EDITORIAL

Descentralización para el desarrollo

Justo cuando el país afronta un aluvión de sucesos desafortunados, ya sea causados por factores climáticos o por la incapacidad manifiesta de personas en ciertos puestos de decisión estatal y representación legislativa, se hace necesaria una noticia alentadora que permita vislumbrar nuevos derroteros y esperanzas renovadas de avance nacional. La apertura de Puerta del Istmo, una zona de desarrollo económico especial, en Pajapita, San Marcos, constituye un paso importante para revitalizar la actividad mercantil en el suroccidente y un proyecto piloto que puede indicar pautas de futuro.

Esta instalación, desarrollada con capital privado, se encuentra a poco más de un kilómetro de la frontera con México, con lo cual se proyecta que pueda convertirse, como su nombre lo indica, en la principal puerta comercial entre los dos países, la cual, dada su naturaleza, precisa de agilizar los trámites e intercambio, lo cual conduce a una reducción de costos de oportunidad y mayor seguridad para el desarrollo de actividades.

Por otra parte, este proyecto se convierte en generador de fuentes laborales. Tan solo en la primera fase se espera proveer unos 400 empleos directos y hasta 1,500 indirectos, lo cual puede multiplicarse conforme se extienda el uso de los servicios de la zona. La meta actual de inversión extranjera es de Q150 millones y se comienza con buen pie, pues Puerta del Istmo ya tiene su primer usuario del sector comercial, que comenzará operaciones el 1 de diciembre.

Ciertamente existen beneficios fiscales para los usuarios de la Zona Libre de Comercio, como un incentivo para el desarrollo del proyecto. No obstante, lejos de constituir una pérdida, este factor se torna en elemento de competitividad, pues se reduce la tramitología, se transparentan los procesos y se lleva un estricto control de las mercaderías.

En todo caso la idea de fondo que origina altas expectativas es la posibilidad de emprender proyectos de inversión de esta dimensión en áreas que otrora estaban prácticamente marginadas. Toda la demarcación fronteriza de Guatemala con México posee un enorme potencial para el intercambio económico, que ha sido ampliamente aprovechado por el crimen organizado y grupos de contrabandistas, debido a la prolongada ausencia del Estado.

El apoyo multidisciplinario a Puerta del Istmo es necesario, así como para cualquier otro proyecto que se sitúe en los corredores de potencial desarrollo: el Estado debe proveer la seguridad necesaria para evitar atracos al transporte de carga, aportar la celeridad de trámites aduaneros y, por supuesto, mejorar la infraestructura vial a la brevedad posible, ya sea a través de proyectos ejecutados por el Ministerio de Comunicaciones, bajo los debidos controles de probidad, o concesionados mediante alianzas público privadas, con contratos públicos y transparentes.

El contexto de daños viales ocasionados por las recientes tormentas se debe abordar con visión proactiva de mediano y largo plazo: el país necesita una reconstrucción y no deben repetirse modelos que solo fomentaron la corrupción. Se debe apostar por el cambio, por la transformación, por la competitividad regional y, sobre todo, por la descentralización del desarrollo, a fin de emprender la construcción de un país distinto con la fuerza de los ciudadanos emprendedores.

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