El funcionario respondió así a los cuestionamientos por las condiciones infrahumanas que sufren los niños migrantes en los centros y albergues y que han sido denunciadas por organizaciones humanitarias.
Además, McAleenan confirmó que se harán pruebas de ADN a los niños que viajen acompañados de adultos hacia Estados Unidos para “protegerlos” y evitar que sean “explotados”.
El funcionario habló a la prensa después de participar en la VII Reunión de Ministros y Secretarios del Triángulo Norte de Centroamérica que se desarrolló en el Palacio Nacional de la Cultura de Guatemala.
Adicionalmente, McAleenan enfatizó que mientras se desarrollaba la conferencia de prensa el Congreso de su país se encuentra discutiendo una aprobación de US$4 mil 500 millones para un apoyo adicional a la crisis humanitaria en la frontera sur y “ofrecer mejor cuidado de los niños bajo nuestra custodia y cuidarlos incluso desde antes (de que lleguen a territorio norteamericano”.
Aunque todavía no está definida la fecha de arranque para la implementación de pruebas de ADN a los menores migrantes que se desplazan por territorio guatemalteco, la identificación de menores dará resultados prontos, reiteró Enrique Degenhart, ministro de Gobernación de Guatemala.
Con esta nueva tecnología, continuó el ministro guatemalteco, los resultados de identificación se tendrán en 90 minutos, pero admitió que aún no cuentan con un protocolo de reacción en caso de que los menores sean extranjeros, lo cual “evitaría la posibilidad de generar un conflicto” con los países de origen de los menores.
Por su parte, McAleenan dijo sentir una “profunda empatía” por la crisis humanitaria y migratoria de la región y apuntó que ha visto en la frontera sur de Estados Unidos cómo los menores han sido “explotados” y que ya fueron identificados unos 5 mil casos en los que no había relación familiar.
“Consideramos que el número es mucho mayor de aquellos que llegan con niños que no son propios con la expectativa de poder entrar a territorio norteamericano”, por lo que pidió trabajar en equipo para evitar esos casos.
McAleenan indicó que en mayo casi 60 mil niños llegaron a la frontera de Estados Unidos como parte de unidades familiares de menores no acompañados.
Degenhart aceptó seguir discutiendo con Estados Unidos la posibilidad de convertir a Guatemala en un “tercer país seguro” para contener el flujo migratorio irregular que busca llegar a suelo norteamericano.
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