Salud y Familia

Una guía esencial para acampar en la naturaleza y conectar con el espíritu

Cuando estamos en el mundo silvestre nos vinculamos fuertemente al planeta y a la misma experiencia humana. Si busca este tipo de conexión, le compartimos una guía para acampar.

Una guía esencial para acampar en la natural y conectar con el espíritu

Durante los últimos meses del año, los volcanes suelen ser lugares habituales para visitar en Guatemala. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Desde hace tres siglos, se cuentan relatos de individuos que, de manera efímera, eligieron habitar y descansar bajo el cielo abierto, sumergiéndose en la experiencia de la intemperie natural. Se dice que fue durante el período del Romanticismo en los siglos XVIII y XIX que se popularizaron los campamentos a manera de celebrar la relación con la naturaleza.

Hacia el presente, acampar se ha transformado en una alternativa para quienes desean sumergirse en los distintos escenarios del mundo. Pasando por hechos notorios como la creación del movimiento scout o la oleada contracultural en la década de 1960 con en el movimiento hippie, los campamentos se han esparcido en la cultura occidental atrayendo a miles de personas.

En Guatemala, esta actividad suele estar presente en el grueso poblacional que además se interesa por opciones como el montañismo o el senderismo. Según apunta Edgar Rivera, miembro de K’ashem -empresa encargada de ofrecer experiencias de aventura-, es común que en el país se busquen destinos al aire libre durante las épocas sin lluvia, como la actual.

De acuerdo con Rivera, entre noviembre y febrero los cielos despejados, así como el predominante Sol y la constancia del viento hacen de las actividades naturales predilectas para el tiempo de descanso. El experto agrega que, de marzo a abril, la oferta también suele incrementar y llama la atención de quienes desean acampar.

El experto menciona que entre los destinos que las personas suelen buscar destacan volcanes -como el Acatenango, Tajumulco, Santa Marta, entre otros-, lagunas -Brava, Lachuá o Semuc Champey- o zonas boscosas -entre ellas, locaciones próximas a sitios arqueológicos como El Mirador o Tikal-.

Planificar y realizar el campamento

Más allá del deseo por conocer un nuevo sitio en la naturaleza, es crucial que las personas establezcan un plan o ruta para la aventura. Lo primero, dice Edgar Rivera, consiste en saber el tipo de lugar al que se quiere ir, dependiendo de factores como el clima o el tipo de terreno.

Por ejemplo, no es lo mismo elegir el Volcán de Fuego, donde es más frío, que el de Ipala, que está en una zona más cálida, subraya el especialista en aventuras al aire libre. También es necesario que las personas sepan si el lugar elegido cuenta con áreas para acampar.

Aunque es entendible que muchos quisieran llevar a cabo la expedición en solitario o en grupo junto a conocidos, también es importante considerar a guías especializados en los lugares, dice Rivera.

Una guía esencial para acampar en la natural y conectar con el espíritu
Varios de los elementos esenciales a la hora de acampar tienen que ver con sus posibilidades tanto de utilidad como de comodidad. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

“Muchas personas, por ejemplo, por ahorrarse gastos buscan ir sin guías. Pero puede que salga más caro. Ha sucedido que en algunos volcanes como el de Agua, haya asaltos a personas que no conocen la zona”, añade Edgar. De esa cuenta, el experto sugiere contactar a guías certificados por el Instituto Guatemalteco de Turismo, o bien, que trabajen con empresas de aventuras.

La organización del viaje también debe realizarse con un tiempo prudencial que permita a los viajeros considerar gastos; así como investigar cómo se llega al destino, de qué forma puede hacerse; averiguar sobre puntos con servicios médicos o de emergencias, e incluso si hay mecánicos (de ir en un viaje autogestionado).

Dentro de la planificación se debe considerar el alimento. “Es importante llevar comida a la que uno esté acostumbrado. Hay que ser prácticos y sencillos: se puede optar por panqueques con jalea, sándwiches de jamón o pollo, sopas instantáneas, fruta, café o pasta”, sugiere Edgar Rivera.

Otros insumos como barras energéticas, avena o suficiente agua pura suelen ser recomendados para este tipo de expediciones. Aunque es importante considerar la alimentación durante las aventuras, se debe tomar en cuenta la extensión y dificultad del camino respecto al peso y la cantidad de elementos que serán cargados hasta el destino.

A la hora de acampar, Edgar Rivera sugiere instalarse en un espacio plano que esté lejos de posibles zonas de derrumbe como cerros o paredes naturales. Si se hace una fogata es importante que esta se mantenga lejos de la carpa. A la hora del descanso las personas deben tener a mano su linterna. Puede ser cerca de su cabeza.

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Es importante asegurarse que el lugar en el que se desea acampar tiene un espacio plano en el cual se pueda colocar la carpa. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

En dado caso se lleven herramientas que necesiten algún tipo de energía revisar su estado y funcionamiento.

Si las personas deciden llevar a cabo su aventura con alguna empresa o un guía, es recomendado investigar sobre su trabajo considerando la información de Internet. “Las redes sociales ayudan mucho porque se pueden revisar las páginas. Algo útil son los comentarios donde podés leer la retroalimentación de los usuarios”, añade Rivera.

Equipo recomendado para acampar

Los elementos esenciales para la aventura suelen ser aquellos que sirven tanto para la seguridad como la comodidad de los exploradores. Edgar Rivera destaca las siguientes herramientas:

  • Carpa: Es básica para cualquier campamento. Debe resistir a temperaturas frías como calientes e incluso al viento. Una de calidad garantizada puede oscilar entre los Q.500 y los Q.3 mil.
  • Una base o soporte: Se debe colocar algo debajo de la carpa. Puede ser una colchoneta para camping, o inflables especializados. El propósito es darle un soporte al suelo para que idealmente no sea tan rígido el descanso.
  • Saco de dormir: Es básico para acamar. Debe ser tipo “momia” y soportar al menos 0 grados. En lugares con calor puede ser un saco liviano.
  • Mochila: Puede ser de cualquier tipo que aguante equipaje. Destaca que sea un maletín, una mochila de viaje o una especializada para senderismo. Lo más importante, dice Rivera, es que esta pueda tener un cinturón, que tenga arnés y dos varillas en el espaldar. Esto ayudará a sostener la postura y el equilibrio.
  • Ropa adecuada: En lugares cálidos se sugieren pantalonetas, licras y piezas de algodón, exceptuando particularmente la lona, ya que esta genera peso. En el caso de territorios fríos se sugiere ropa sintética, gorra, guantes, chumpas rompevientos impermeables o fundas. En ambos casos se sugieren piezas livianas pero adaptadas al clima y que haya una mudada por día.
  • Herramientas varias: Navaja, linterna, cubiertos plegables o desechables, bolsas para recoger los desechos, así como lentes, protector solar, y bastones son importantes.

Volcarse a la naturaleza

Para el experto entrevistado tener este tipo de experiencias “da un equilibrio a la vida, más si vivimos en oficinas”. El equilibrio, la compañía (si se hace con amistades o familiares), son entre las mayores ganancias, según apunta Edgar Rivera de K’ashem. Asimismo, subraya: “la idea es que sea de la forma más segura y que sea de diversión y no un momento de estrés”.

La salud mental y el cuerpo juegan roles importantes en la experiencia de acampar y encontrarse en la naturaleza.

A decir de la psiquiatra Amanda Terraza, el contacto con la naturaleza disminuye los niveles de cortisol, lo cual permite que a la vez se disminuyen los niveles de ansiedad. “Sabemos que incluso puede reducir la presión arterial. Además, algunas sustancias biológicas hacen que nos sintamos más tranquilos”, añade.

Una guía esencial para acampar en la natural y conectar con el espíritu
Más allá de la significativa experiencia que tiene la naturaleza en cada persona, el compartir una exploración fomenta lazos y procura una mayor apertura hacia los demás. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Terraza añade que el cerebro, al situarse frente a patrones repetitivos, como los de las hojas o los sonidos de la naturaleza -entre ellos, pájaros, viento o agua- produce ondas alpha, las cuales se encargan de inducir la calma mental, así como la asimilación entre mente, cuerpo y aprendizaje.

“Al estar más tranquilos y relajados podemos llegar a sentirnos más contentos. La tecnología brinda estímulos fuertes, rápidos que dan pequeñas descargas dopaminérgicas a nivel cerebral, como si fueran pequeñas descargas de placer. Pero esto cansa al cerebro, incluso lo vuelve adicto”, añade.

Asimismo, la psiquiatra dice que los estímulos tecnológicos cansan nuestra atención, a diferencia de lo que hace la naturaleza en nuestra percepción de la realidad.

Otra de las bondades psíquicas del contacto con la naturaleza surge cuando se comparte la aventura: “El contacto en un entorno natural nos va a permitir una mayor apertura a una comunicación más abierta. Vamos a hacer actividades juntos que nos permitan vincularnos mejor, que si estamos en n ambiente donde nuestra atención está dividida”, concluye Terraza.

ESCRITO POR:

Alejandro Ortiz

Periodista de Prensa Libre especializado en temas sobre cultura y bienestar, con 5 años de experiencia.