Por ejemplo, entre el 2008 y el 2010, de los 345 casos secundarios de sarampión registrados en Latinoamérica, 136 provenían de Europa, refiere un reporte del 2011 de la Organización Mundial de la Salud.
Por ello se llevan a cabo campañas de seguimiento como la actual, dirigidas a niños en edad preescolar, como las denomina la OMS, quienes son los que se encuentran en mayor riesgo de contraerlas.
Por qué vacunar
El sarampión y la rubeola son enfermedades que presentan similitudes epidemiológicas como fiebre alta, sarpullido, secreción nasal e irritación de ojos. Ambas se transmiten principalmente por personas infectadas durante el periodo de contagio por medio de estornudos o saliva.
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Si los pequeños no se vacunan, existe el riesgo de que adquieran estas enfermedades inmediatamente después de que su organismo entre en contacto con los virus, ya sea al viajar al extranjero o con una persona que las padezca, expresa la médica Guadalupe Verdejo, representante de Organización Panamericana de la Salud y de la Organización Mundial de la Salud en Guatemala (OPS/OMS).
En el caso de las niñas, cuando crezcan y se embaracen podrían infectarse con el virus de la rubeola, y sus hijos podrían nacer con síndrome de rubeola congénita.
La vacuna contra el sarampión y la rubeola se administra con una inyección en el brazo o en la pierna. Una vez en el cuerpo del niño, toma aproximadamente cuatro semanas en protegerlo, explica Verdejo.
La inmunización contiene los virus del sarampión, la rubeola y el de paperas, los cuales han sido tratados en los laboratorios para hacerlos inofensivos, pero capaces de estimular protección para que el menor ya no adquiera estas afecciones.
Vale la pena destacar que al prevenir la rubeola, también se evita que la embarazada contraiga el síndrome de rubeola congénita, que causa serias complicaciones en el bebé.
La OPS/OMS recomienda que la primera dosis de la vacuna triple viral —sarampión, paperas y rubéola— sea administrada al primer año de vida y la segunda, a los 15 o 18 meses de edad. Otros países lanzan campañas de vacunación cada cuatro o cinco años, para garantizar que todos los menores de 6 años reciban en su vida las dos dosis.
Los mayores de 5 años fueron vacunados en Guatemala en campañas de vacunación previas. En el 2007 se inmunizaron a personas de entre 9 y 39 años, y en el 2008, a pequeños de entre 1 y 6 años.
“Está demostrado que la vacunación es la forma más efectiva de prevenir y erradicar enfermedades. Es un logro que en 16 años no se haya reportado casos de rubeola y sarampión, por lo que hay que mantener la situación actual en la que la OMS certifica a Guatemala como país libre de estas afecciones”, afirmó el vocero del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, Gustavo Barillas. Se espera que sean inmunizados un millón 800 mil niños.
Apoyo
Barillas afirmó que esta cartera contará con el apoyo de la Iglesia Católica y fundaciones, para recorrer zonas capitalinas y comunidades con el objetivo de inmunizar a los pequeños. El vocero informó que el Ministerio está abastecido con suficientes vacunas.
Además de la inmunización de estas enfermedades, por primera vez, esta campaña incluye la completación del esquema de vacunación, así como la administración de vitaminas, entre otros servicios de salud.