El experto explicó: “El Ministerio de Gobernación sabe de los grupos organizados pero no tiene un control sobre ellos, debería haber una coordinación con la Policía para que agentes acompañen al grupo”.
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“No estamos persiguiendo a las personas honradas, perseguimos a los ladrones, a las ratas. Lo que hacemos no es por es por sacar raja –prestigio–, lo hacemos por el bien de las familias”, declaró un representante del grupo.
“Vamos a dejar de hacer esto –patrullar – cuando tengamos un contingente de policías que venga a proteger a los vecinos.
Sobre las pistolas y escopetas que portaban algunos patrulleros, el representante del grupo explicó que “las armas están registradas legalmente y los compañeros que las llevan tienen los permisos legales para portarlas”.
Al comienzo los patrulleros eran 500, ahora el número es de 350 entre hombres y mujeres, quienes según el portavoz aportan dinero para adquirir los implementos que utilizan en las rondas.
Para el analista: “La Ley de Consejos de Desarrollos y el derecho de asociación permiten que las personas se organicen de esa manera. Existe la comisión de seguridad en la municipalidad como también tendría que haber en los Consejos Municipales de Desarrollo. El problema es que todo se hace al revés.
Martínez, quien también es abogado penalista, explicó que en el caso de Salcajá llevó un caso de un vecino que fue vapuleado por un grupo de enmascarados, pero que el Ministerio Público no logró avanza porque el agresor portaba una capucha. Hay acciones al margen de la ley cuando hay grupos así”.
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“El grupo de patrulleros de Salcajá no será el último que surja en el país, pero se corre el riesgo que se conviertan en un grupos paralelo al estilo de Colombia donde hasta para pasar por el lugar hay que pagar y se pone en riesgo la vida de personas que no son delincuentes”, analizó el experto.
Ponen en riesgo a vecinos
Para el jefe la PNC en Quetzaltenango, Jorge Lara, el grupo de Salcajá, “lleva a cabo acciones que únicamente competen a la Policía Nacional Civil, se teme que pongan en riesgo a los mismos vecinos, se les sugiere que se abstengan de realizar acciones fuera de ley. No tienen fundamento legal que los respalde”.
Avalan presencia
Prensa Libre efectuó un sondeo en Salcajá y los vecinos entrevistados afirman que el grupo les brinda seguridad y ante una emergencia la respuesta de los patrulleros es inmediata, contrario a cuando acuden a la Policía.
“Este grupo nos ha apoyado bastante, con ellos se redujo la delincuencia, tengo tiempo de tener mi taller y nunca ha pasado nada, los patrulleros pasan revisando las persianas y los candados”, comentó José Antonio Velásquez propietario de una sastrería.
El dueño de una herrería y quien pertenece a uno de los 40 grupos de patrulleros manifestó que se organizaron porque hubo un tiempo que cada semana aparecían hasta tres negocios saqueados. “Desde que patrullamos por zonas bajaron los saqueos. La otra vez, detuvimos al ladrón, lo llevamos a la Policía y dos horas después lo soltaron”. Contó el vecino, quien no quiso ser identificado.
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Según Leticia Ixlaj, vecina de Salcajá, quienes patrullan “son personas honestas” y para ayudarlos en las viviendas hay alarmas para alertar a los demás pobladores sobre algún hecho delictivo “entonces salimos todos”, aunque la ronda funciona en la noche, durante la mañana vecinos registran hechos delictivos principalmente el robo de telas típicas.
“El primer grupo ronda surgió hace 15 años cuando la delincuencia se desató en Salcajá, se supo de muchos vecinos asaltados y el alcalde Miguelito –Miguel– Ovalle autorizó que se formaran varios grupos en cada zona”, explicó la vecina Bernarda Gramajo.
De los robos durante la mañana las vecinas aseguran que los comerciantes se alertan. “Hemos atrapado a algunos, más en el mercado, también a mujeres que roban carteras, los agarramos porque la Policía no hace nada entonces uno mismo hace la justicia”, dijo Gramajo.
Al respecto la comuna de Salcajá respondió que: “Esos grupos se organizaron de forma voluntaria y no cuentan con el respaldo de la Municipalidad”.
Incapacidad del Estado
De acuerdo con el sociólogo Jorge Ramos: “Estas rondas de vecinos son una respuesta de la población a la incapacidad del Estado para prestar seguridad ciudadana, son la expresión de esa falta de una respuesta inmediata a la necesidad de seguridad”.
Para Ramos los patrullajes de civiles son un consuelo para satisfacer su necesidad, pero al analizar la situación, presenta un grave problema que genera un cuestionamiento sobre el papel que desarrolla la Policía, Gobernación Departamental y otras instituciones de gobierno que deberían ser quienes brinden la seguridad.
“Es peligroso en el sentido que nos preguntamos ¿dónde queda el control, dónde queda entonces el papel del Estado expresado en la Policía quien al final tiene el control. Lo tiene el Estado con sus instancias responsables o lo tiene la población civil organizada? Entran en cuestionamiento las normas y las leyes establecidas, el Gobierno tiene un desafío muy grande”, concluyó.
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