares o computadoras porque se sienten más seguros con ellos ya que es a lo que están acostumbrados.

Actualmente los niños están expuestos a la tecnología desde sus primeros meses de nacidos, lo cual afecta su desarrollo emocional. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

El alcance que tienen los niños a la tecnología es un tema al que hay que prestarle atención, ya que según el psicólogo Hernández, desde antes de los 24 meses los bebés ya están interactuando con algún dispositivo tecnológico, lo cual no es completamente sano porque se ve afectado su desarrollo emocional.

El desarrollo que tanto el padre y la madre aportan al niño cuando están presentes para enseñarle a comer, a hablar o a caminar se ve interrumpido por otros intereses que tienen los padres. Entonces, este lazo amoroso se va dando de forma pausada. “Ahora es común que en un restaurante veamos a un bebé en un carruaje, o sentado en la mesa, interactuando con un celular porque los padres para entretenerlo les ponen un juego o un video, cuando podrían estarle hablando o prestando más atención”, explica Hernández.

Este descuido influye en su personalidad y en la facilidad que tendrán en el futuro para socializar y confiar en otras personas, porque desde pequeños no han aprendido a manejar sus emociones.

Consejos

El principal reto para los padres de familia es que no se puede prohibir el uso de la tecnología, porque ya forma parte fundamental en su cotidianidad y en la del niño. Sin embargo, no se debe olvidar que los dispositivos tecnológicos no pueden reemplazar a los adultos en su rol de padres.

Dedicar tiempo de calidad a los niños y niñas es importante para crear un vínculo afectuoso entre padres e hijos. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Por ello, la psicóloga Helen Muñoz comparte algunos consejos para evitar que sus hijos sean huérfanos digitales:

  • Hacer actividades recreativas en las que no se requiera el uso de la tecnología. Por ejemplo, juegos de mesa, lectura de libros, paseos al aire libro o practicar algún deporte.
  • Implementar reglas y límites en el uso de dispositivos electrónicos. Las normas deben incluir: tiempo, contenido a observar y en qué lugares es permitido su uso.
  • Utilizar la tecnología solo en casos de emergencia durante las horas de comida.
  • No utilizar aparatos tecnológicos para distraer o calmar a los niños. Lo recomendable es realizar actividades juntos.
  • Trasmitir a los niños y niñas que ellos son más importantes que estar conectados a Internet o al uso de dispositivos tecnológicos, y que está dispuesto a cubrir sus necesidades. “Más allá de decírselo al niño, es mejor demostrárselo”, dice Muñoz.
  • Si el trabajo lo exige o se trata de una situación de emergencia en la que necesita utilizar su dispositivo mientras está con su hijo, lo ideal es explicarle al niño que es de urgencia atender la comunicación, pero al terminar volverá a prestarle atención. “Este punto hay que cumplirlo. Es decir, al terminar la emergencia, prestarle atención nuevamente, para que el pequeño interiorice confianza, responsabilidad y certeza de poder creer en las palabras de sus padres”, explica la profesional.

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ESCRITO POR:

Andrea Jumique Castillo

Periodista de Prensa Libre especializada en temas de salud, bienestar y cultura, con 5 años de experiencia.