EDITORIAL

Crecimiento del turismo exige estrategia integral

Brenda Cetino

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Sin duda alguna es una noticia alentadora la recuperación del turismo internacional hacia Guatemala. En 2023 se rebasó la cantidad de visitantes de 2019 —prepandemia—. Esta industria, de la cual dependen miles de empleos directos e indirectos porque tiene conexión con múltiples ramas productivas —alimentos y bebidas, transporte terrestre, aéreo y acuático; hospedaje, artesanías, servicios de guía y asesoría, entretenimiento, estética y más—, alcanzó la cifra de 2.58 millones, que a su vez se convierte en un objetivo por superar mediante un abordaje integral, innovador y sostenido como política de Estado.

En noviembre del año pasado, el Instituto Guatemalteco de Turismo anunció la formulación de una Política Nacional de Turismo a partir de entrevistas y encuentros con operadores de turismo en siete regiones del país. Sin embargo, hasta la fecha no se ha divulgado el documento completo que debería constituir la columna vertebral de la estrategia que contempla diversificar y enriquecer la oferta turística, así como fomentar la infraestructura de acceso y estadía en destinos de visita, tanto los más populares como aquellos que aún son una joya sin pulir. En la página web aparecen planes de turismo previos, nacionales y de localidades específicas, aunque algunos tienen casi 15 años de haberse formulado.

En todo caso, la industria turística internacional es un terreno de intensa competencia y obligada actualización para mantener vigente el atractivo de un país. Ya no basta ir a poner carteles o un estand multimedia a una feria internacional, sino mantener actualizada y viva la imagen de los tesoros naturales, culturales, históricos y vivenciales que aguardan en Guatemala a nuevos visitantes de diversos mercados. En tiempos digitales, tal promoción debe ser cautivadora y constante.

Empresas grandes y pequeñas, operadores nacionales o emprendimientos locales están a cargo de ofrecer servicios a los visitantes según su perfil de interés. La Cámara Guatemalteca de Turismo desarrolla la importante tarea de impulsar la mejora constante, la capacitación de buenas prácticas y mantener informados a sus agremiados. Mientras tanto, el Instituto Guatemalteco de Turismo se hace cargo del apoyo estatal a esa multiplicidad de esfuerzos. Sin embargo, quizá es tiempo ya de revisar su estructura orgánica, sus objetivos e incluso su presupuesto, que en el 2023 fue de Q255 millones. Su ley orgánica data de 1967 y sin duda alguna mucho ha cambiado en las exigencias de esta industria.

A propósito de eficiencias, es necesario indicar que una visión sostenida de crecimiento turístico pasa, literalmente, no solo por “fomentar”, sino por efectivamente ejecutar la obra pública necesaria para que el turista tenga una buena experiencia en su traslado y permanencia, pero esto corresponde al Ministerio de Comunicaciones. También se requiere de seguridad pública eficiente y protocolos de monitoreo, sobre todo en puntos de exploración natural, léase volcanes, bosques y sitios arqueológicos, muchos de los cuales están casi desolados: una tarea del Ministerio de Gobernación y policías municipales.

No menos importante, la conservación de los entornos, a menudo estropeados por tiraderos de basura o aguas servidas sin tratar: una obligación del Ministerio de Ambiente. Ello únicamente por mencionar tres áreas críticas para que el turismo no solo crezca, sino que también se preserven los lugares que generan tan felices experiencias de visitantes que se convierten en la mejor, más efectiva y más confiable publicidad.

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