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Tres cuartos de los adolescentes han visto pornografía en internet para cuando tienen 17 años

El 41 por ciento de los adolescentes afirma haber visto imágenes de desnudos o actos sexuales en internet durante la jornada escolar. Estas son las cifras que revela un reciente estudio.

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Tres cuartas partes de los adolescentes han visto pornografía en internet para cuando tienen 17 años, y la edad promedio de la primera exposición son los 12 años, según el informe de Common Sense Media, un grupo de defensa de la infancia sin fines de lucro. (Foto Prensa Libre: Freepik)

Tres cuartas partes de los adolescentes han visto pornografía en internet para cuando tienen 17 años, y la edad promedio de la primera exposición son los 12 años, según el informe de Common Sense Media, un grupo de defensa de la infancia sin fines de lucro. (Foto Prensa Libre: Freepik)

El internet ha transformado la pornografía, haciéndola mucho más fácil de ver y compartir que en los tiempos de la revista Playboy y la televisión nocturna por cable.

Para los adolescentes, eso ha creado un diluvio de fotografías y videos sexualmente explícitos que ha invadido su vida cotidiana, según un informe publicado el martes.

Tres cuartas partes de los adolescentes han visto pornografía en internet para cuando tienen 17 años, y la edad promedio de la primera exposición son los 12 años, según el informe de Common Sense Media, un grupo de defensa de la infancia sin fines de lucro. Según el informe, los adolescentes ven fotografías y videos en sus celulares, en sus dispositivos escolares y en las redes sociales, sitios de pornografía y sitios de transmisión en continuo.

El informe subraya la omnipresencia de la pornografía: el 41 por ciento de los adolescentes afirma haber visto imágenes de desnudos o actos sexuales en internet durante la jornada escolar. Gran parte de la exposición fue accidental, ya que el 58 por ciento afirmó que no había buscado los videos y fotografías sexualmente explícitos, sino que se había topado con ellos mientras navegaba por internet, en las redes sociales, o a través de motores de búsqueda o haciendo clic en anuncios.

Los adolescentes se enfrentan cada vez más al papel de la tecnología en su salud mental y su bienestar. En los últimos años, los legisladores han criticado las plataformas de redes sociales como Instagram por exacerbar los trastornos alimentarios y han analizado cómo se han utilizado estos sitios para vender sustancias ilegales, como drogas con fentanilo, a los adolescentes.

El efecto de la pornografía en línea sobre los adolescentes se ha examinado menos, pero los padres y los políticos se han enzarzado en encarnizados debates sobre la seguridad tecnológica y sobre si los debates en torno a la pornografía deben tener lugar en las escuelas o en las casas. En otoño, los cursos de educación sexual de Idaho fueron falsamente descritos en mensajes y un artículo como promotores de la pornografía. Los tuits que enlazaban al informe falso provocaron indignación en internet y fueron mencionados en Fox News. En Luisiana, una nueva ley exigirá que en los sitios de pornografía se verifique la edad antes de tener acceso.

“No podemos esconder ese tema bajo la alfombra solo porque resulta incómodo hablar de él”, afirmó Jim Steyer, fundador y director general de Common Sense Media, que tiene previsto presentar el informe esta semana a funcionarios de la Casa Blanca y de organismos federales. “La pornografía es una parte enorme de la vida de los niños que tienen acceso digital como nunca antes, y necesitamos tener una conversación nacional sobre ello”.

Parte del problema es que la pornografía en línea es una industria muy lucrativa, lo que le permite afianzarse. Aunque hay pocos datos sobre el tamaño de la industria de la pornografía en línea, un cálculo de Alec Helmy, fundador de la publicación comercial XBIZ, que encuesta a los procesadores de pagos, sitúa los ingresos de los influentes y las plataformas para adultos en al menos 15.000 millones de dólares en 2022. Helmy calcula que los ingresos de la pornografía en internet en 2012 fueron de 5000 millones de dólares.

En los últimos años, la pornografía en línea se ha convertido en un negocio en el que miles de personas tienen sus propios canales de transmisión en continuo, mensajes de texto y fotografías que se promocionan en sitios como Instagram y se alojan en plataformas como OnlyFans y PornHub, explicó Helmy.

El informe de Common Sense se basó en una encuesta realizada en septiembre a 1358 estadounidenses de entre 13 y 17 años. Más de la mitad afirmó haber visto pornografía de actos violentos como violaciones, asfixia o dolor. La mayoría afirmó que la pornografía mostraba estereotipos de negros, latinos y asiáticos. Más de la mitad dijeron sentirse culpables o avergonzados después de ver pornografía.

Al mismo tiempo, el 45 por ciento aseguró que la pornografía proporcionaba información útil sobre el sexo. Los adolescentes LGBTQ, en particular, señalaron que les ayudó a descubrir más sobre su sexualidad.

“Debemos tener cuidado a la hora de decir que toda la pornografía es buena o mala”, comentó Emily Rothman, profesora de Ciencias de la Salud Comunitaria en la Universidad de Boston. “Aquí hay matices”.

En la encuesta de Common Sense, los adolescentes dijeron que gran parte del contenido que veían era perturbador. Solo uno de cada tres afirmó que la pornografía incluía a alguien que pedía consentimiento antes de iniciar la actividad sexual. Menos de la mitad dijo haber hablado de pornografía con un adulto de confianza. De los que lo hicieron, la conversación “los animó a pensar en otras formas de explorar el sexo o la sexualidad distintas del porno”, según el informe.

Los adolescentes que buscaban pornografía a propósito aclararon que sus principales fuentes eran sitios como PornHub y YouPorn. Instagram, TikTok, Snapchat, Reddit y otros sitios de redes sociales ocuparon el segundo lugar como fuentes de pornografía.

Instagram, Snap y TikTok prohíben el material sexualmente explícito. Sin embargo, esos sitios se han utilizado para promociones que enlazan con sitios de pornografía. También prohíben a los particulares dirigir a los usuarios a pornografía en otras plataformas.

En diciembre, YouTube prohibió el canal de PornHub por violar en repetidas ocasiones su política que prohíbe enlaces a sitios web que violen las directrices de la comunidad de YouTube, como la pornografía. Meta, propietaria de Facebook e Instagram, tiene una prohibición similar de enlaces externos y señaló que sus algoritmos estaban diseñados para limitar la difusión de contenidos sexualmente explícitos.

Un portavoz de YouTube aseguró que su política era “prohibir de manera estricta la publicación de contenido explícito, como la pornografía, que pretende ser sexualmente gratificante en nuestra plataforma”. Meta agregó que Facebook e Instagram tienen controles que dificultan de manera automática que los adolescentes busquen y encuentren contenidos sexualmente sugerentes.

TikTok afirmó que no permite contenido sexualmente sugerente en sus canales “Para ti” y que bloquea búsquedas y etiquetas inapropiadas. “Seguimos invirtiendo en experiencias seguras y apropiadas para la edad de los adolescentes a través de políticas sólidas, controles parentales y tecnología con el fin de contrarrestar ese contenido a escala”, explicó un portavoz de TikTok mediante un comunicado.

Reddit rechazó hacer comentarios sobre el informe, pero señaló que no tenía una prohibición estricta de contenidos para adultos. La aplicación está más orientada a usuarios mayores y tiene una edad mínima sugerida de 17 años. Según la política de la empresa, los usuarios menores de 17 años que participen en discusiones de grupo con contenido para adultos quedan excluidos de la aplicación.

Snap dijo que prohibió cuentas que promovían contenido sexual explícito y que estaba “trabajando constantemente para mejorar los esfuerzos para combatirlo.” El contenido de los creadores y editores se modera antes de que una gran audiencia pueda verlo, lo que reduce la propagación y el descubrimiento de contenidos que violan nuestras políticas, precisó Snap.

PornHub no respondió a las solicitudes para hacer comentarios.

Profesores y padres dijeron que no podían confiar en que las empresas tecnológicas bloquearan los contenidos.

“No se puede culpar a la tecnología y no tener estas conversaciones con los niños”, comentó Viramontez.