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Israel intenta protegerse de saqueadores de antigüedades en el Mar Muerto

En una cueva situada en un cañón del desierto de Judá, un equipo de arqueólogos y voluntarios lleva a cabo una inhabitual operación antirrobo.

Voluntarios israelíes y extranjeros participan en una excavación. (AP).

Voluntarios israelíes y extranjeros participan en una excavación. (AP).

La “Cueva de las Calaveras”, como se la conoce desde que se hallaron siete calaveras en 1960, es un lugar visitado desde hace siglos por gente que buscaba refugio, o por saqueadores a la búsqueda de tesoros arqueológicos.
 
La gruta está situada en el “cañón de Tzeelim”, en la zona donde se hallaron los “Rollos del Mar Muerto”, un hito en la historia de la arqueología bíblica.
 
Las autoridades israelíes enviaron un equipo de arqueólogos al lugar hace tres semanas, y su trabajo debía concluir este jueves.
 
El objetivo es sacar el máximo posible de restos.
 
En el 2014 los investigadores demostraron que hay saqueos mediante fotografías de los ladrones cuando entraban en la cueva.
 
Los saqueadores ya habían logrado apoderarse de una cuerda datada de la era romana, hace unos dos mil años, y con una flecha del neolítico, cuando fueron detenidos.
 
Para proteger las antigüedades, los arqueólogos y voluntarios descienden a más de 80 metros de profundidad mediante cuerdas, y luego se arrastran por las cavidades, sacando cubos de tierra y rocas.
 
Los cubos son transportados hasta la entrada, donde los voluntarios, con una magnífica vista del “mar Muerto” a sus espaldas, se afanan en cribar el contenido.
 
 

 Restos de la Edad de Cobre
 

 
Hai Ashkenazi, doctor en arqueología por la Universidad de Tel Aviv, muestra uno de los hallazgos: un bastón esculpido de la Edad de Cobre. Es fascinante sostener algo que se utilizaba hace 6.000 años, declara el científico de 46 años.
 
Es mejor que ir a trabajar, añade uno de los voluntarios, Guy Raveh, ingeniero de 39 años.
 
En la cueva los integrantes del equipo se adentran en los huecos más recónditos, de piedra caliza, con la sola ayuda de una lámpara frontal.
 


La Cueva de las Calaveras es una de las grutas que se hallan en la zona de Qumron, donde se descubrieron los manuscritos del Mar Muerto, el testimonio bíblico más antiguo conocido hasta ahora.
 
Los arqueólogos creen que la “Cueva de las Calaveras” fue utilizada por judíos que huyeron durante la destrucción del segundo templo de Jerusalén, llevada a cabo por los romanos alrededor del año 70 AD, y de nuevo durante la revuelta de Bar Kobja de los judíos contra los romanos, unos 65 años más tarde.
 

 Robos frecuentes de antigüedades

En el 2009, durante una operación clandestina, las autoridades israelíes descubrieron que un papiro robado, cuya fecha se desconocía, estaba en venta en el mercado negro.
 
Las autoridades informaron de que fue vendido por dos millones de dólares  (1,78 millones de euros) . Durante la venta, los agentes clandestinos fueron capaces de actuar como compradores y terminaron la operación con la incautación del papiro y varios arrestos.
 
El robo de antigüedades es un fenómeno muy común en Israel, dijo Amir Ganor, jefe de la Autoridad de Antig edades de Israel  (AAI) .
 
Cada año, alrededor de 150 ladrones son arrestados, explicó.
 
Israel planea revelar a la opinión pública en noviembre otro papiro descubierto en el desierto, dice Amir Ganor, quien no pudo desvelar más información.
 
Los voluntarios que acamparon cerca de la cueva durante tres días son desde universitarios hasta jóvenes en busca de aventuras que respondieron a un comunicado en Facebook.
 
Esto son como unas vacaciones para sabelotodos, dijo Martin Abegg, un profesor canadiense de 66 años.La “Cueva de las Calaveras”, como se la conoce desde que se hallaron siete calaveras en 1960, es un lugar visitado desde hace siglos por gente que buscaba refugio, o por saqueadores a la búsqueda de tesoros arqueológicos.
 
La gruta está situada en el “cañón de Tzeelim”, en la zona donde se hallaron los “Rollos del Mar Muerto”, un hito en la historia de la arqueología bíblica.
 
Las autoridades israelíes enviaron un equipo de arqueólogos al lugar hace tres semanas, y su trabajo debía concluir este jueves.
 
El objetivo es sacar el máximo posible de restos.
 
En el 2014 los investigadores demostraron que hay saqueos mediante fotografías de los ladrones cuando entraban en la cueva.
 
Los saqueadores ya habían logrado apoderarse de una cuerda datada de la era romana, hace unos 2.000 años, y con una flecha del neolítico, cuando fueron detenidos.
 
Para proteger las antigüedades, los arqueólogos y voluntarios descienden a más de 80 metros de profundidad mediante cuerdas, y luego se arrastran por las cavidades, sacando cubos de tierra y rocas.
 
Los cubos son transportados hasta la entrada, donde los voluntarios, con una magnífica vista del mar Muerto a sus espaldas, se afanan en cribar el contenido.
 
 

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