La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la influenza como una infección vírica que dura, generalmente, una semana y se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, dolor de cabeza, malestar general, tos seca, dolor de garganta y congestión nasal.
Existen dos tipos de influenza: los tipos A y B. La influenza tipo A se clasifica en subtipos en función de las combinaciones de dos proteínas de su superficie: la hemaglutinina (HA) y la neuraminidasa (NA), por lo que se puede clasificar en H1N1, H3N2, H2N5. Mientras que el virus de tipo B no se clasifican en subtipos.
“La primera pandemia de la influenza ocurrió en 1918. Fue tan grande que falleció las dos terceras partes de la población mundial. Se dice que murieron más personas por esta enfermedad que por la primera guerra mundial”, comenta la infectóloga Evelyn Rojas.
Síntomas de la influenza
La influenza se manifiesta muy parecido que una gripe, por eso muchas personas al tener los primeros síntomas no consideran que se trate de esta enfermedad y la tratan como una gripe, lo cual después puede traer consecuencias.
Los síntomas de la influenza comienzan como una infección viral. Las primeras molestias son dolor de garganta, congestión o secreción nasal, dolor de cabeza, cansancio; luego se puede presentar fiebre, dolor muscular, malestar general del cuerpo y, en casos menos comunes, diarrea y vómitos.
“Esta enfermedad ataca a nivel pulmonar, causando un déficit respiratorio porque inflama los pulmones y se pierde la capacidad de oxigenación. La influenza, cuando no es tratada a tiempo ni como se debe, es tan mortal como el Covid-19 porque los pacientes pueden llegar a necesitar soportes de respiración por medio de ventilación mecánica”, explica Rojas.
¿Cómo se contagia?
De acuerdo con Iris Cazali, jefa del Departamento de Infectología del Hospital Roosevelt, los virus de la influenza se contraen por vía respiratoria. Es decir, que se esparcen principalmente a través de las gotitas que se producen cuando las personas con esta enfermedad tosen, estornudan o hablan. Estas gotas pueden caer en la boca o nariz de las personas sanas, por lo que se contagiarían de influenza.
Es menos frecuente que una persona se contagie si toca una superficie o un objeto contaminado con el virus y luego se toca los ojos, la nariz o la boca.
Por ello, Cazali recomienda que para prevenir la influenza se utilice mascarilla, al toser o estornudar, taparse con el codo y lavarse las manos constantemente.
Tratamiento y vacunación
La recomendación es que, si los síntomas persisten por más de tres días, o si la fiebre es de 39-40 grados, o el malestar general sea demasiado fuerte, se visite a un médico para determinar si se trata de influenza. También es importante monitorear la oxigenación, en caso de bajar de 94 debe acudir con un especialista lo más pronto posible.
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La prueba para saber si se trata de esta enfermedad es un hisopado. Los de prueba rápida determinan si se trata de influenza tipo A o tipo B. “Determinar esto es relevante porque la tipo B es más agresiva. Además de que así se elige el tratamiento”, dice Rojas.
La influenza se trata con un antirretroviral, el cual logra que los síntomas sean menos prolongados y severos. “Las personas con alguna enfermedad de base como diabetes, cáncer, problemas renales; las mujeres embarazadas y quienes están en los extremos de la vida: la niñez y los adultos mayores son quienes tienen mayor factor de riesgo a que esta enfermedad se complique y tengan cuadros de neumonía y bronquitis”, enfatiza Cazali.
Las profesionales explican que para combatir la influenza existe una vacuna, la cual se deben colocar todas las personas cada año desde los seis meses de edad. En esta vacuna los científicos reúnen los virus de la influenza más comunes del último año en el hemisferio norte y en el hemisferio sur, para que el cuerpo genere defensas y se prevengan complicaciones de la enfermedad.
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“Cada año hay que vacunarse, porque la vacuna no incluye todos los virus de la influenza existentes. Hay que tomar en cuenta que cuando se coloca la vacuna se sienten síntomas de gripe, pero lo que está haciendo el cuerpo es crear anticuerpos para la influenza”, explica Cazali.
¿La gastroenteritis es una complicación de la influenza?
Las infectólogas coinciden en que la gastroenteritis no es una complicación de la influenza. En virus como el rinovirus y el enterovirus se pueden tener síntomas de diarrea, pero es en casos menos frecuentes.
“En el caso de la influenza, la complicación es eminentemente respiratoria. Se pueden presentar neumonía, bronquitis, o un déficit respiratorio que hará que la persona requiera soporte de respiración por medio de ventilación mecánica, lo cual puede llevar al área de cuidados intensivos de un centro hospitalario”, dice Rojas.