EDITORIAL

Temas de plática el día del fiambre

El 1 de noviembre tiene en Guatemala, entre muchos otros componentes, la coincidencia de las familias en torno a la mesa donde se consume el fiambre, ese plato frío tradicional único de la gastronomía guatemalteca. Sin duda, entre los temas de conversación este año destacaron varios tanto del ámbito nacional como internacional, y para muchos sobresale la complicada situación del país debido a la serie de hechos notables que coincidieron a finales de la semana pasada.

Algunos han de haber mencionado al viernes último como la tormenta perfecta en el ámbito político, de posibles consecuencias devastadoras para el gobierno del presidente Morales y para el país en general. Hay elementos perturbadores en el tablero político nacional: las acusaciones contra familiares del gobernante y del vicepresidente Cabrera, en hechos que ya están bajo investigación judicial. Además, el Congreso vive un agitadísimo período preelectoral, contaminado por rumores de componendas entre los grupos contendientes y de acusaciones de grupos vinculados con el narcotráfico.

Por aparte, es innegable que la muerte del exministro de Finanzas Pavel Centeno levanta suspicacias, dadas las condiciones particulares que rodean ese trágico acontecimiento. Y qué decir del paro del transporte pesado, que amenazó con causar desabastecimiento de combustible y alimentos en todo el país.

En el campo internacional, las elecciones estadounidenses siguen provocando preocupación, por los extremos a que se ha llegado; así como los problemas gravísimos que enfrenta Venezuela por la negativa de Nicolás Maduro a realizar un referendo revocatorio, y la mediación del Vaticano entre el Gobierno y los opositores, debido a que el papa Francisco ha designado para tal tarea a un clérigo argentino, que se incorpora a un proceso político a pocos meses de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner haya salido del cargo y enfrente ahora serios cuestionamientos políticos.

Fernández de Kirchner y Maduro integraron en su momento la chavista Alianza Bolivariana de las Américas, junto con otros gobiernos que han hecho uso de la fuerza política y militar para conservar el poder. Hay elementos para hablar de una tormenta política global, y no son únicamente estos. La crisis en Alepo y el riesgo de la intervención militar rusa o china a escala global también alimentan el toque de pesimismo para muchos.

Todo conflicto encierra un enorme esfuerzo de gestión, pero se debe analizar buscando soluciones para detenerlo. No hay salidas mágicas ni inmediatas, pero debe prevalecer el ánimo de sortear las dificultades. Vale señalar que en el entorno cercano funcionó bien la estrategia policial de proteger los camiones que transportan combustible y, sin necesidad de aplicar la fuerza, garantizaron el abastecimiento capitalino y evitaron una crisis nacional.

El mundo siempre ha sido una selva. Al observar la gran cantidad y complejidad de los conflictos, puede que la angustia gane la partida. La misión de políticos y de ciudadanos es encontrar la mejor solución posible a cada problema, sin temor a la globalidad y con la esperanza de que es posible un futuro mejor para todos.

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