Guatemala

Escándalos de secretarios

De atender la agenda y ser asesores del gobernante de turno, en las últimas administraciones los secretarios privado y general de la Presidencia se han convertido en funcionarios con alto poder político que los ha llevado a acumular riquezas inexplicables.

Los secretarios general y privado ejercen influencia en el gobierno y sobre todo con el Presidente.

Los secretarios general y privado ejercen influencia en el gobierno y sobre todo con el Presidente.

El más reciente caso es el de Gustavo Martínez, yerno y ex secretario general del presidente Pérez Molina, quien fue capturado bajo la acusación de asociación ilítica y tráfico de influencias.

A este exfuncionario también se le señala de tener una hacienda y caballos pura sangre que difícilmente pudo haber adquirido con su sueldo mensual de Q26 mil.

Juan de Dios Rodríguez, ex secretario privado de Pérez Molina, también ha estado envuelto en escándalos. Exfinancista del Partido Patriota, Rodríguez fue operador del mandatario para influir en la elección de magistrados a cortes de Justicia.

Posteriormente fue nombrado presidente de la Junta Directiva del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, de donde salió directo a la cárcel por un contrato irregular que ha costado la vida de unos 22 enfermos renales.

Influencia

Desde la gestión de Álvaro Arzú, el secretario privado ha tenido protagonismo. En esa administración, Gustavo Porras fue pieza fundamental para la firma de la paz.

El secretario general de la presidencia de Arzú, Héctor Cifuentes, se mantuvo en su puesto sin sobresaltos.

La situación cambió durante la presidencia de Alfonso Portillo, porque su secretario privado, Julio Girón, presuntamente utilizó el derecho de picaporte del despacho presidencial para negocios particulares.

En el 2002 se señaló a Girón de monopolizar el servicio de dos grúas en Puerto Quetzal, Escuintla, a través de la empresa Servicios Bayside. Después salió a luz que este exfuncionario residía en una mansión valorada en Q9 millones, cuando su salario era de Q26 mil.

También le atribuyeron la apertura de empresas de cartón, y de tener cuentas bancarias en Panamá.

Como resultado de varios señalamientos, Estados Unidos le retiró la visa.

La gestión de Luis Mijangos como secretario general fue poco polémica.

Dominio

Óscar Berger nombró secretario privado a Alfredo Vila, quien ejerció mucha influencia sobre el mandatario.

Jorge Arroyave, secretario general de la Presidencia de Berger, tuvo que acudir al Congreso en el 2005 para aclarar gastos por Q489.15 millones sin licitar.

En la gestión de Álvaro Colom, su secretario privado fue Gustavo Alejos, cuyo nombramiento fue visto como un pago de favores por haber sido financista de la campaña proselitista.

La empresa J. I. Cohen, de la cual Alejos era accionista, se convirtió en uno de los principales proveedores de medicinas al Estado.

Carlos Larios Ochaita fungió como secretario general del presidente Colom.

ACLARACIÓN: J.I. Cohen, S.A. afirmó el 14 de julio de 2015, por medio de una carta firmada por Deborah Ann Cohen Mory de Mishaan, Gerente Administrativa y Representante Legal, que: “el señor Gustavo Alejos, Secretario Privado en la época de Álvaro Colom, NUNCA ha sido accionista de la empresa J.I. Cohen”.

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