Pero no solo eso, los expertos consideran que otro factor que influyó en este alto porcentaje de votos nulos fue que hay un desconocimiento generalizado de qué es lo que hace el Parlacén por lo que los políticos tienen la tarea de dar a conocer al electorado las funciones de este.
Guatemala elige cada cuatro años 20 diputados para el Parlamento Centroamericano, en este 2019 el partido político que más apoyo recibió en esta papeleta fue la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), que obtuvo 633 mil 431 votos.
Sin embargo, los votos nulos superan por 408 mil 336 sufragios, es decir casi una vez y media más votos que el partido más votado, cuando el voto nulo se compara con el segundo y tercer lugar la diferencia es exagerada.
Vamos obtuvo 298 mil 47 votos y la Unión del Cambio Nacional (UCN), 228 mil 288, es decir el voto nulo triplicó y cuadriplicó en cantidad al segundo y tercer partido más votado para tener representantes en este organismo.
El dato de 20.61 por ciento de los votos emitidos que obtuvo el voto nulo es histórico pues los memoras electorales del Tribunal Supremo Electoral muestran que durante 2015 el voto nulo para el Parlacén llegó al 7.63 por ciento; en 2011, fue de 9.14, por ciento, y en 1999, fue de 4.28 por ciento. En 2003 y 2007 no se eligieron diputados para ese organismo.
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Otro dato interesante es que tres fueron los departamentos que superaron el promedio nacional de votos nulos, estos fueron Guatemala, donde el 29.2 por ciento de quienes votaron lo hicieron nulo; Quetzaltenango, con el 28.55 por ciento, y Quetzaltenango, con el 23.80 por ciento.
Poco interés de los políticos
Raúl Barreno, politólogo del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos (Incep), consideró que hay varios elementos que pueden explicar por qué una de cada cinco personas decidió votar nulo por el Parlacén.
“Uno es justamente el poco alcance de campaña electoral que regularmente se le da al Parlacén. Dicho de otra manera pareciera que los partidos políticos no tienen interés de generar una agenda alrededor de ese organismo, algo que no se ha evidenciado ni en este ni otros procesos”, explicó el experto.
Agregó que los políticos que aspiran a llegar a este organismo no se preocupan por acercarse a la ciudanía y esto de la impresión que es un espacio mal utilizado y la gente lo asocia a que es un lugar de “resguardo” y “privilegios” y que los políticos lo buscan para mantener el antejuicio.
“Otro elemento es que en las últimas semanas y en varios espacios hubo una especia de campaña de rechazo al Parlacén, esto quizás por la poca incidencia y la escasa agenda estratégica que los políticos proponían”, acotó Barreno.
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Precisó que otra situación que sumó a este contexto es que “institucionalmente el nivel de alcance real que tiene el Parlacén para generar una integración centroamericana y atender problemas regionales como corrupción, migración y crimen organizado es muy poca”, lo cual genera descontento.
“Al mezclar estos elementos tenemos un resultado importante al voto nulo el cual es significativo a diferencia de los otros procesos donde no tuvo un porcentaje tan alto”, acotó el politólogo.
Un fenómeno urbano
El voto nulo tuvo una particularidad muy marcada en esta elección y fue que los lugares urbanos mostraron un rechazo mucho mayor al Parlacén a diferencia de los lugares rurales.
Un ejemplo de esto son los tres departamentos que tienen un promedio arriba del promedio nacional en el voto nulo, pero la muestra más contundente de esto es que 21 de las 22 cabeceras departamentales tienen un promedio de voto nulo mayor al nacional.
Los casos más extremos son Quetzaltenango (Xela), donde el voto nulo sumó el 49.56 por ciento del total de votos emitidos; sigue Guatemala (Capital), con 44.11 por ciento; Antigua Guatemala, 44.10 por ciento, y Huehuetenango, 40.53 por ciento.
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Otros cuadro departamentos tienen porcentajes que oscilan entre 36 y 31 por ciento y otros 13 con porcentajes que van del 22 al 28 por ciento. Solamente Sololá tuvo un porcentaje de voto nulo del 16.19 por ciento.
Gabriela Ayerdi, experta en transparencia de Acción Ciudadana (AC), reflexionó que una de las principales razones por las cuales el voto nulo tuvo un porcentaje tan alto es por “la ineficiencia que tiene el organismo para generar políticas de integración”.
“Sin embargo, este tipo de políticas no existen y esto crea la idea de que el Parlacén es ineficiente y la ciudadanía simplemente concluye de que quienes están ahí no hacen nada”, anotó la experta.
También planteó una hipótesis sobre por qué el porcentaje de votos nulos es más alto en los lugares urbanos que en los rurales y es el acceso a medios masivos de información.
“Posiblemente en las cabeceras departamentales hay más acceso a la información, hay más acceso a Internet y precisamente por eso la gente decidió votar cruzado”, indicó Ayerdi.
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Agregó que lo que sucede con las áreas rurales es que ha existido la tendencia de que sus pobladores votan de forma lineal. “Es decir, así como escogen al alcalde por ese mismo partido votan por diputados”.
Agregó que esto puede comprobarse al final de las votaciones y está no ha sido la excepción pues actualmente se hable de mayoría de un partido político tanto en el Congreso, Parlacén y municipalidades.
“Han existido avances y un indicador es que en las cabeceras departamentales el voto cruzado es más frecuente. Eso es bueno, pues es parte del ejercicio de la democracia”, aseveró Ayerdi.
Llamada de atención
En el 2016 el Congreso modificó la Ley Electoral y de Partidos Políticos y por primera vez se le dio valides al voto nulo, pero con una condición este debería superar el 50 por ciento de los votos y con eso se podría repetir la elección.
La propuesta original era de que se si eso sucedía se tenía que cambiar a los candidatos previo a otra elección, sin embargo se acordó únicamente la repetición de la elección sin que se removieran candidatos.
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Si bien el resultado de votos nulos que tuvo el Parlacén en esta elección —20.61 por ciento— está lejos del 50 por ciento necesario para repetir la elección, esto si puede considerarse como una llamada de atención a los políticos para atender este organismo.
Celia Luna, politóloga de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), consideró que en el imaginario colectivo hay mucho desconocimiento sobre el trabajo que realiza el Parlacén y generalmente las ideas que están siempre presentes son “no sirve para nada y las decisiones no son vinculantes”.
Agregó que otras de las razones por las cuales el Parlacén es rechazado es por la cultura política que hay en el país “donde el empleado público y político no es visto de forma positiva”.
“Cómo debería de interpretar este rechazo los políticos, primero por un cambio de cultura política y de paradigmas que incluyen un cambio en la forma en que se trabaja la política en Guatemala”, declaró la experta.
Destacó que para comenzar esos cambios el caso del Parlacén es particular porque Guatemala no puedo aprobar cambios por si sola para este organismo, pero si podría existir una propuesta por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores sobre la forma de cómo trabajar y abordar cambios que tienen que ser adoptados en un esfuerzo regional.
“El esfuerzo es regional, tiene que venir desde educar a la población, explicar cuáles son las funciones de este organismo y fiscalizarlo, porque mientras no se fiscalicen a las autoridades no se tendrán resultados”, explicó la politóloga.
Luna destacó que al final que exista una iniciativa de este tipo pasa porque exista interés por parte de la clase política y la cantidad de voto nulo registrado en este proceso debería hacer que ese interés despierte.
La experta consideró poco probable que esta situación pueda ser el inicio para que comience una campaña para que Guatemala salga del Parlacén, en principio porque es inviable técnicamente porque no existe un mecanismo legal para realizarlo.
Agregó que “el Parlacén es esa cuestión extraña que nadie sabe qué es y qué pasa dentro de él” y ni siquiera ahora que el voto nulo era vinculante ganó, entonces es muy difícil que se analice la idea de salir de él.
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