Salud y Familia

Lesiones cutáneas pueden ser peligrosas

El melanoma es el cáncer de piel más agresivo, por lo que es fundamental estar atento a ciertas señales para tratarlo a tiempo, como la revisión periódica de los lunares.

La capa externa de la piel es la epidermis, compuesta de tres tipos de células: queratinocitos, basales y melanocitos. El carácter y agresividad del cáncer depende de donde se origine.

“El melanoma, que es el más grave, se produce por la transformación maligna de los melanocitos, y en ocasiones, surge sobre nuevos —lunares—”, afirma María José García Fernández de Villalta, jefa de Dermatología del Hospital Universitario Quirón, Madrid.

En su aparición intervienen factores ambientales, como la radiación ultravioleta, que ocasiona daños en el material genético de la célula y dan lugar a mutaciones en el ADN. Esto puede generar la transformación en célula maligna, agrega.

Los melanomas pueden tener aspectos diferentes: color negro, marrón, rojo, rosa, gris; ser planos o tener volumen, pero son lesiones que cambian y aumentan de tamaño con el tiempo.

Autoexamen

La autoexploración mensual es vital en el diagnóstico precoz. Al revisarse la piel, es necesario considerar ciertas características que pueden indicar que un lunar es peligroso. En 1985 se desarrolló la regla conocida como el ABCD de los lunares. La A se refiere a la asimetría; la B, a los bordes; la C, al color; y la D, al diámetro.

Con base en estos aspectos, una lesión es sospechosa si es asimétrica, tiene bordes irregulares o mal definidos, presenta varios colores distribuidos de manera no uniforme en la lesión, o si su diámetro es superior a seis milímetros.

“Se suele añadir la E de evolución, de forma que cualquier lunar que cambie debe ser explorado”, expresa García.

En primer lugar, hay que fijarse en el rostro: nariz, labios y orejas. Después, hay que revisar el cuero cabelludo con la ayuda de un peine. Luego, mirarse las manos y observar las palmas, el dorso y los espacios interdigitales.

Además, los especialistas recomiendan utilizar un pequeño espejo para inspeccionar la nuca y la espalda. Debido a que no todas las manchas aparecen en zonas visibles o expuestas al sol, hay que revisar los glúteos, la parte posterior de las piernas, las plantas de los pies y los espacios entre los dedos.

Asimismo, hay que evitar exponerse de manera excesiva a la radiación ultravioleta, sobre todo cuando se trata de niños y de adultos jóvenes.

García recomienda consultar al dermatólogo sobre cualquier lesión cutánea que llame la atención por su reciente surgimiento, por el aumento de su tamaño, por un cambio en su forma, color o bordes o si presenta síntomas como picor o sangrado. Cuanto antes se detecte el tumor, mejor pronóstico tendrá.

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