Manifestó que Guatemala cuenta con políticas para la gestión integrada de recursos hídricos que aún no se aplican en su totalidad, debido en gran parte, a que no cuenta con una ley de aguas nacionales; sin embargo, considera que mediante la participación de la sociedad, asociaciones nacionales e instituciones de gobierno se logrará organizar de forma efectiva y apropiada el cumplimiento de las políticas para la gestión integrada del recurso hídrico.
“Las empresas son usuarias del recurso hídrico que se encuentran sujetas a las normativas gubernamentales, por eso es importante que se cuente con una ley, donde las responsabilidades de cada uno estén establecidas”, indicó.
Manifestó que un importante aspecto en la protección de recursos hídrico es asegurar el agua de buena calidad para evitar la propagación de enfermedades infectocontagiosa que afecta principalmente a la niñez.
“Las políticas de agua han sido ya emitidas por el Gobierno, pero lo que se necesita es una ley y un reglamento de aguas nacionales que de forma apropiada regularice los procesos de aprovechamiento y de protección del recurso hídrico”, dijo.
Alex Guerra, director del Instituto Privado de Investigación sobre Cambio Climático (ICC), señaló que una de las metas de esa institución es impulsar la adaptación al cambio climático, con el fin de asegurar que estos no afecten al país.
“Nos interesa promover el manejo integrado del agua, pues aunque Guatemala es rica en ese recurso tiene muchos problemas y la idea es discutirlos, conocer la información que se tiene y pensar que hacer al respecto”, refirió.
Guerra resaltó que ante las problemáticas en el uso hídrico en la Costa Sur se han hecho mediciones para saber cuánta agua se necesita en cada cultivo de acuerdo al área en la que se encuentra, así como en los ríos para saber cuánta agua hay disponible.
Resaltó que el manejo integral del agua busca disminuir el impacto de los extremos que se dan en verano, cuando hay escases del vital líquido, y en invierno, cuando hay abundancia y se producen las inundaciones y con ello disminuir el impacto en estos.
Amalia Morales Vargas, directora de la Organización de Usuarios del Agua del Río Bolo, Valle del Cauca, Colombia, señaló que la experiencia que se tiene en relación al uso del agua de los afluentes se logró a finales en los años 80 y principio de los 90, cuando se dio un Fenómeno del Niño muy fuerte que afectó el Valle del Cauca, sector que es netamente cañero que cuenta con tres ingenios, donde se logró una fuerte presión por el recurso hídrico.
“Los buenos resulltados se lograron gracias al trabajo que se efectuó con la autoridad ambiental, quien convocó a los usuarios para que se implementara un modelo de protección de agua”, dijo.