Y bien, por el número de lectores que respondieron a su llamada de apoyo —y que esperaban una respuesta de mi parte— pedí a Manuel una entrevista. En verdad me convencí de que este muchacho es una promesa, un ser extraordinario que supera las expectativas… Físicamente pequeño, bien informado y con una mente perspicaz, con presteza y celeridad. Además con mucho ingenio y sagacidad.
Se rodea de un grupo de compañeros de estudio que lo protegen y lo ayudan a transportarse en su silla de ruedas desarmable, con capacidad como para un niño de 12 años; hecha en Antigua por la Asociación Transiciones, hace más de dos años. Pero que ya necesita reparación por tanto uso que recibe. A los nobles lectores que me han ofrecido donarle una silla normal, les doy las gracias por su generosidad, pero no se adaptaría a su necesidad.
Lo más admirable de este joven son sus ansias de ser profesional. ¡Un ingeniero en sistemas! Su gran deseo de superarse, de vencer sus limitaciones físicas y económicas. Enfrenta duros obstáculos para transportarse a la universidad, de jalón en jalón… Pero sus cursos de segundo año van al día.
¡Pero cómo subsistir! Su madre trabaja haciendo limpieza en las calles de Mixco, de parte de la municipalidad, y sobreviven con sus hermanos en un limbo de pobreza. El padre, como muchos otros, les abandonó.
Una amiga pedagoga y orientadora que le acompañaba, me dice: Manuel es un muchacho que tiene sueños… Lo único que necesita para realizarlos es recibir apoyo para transportarse, libros, cambiar su silla de ruedas, un celular y también ropa y comida. ¿Y solo eso? Pensé yo… ¡Si le falta todo!
Aproveché el momento para entregarle un aporte que me fue confiado y pedirle que abriera su cuenta de banco, cuyo número es 4756039667, de Banrural, a nombre de Werner Manuel Hernández Bonilla. Su número de teléfono es 5337-4130 y su correo electrónico, rmanuelhb1@gmail.com.
Con esta información y el comentario que he tratado de resumir sobre este caso, creo poder responder los correos de los lectores, solicitándome más datos sobre el llamado que hiciera para ayudar a este joven estudiante, que sufre de tantas limitaciones.
rina.montalvo@gmail.com