EDITORIAL

Inútil búsqueda de protagonismo

Una de las legislaturas más desprestigiadas de los últimos años está a las puertas de efectuar tres interpelaciones a igual número de funcionarios del actual gobierno, en un ejercicio válido y facultado por la ley, pero que en Guatemala ha demostrado su ineficacia porque sus objetivos apuntan a la presión, el chantaje o la extorsión a ministros, en búsqueda o afirmación de privilegios y vano protagonismo.

El ejercicio es estéril y perverso porque detrás de estos juicios políticos no se encuentra el legítimo interés de la ciudadanía, sino, al contrario, subyacen intereses mezquinos. Esto se ratifica cuando se conoce quiénes son los congresistas que encabezan el cuestionamiento, el cual no solo insume recursos, sino valioso tiempo que los funcionarios podrían aprovechar mejor en el desempeño de sus funciones.

En el caso de la interpelación de la ministra de Salud, Lucrecia Hernández Mack, la solicitante es Karla Martínez, una inexperta diputada que llegó a ocupar una curul sin siquiera haber sido electa, pues lo hizo en sustitución del diputado Luis Adolfo Chávez, que fue acusado de pretender la contratación de empresas para hacer negocios con el Estado y de buscar plazas en el Ministerio de Desarrollo Social.

Para más señas, Martínez es hija de la también legisladora por Huehuetenango Sofía Hernández, a su vez denunciada en el Ministerio Público por el gobernador de ese departamento, Hiram Martínez, quien la señala de haberlo presionado para pagar obras sin auditoría, aunque también es conocida por su marcada y evidente inclinación por el transfuguismo.

En el caso de la interpelación del ministro de Comunicaciones, Aldo García, esta es impulsada por el cuestionado diputado por Izabal, Byron Chacón, también caracterizado por su camaleonismo, pues su carrera la inició en la UNE y pasó a la Gana. Por si fuera poco, tiene pendiente un trámite de antejuicio por discriminación hacia la gobernadora de Alta Verapaz, a quien varios congresistas presionaron en 2016 para que se les adjudicaran obras. Ahora, este legislador, acogido en la bancada oficialista, ataca a un ministro designado por el Ejecutivo, FCN-Nación, con lo que deja entrever su aviesa agenda.

Asimismo se ha planteado una cita ante el pleno al ministro de Economía, Rubén Morales, promovida por ciertos diputados que habrían solicitado ciertas prebendas que les fueron negadas y por ello ahora estarían en busca de una forma de presionar al titular, en una ratificación de las mezquinas motivaciones que mueven a los parlamentarios cuando se ven dominados por sus bajas pasiones.

Bien harían los diputados en reencauzar sus objetivos y empeñarse pero en salir del lodazal de desprestigio en que se encuentra el Organismo Legislativo, pues con acciones tan socorridas y desesperadas, como las inútiles interpelaciones, solo ahondarán la zanja y poco aportarán al avance del país, que ya conoce sus tretas.

La persistencia en interrogatorios amañados solo acentuará el ridículo en el hemiciclo, como ocurrió con aquellos que hace un par de semanas vociferaron y argumentaron artículos inexistentes en contra del procurador de los Derechos Humanos, lo que solo evidenció su crasa ignorancia respecto del oficio de un auténtico legislador.

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