El paciente fue Patrick Hardison, de Senatobia, Misisipi, EE. UU., quien sufrió graves heridas faciales cuando trabajaba como bombero voluntario justo unos días antes de los ataques del 11 de septiembre.
Hardison quedó severamente desfigurado cuando el techo de una casa en llamas cayó sobre él durante una misión de rescate. Perdió los párpados, las orejas, los labios, la mayor parte de su nariz, el cabello y las cejas.
Eduardo Rodríguez, jefe del departamento de cirugía plástica, lideró la operación luego de un año de preparativos, anunció el centro médico.
La cirugía le dio a Hardison un nuevo rostro con otro cuero cabelludo, orejas, canales auditivos y algunas porciones de huesos de barbilla, pómulos y nariz.
También le proporcionó nuevos párpados y músculos que controlan el parpadeo. Antes Hardison no podía cerrar sus ojos completamente.
Hardison llegó al doctor Rodríguez luego de más de 70 cirugías previas.
Los trasplantes de rostro se han vuelto cada vez más frecuentes en los últimos años.
En marzo, un hospital español informó que había practicado exitosamente lo que llamó entonces el trasplante facial más complejo hasta la fecha: consistió en la reconstrucción de la parte baja del rostro, cuello, boca, lengua y garganta de un hombre anónimo terriblemente desfigurado por una enfermedad.
El hospital universitario Vall dHebrón de Barcelona indicó que la operación reconstruyó dos tercios del rostro del hombre de 45 años.
En 2010, el mismo hospital practicó el primer trasplante facial total en un hombre que sufrió un accidente que lo dejó sin nariz y deformó su mandíbula y pómulos.
El primer trasplante facial parcial del mundo fue practicado por médicos franceses en 2005, en una mujer que había sido atacada por su perro.