CATALEJO

Muy pronto para reír o para llorar

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A causa del estruendoso silencio de la embajada estadounidense, de su políticamente correcto último boletín sobre el tema Cicig-MP-Velásquez, así como su ausencia de unirse al grupo de países europeos críticos de las actuaciones del presidente Morales y de su grupo más íntimo, la mayor inquietud de quienes se interesan en ese asunto se centraba en la reacción estadounidense luego del discurso pronunciado ayer, sin tropas acompañantes, por el mandatario guatemalteco. Y este llegó por la tarde, cuando el secretario de Estado Pompeo comunicó la decisión de apoyar a una Cicig “renovada”, de hecho sin la participación del comisionado colombiano. Es muy pronto para reír o llorar, y esto se podrá hacer cuando se sepa el significado y los alcances de ese término.

Renovado significa “volver algo a su primer estado… restablecer algo interrumpido, reemplazar algo, sustituir algo que ya ha servido por otro nuevo de la misma clase, o dar energía a algo”. No implica negociar o aprobar. En este caso, esa renovación puede significar la presencia de algo “mejor” o “peor”, según la perspectiva de quien lo califica. Por eso se deben guardar las carcajadas o las lágrimas para el momento cuando se sepa el significado en el campo de la acción política. Otros temas colaterales se refieren a la participación de los países europeos firmantes, porque si decidieran reducir o eliminar las líneas de cooperación, los afectados serían los sectores de escasos recursos económicos, sobre todo los niños de áreas tanto urbanas como rurales.

Un tema crucial será el seguimiento de los casos de corrupción cuyas investigaciones se encuentran a medio camino. Aquí, el papel de la nueva jefa del Ministerio Público, Consuelo Porras, tendrá una importancia de primer orden. El factor tiempo está en su contra, y la lentitud de las investigaciones y juicios solo podrá ser visto como un tortuguismo cuyo fin sea de alguna manea apoyar y beneficia a los acusados. Por aparte, el tan desprestigiado Congreso de la República debe decidir si aprovecha la oportunidad de reivindicarse con la población, pero a mi juicio eso es pedirle peras al olmo. Hará todo lo posible para burlar el espíritu y el texto de las leyes, o eliminarlas, en todos los casos causantes de disminución de sus numerosos y vergonzosos privilegios,

Por otro lado, la acción del gobierno guatemalteco tuvo efectos indirectos muy lejos de nuestras fronteras. Provocó la decisión paraguaya de regresar su embajada a Tel Aviv, y a la vez la inmediata reacción israelita de cerrar la suya en Asunción, mientras el gobierno palestino anunció su deseo de abrir una en esa ciudad sudamericana. Se trata sin duda de un golpe duro para el gobierno de Netanyahu porque deja solo a Guatemala y Estados Unidos como los países con representación diplomática en esa histórica ciudad. En ese maremágnum falta ver cómo actuarán los países europeos, cuya falta de fondos para la Cicig la puede convertir en un verdadero tigre de papel. Se cumple el dicho: se puede saber cómo comienza algo, pero no hacia dónde llegará.

Aún es muy pronto para pensar en la posibilidad de realización de un temor entre muchos ciudadanos: todo quedará como antes, y por ello habrá envalentonamiento de quienes han esquilmado al país. Hablando en términos castrenses, tan de moda ahora, se trata de una batalla, no de una guerra —perdida o ganada, según quien lo juzgue. Todo esto tendrá efecto en las elecciones y por ello la entereza del Tribunal Supremo Electoral es otro factor aún no tomado en cuenta, así como la decisión de la Corte de Constitucionalidad respecto de las denuncias contra el mandatario. Como queda claro, lo ocurrido ayer aclara algunos temas, pero deja abiertos otros y con ello las dudas todavía permanecen en el ambiente nacional. Por eso es muy temprano para las lágrimas o las risas.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.