SIN FRONTERAS

Mire, Jimmy. Su nombre fue Claudia

|

Le escribo directamente, pues recuerdo sus palabras de candidato. Entonces, cuando usó la causa del migrante guatemalteco como punta de lanza. Estoy seguro de que conoce que este miércoles, Claudia Patricia Gómez, una patoja mam de 20 años de edad, originaria de San Juan Ostuncalco, fue ejecutada por un guardia fronterizo estadounidense; entre matorrales, a pocos metros de la frontera con México. Todo apunta a que su cuerpo tiene un balazo en la sien. De ella se conoce que huyó hace un par de semanas de este país; del Estado que hoy usted preside. Y el caso apunta a ser emblemático en la ardiente discusión filosófica que EE. UU. sostiene alrededor de la migración. Usted lo conoce. Que el hecho es de inmensa trascendencia para Guatemala, pues una parte importante de su población, invisible sin embargo, escapa de este territorio sofocador, hacia un país que de presidente tiene a un sujeto que instaló en el pensamiento de muchos, que la migración irregular es un crimen. Les hace pensar que quienes la buscan son delincuentes o “animales”, que ponen en riesgo su seguridad pública.

Aflige e indigna ver lo que pasa en su gobierno, pues queda claro que la vida de los migrantes no es —ni remotamente— de su interés. Y es que cualquier jefe de Estado que se precie de tener un mínimo grado de civilización, congruente con los intereses de su población, está obligado a tomar acciones en casos como este, y de hecho, a usarlos como un referente en su política internacional, y en especial, en su relación bilateral con el otro Estado afectado. Sin embargo, es de esperarse ver su pasividad, pues optó por buscar un cobijo personal entre en las sombras del mismo presidente Trump, que es quien coloca etiquetas peligrosas sobre nosotros y nuestros connacionales, sobre nuestra cultura y sobre nuestra identidad, entre la población del país que representa.

Espero equivocarme. Y quisiera ver que su gobierno por fin actuara. Verá que aparte de lo usual —condenas y lamentaciones diplomáticas—, existen preguntas trascendentes que van mucho más allá de lo que su Cancillería respondió en un comunicado de prensa alusivo. Es de inmediata atención tener acceso al cuerpo de la connacional, pues responderá preguntas relevantes. El Gobierno de EE. UU. afirmará que esta no es una acción de odio racial, pero ¿fue el balazo a quemarropa o fue de lejos? Afirmaron que el agente actuó en defensa propia, pero ¿muestra el cuerpo evidencias de que hubo violencia previa? Es una oportunidad irrepetible para buscar diplomáticamente que la guardia fronteriza utilice cámaras, tal como las que usan las policías locales de ese país, y que ayudan a evitar el uso de violencia innecesaria en contra de población desarmada.

Existe consenso de que la diplomacia nacional está en ruinas. Su Cancillería, Jimmy Morales, pasó de ser laxa frente a EE. UU. —en sus primeros meses de gestión—, a ser un frente que defiende la impunidad y la corrupción, desde que buscó expulsar al comisionado de la CICIG. Y en ambos casos, los migrantes quedaron abandonados a su pobre suerte. Hoy la historia nos coloca frente a un crimen aborrecible. La ejecución de una chica, pequeña, desarmada, indefensa, por parte de un agente armado hasta los dientes. Su posición presidencial debe buscar evitar próximas víctimas en esa frontera. El caso debería presentarse ante organismos internacionales, clamando justicia humanitaria. Pero ¿quién escucharía a Guatemala reclamar por los derechos de migrantes desarmados, cuando en el mundo se posiciona junto al régimen de Benjamín Netanyahu, que precisamente acribilla a desarmados en la Franja de Gaza?

Su nombre fue Claudia, Jimmy Morales. Repítalo algún día cuando esté en soledad. Y sepa que su política internacional es cómplice de este sufrimiento.

@pepsol

ESCRITO POR:

Pedro Pablo Solares

Especialista en migración de guatemaltecos en Estados Unidos. Creador de redes de contacto con comunidades migrantes, asesor para proyectos de aplicación pública y privada. Abogado de formación.