Tras la ya prácticamente confirmada finalización de la primera etapa, cuyo objetivo principal era el de alcanzar el máximo pico de contagios de coronavirus en nuestro país, el Gobierno, con el Ministerio de Sanidad como cabeza visible, se plantea ahora una nueva estrategia a seguir para la siguiente fase, también conocida como “fase de transición”, siendo su objetivo primordial el de doblegar el pico de contagios.
Del mismo modo, se pretende que el levantamiento del confinamiento actual de la población, aprobado en virtud del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, y el cual, con casi total seguridad, tendrá lugar de forma progresiva, no conlleve una nueva ola de contagios.
“Arcas de Noé” y Apps de geolocalización
En este sentido, el Gobierno está barajando diferentes escenarios posibles, entre los cuales se encuentra el confinamiento en infraestructuras públicas y/o privadas de ciudadanos con sintomatología leve o asintomáticos, las conocidas informalmente como “Arcas de Noé”, que ya han sido empleadas en China con resultados favorables en la paralización del contagio.
El nombre bíblico de “Arca de Noé” tiene su origen en China el pasado mes de febrero, cuando las autoridades convirtieron lugares como estadios y pabellones públicos en hospitales provisionales. La finalidad de este nuevo uso de las instalaciones consistía en aislar de sus familiares a los pacientes leves de Covid-19. El símil bíblico es, por tanto, evidente, pues, en ambos casos se mencionan lugares seguros ante una adversidad externa, llámese ésta diluvio universal o coronavirus.
Bajo esta previsión el presidente del Gobierno ha realizado un llamamiento a las autonomías para que realicen un listado de infraestructuras destinadas a posibles aislamientos selectivos de población, aunque éstos tendrían carácter voluntario. Precisamente, la aclaración por parte del Ejecutivo del carácter voluntario de posibles aislamientos se realiza tras los debates suscitados en torno a la posible vulneración de derechos fundamentales en caso de realizarse de forma obligatoria.
Por otra parte, ya se encuentra operativa y disponible en algunas comunidades autónomas la aplicación móvil del Gobierno contra el coronavirus, la llamada “AsistenciaCOVID-19”. El objetivo principal de esta aplicación es la autoevaluación de la ciudadanía, descongestionando así los teléfonos de atención sanitaria, a la misma vez que se ofrece una mayor y más actualizada información. Sin embargo, es precisamente la cuestión referente a la geolocalización de los usuarios de la aplicación, lo que ha suscitado cierta polémica en torno a la garantía de la protección de datos personales y, en este caso en particular, a la posible “vigilancia encubierta” del Ejecutivo para garantizar el cumplimiento del periodo de cuarentena.