Hemeroteca

1951: Jacobo Árbenz Guzmán asume la Presidencia

Jacobo Árbenz llegó al poder después de ganar las elecciones que se desarrollaron en 1950; fue apoyado por los partidos Renovación Nacional y Acción Revolucionaria de la Capital y el partido Integración Nacional de Quetzaltenango. Los obreros, campesinos, maestros y estudiantes le dieron todo su respaldo.

Jacobo Árbenz Guzmán asumió la Presidencia el 15 de marzo de 1951. (Foto: Hemeroteca PL)

Jacobo Árbenz Guzmán asumió la Presidencia el 15 de marzo de 1951. (Foto: Hemeroteca PL)

“Hoy Arévalo; Árbenz mañana” se leía en la propaganda política de la campaña electoral de Árbenz, en 1950. Su amigo más cercano, José Manuel Fortuny, se encargó de escribir algunos discursos, en los cuales el tema central era la reforma agraria, razón por la cual obtuvo el apoyo de partidos políticos de izquierda y organizaciones sindicales.


Luego de haber ganado los comicios por gran mayoría popular, Árbenz toma posesión del cargo presidencial el 15 de marzo de 1951, se dirigió al pueblo con un emotivo discurso y destacando su admirable habilidad para la oratoria, expresó: “…El acto al que estamos asistiendo me produce una doble y elevada emoción.

La emoción primaria que siento al ser investido con la más alta magistratura de la Nación, y la admiración que, mezclada con legítimo orgullo ciudadano, tengo hacia el Pueblo de mi patria que ve culminar hoy una jornada grandiosa de su larga e infatigable lucha contra sus opresores, la cual supo conducir durante los últimos seis años con acierto y mano segura mi ilustre antecesor, el Doctor Juan José Arévalo, que una vez más, ha puesto de manifiesto en sus recientes palabras, su alta calidad de pensador, de patriota y de ciudadano incorruptible…”

Durante la campaña electoral sus opositores le tildaron como “Jacobo, el rojo”, “Jacobo, el comunista”, Jacobo, el moscovita”, hecho que no cesó aun durante su mandato. La oposición también alegó que la victoria de Árbenz se había debido a incontables manipulaciones del gobierno de Juan José Arévalo, quien puso a disposición de Árbenz considerables recursos que asegurarían su elección; sin embargo, el resultado no pudo ser revertido.

“La fecha de hoy, que marca el fin de una gran etapa histórica y política en nuestro país, inicia a la vez otra época que podrá caracterizarse por el impulso a la economía nacional, el mantenimiento y ampliación de la democracia, el trabajo pacífico y la defensa de nuestra Soberanía Nacional, todo lo cual es necesariamente la continuación revolucionaria lógica y consecuente del régimen que inauguró el Doctor Juan José Arévalo, Presidente ejemplar de Guatemala y gran símbolo democrático para todo el Continente Americano” (Fragmento del discurso de toma de posesión).

“Jacobo, ¿el comunista?”

Numerosas fueron las veces que el gobierno y prensa estadounidense tachó de comunista a Árbenz y su gobierno; ideas que diferían mucho en voz del propio Árbenz, pues él siempre lo negó. En parte se debió a que el mismo líder opositor Miguel Ydígoras Fuentes, al haber sido derrotado en las elecciones, acudió con el Secretario de Asuntos de la Embajada estadounidense en El Salvador, William Wieland, para contarle que Arévalo era comunista, con lo cual pretendría derrocarlo antes de que Árbenz asumiera la Presidencia.

Arévalo y Árbenz compartían similares ideologías, pues ambos habían sido actores de la Junta Revolucionaria de Gobierno de 1944.

Sin embargo, Árbenz desde su discurso de toma de posesión, anticipaba los principales ejes dentro de su programa de gobierno, pues no solo anunciaba la necesidad de impulsar la Reforma Agraria, sino además proponía iniciar el camino de Guatemala hacia el desarrollo económico, independiente, moderno y capitalista. Ideas que para el gobierno de EE. UU. se planteaban como comunistas.

“El programa industrial y en general todo el desarrollo económico de Guatemala no podrá ser jamás una realidad mientras subsistan las actuales condiciones de servidumbre en el campo y de producción artesanal en la ciudad. Por ello es que en nuestro programa tiene capital importancia la reforma agraria que para realizarse tendrá que liquidar los latifundios e introducir cambios fundamentales en los métodos primitivos de trabajo, es decir, hará una mejor distribución de la tierra no cultivada o de aquella donde se mantienen las costumbres feudales e incorporará la ciencia y la técnica agrícolas a nuestra actividad agraria en general” (Fragmento del discurso de toma de posesión).

La Reforma Agraria, aprobada el 17 de junio de 1952 por el Congreso Nacional de entonces, afectó sin duda los intereses de compañías estadounidenses. Y fue por esa misma presión del Gobierno de Estados Unidos que Árbenz se vio en la necesidad de renunciar al cargo para el cual había sido electo popularmente. Días antes de renunciar, expresó por la radio: “…Nuestro único delito consiste en decretar nuestras propias leyes y aplicarlas a todos sin excepción. Nuestro delito es haber iniciado una reforma agraria que afectó los intereses de la United Fruit Company.

Nuestro delito es desear tener nuestra propia ruta hacia el Atlántico, nuestra propia energía eléctrica y nuestros propios muelles y puertos. Nuestro delito es nuestro patriótico deseo de avanzar, progresar y obtener una independencia económica que vaya de acuerdo con nuestra independencia política. Hemos sido condenados porque hemos dado a la población campesina, tierra y derechos”.

Discurso de renuncia de Jacobo Árbenz. (Video: Tomado de Youtube)

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: