TIERRA NUESTRA

El reclamo médico también es nuestro

Manuel Villacorta manuelvillacorta@yahoo.com

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En los casos de resolución de conflictos es fundamental que se cumplan dos requisitos: 1. Comunicación efectiva. 2. Empatía (abstracción). Conviene recordar el concepto de empatía: Es la intención de comprender los sentimientos y las condiciones objetivas de otro individuo, intentando la interpretación racional de su realidad. Considero conveniente recurrir a la empatía y, en este caso, teniendo como sujeto activo al médico guatemalteco que trabaja en el sector público. Usted asume su rol y sus funciones. Procedamos: Usted dedicó 12 años de estudio universitario para graduarse de médico con una especialidad determinada. Usted trabaja de 8 a 10 horas diariamente, en un entorno en donde siempre harán falta medicamentos para las personas tratadas. Usted se frustra al ver a ese anciano o esa niña pobre, que parten del hospital sin ser medicados. Cada minuto sube la presión respecto a la demanda de atención: son cientos de pacientes hacinados que se quejan de dolor y que deben soportarlo por largas horas, no hay posibilidad de acelerar la atención a los mismos. El equipo y los recursos materiales del hospital son escasos. Se le solicita con urgencia a los parientes del enfermo, que consigan materiales y medicamentos en farmacias privadas para poder continuar con los tratamientos. Los parientes pobres carecen de recursos económicos. Cada caso que usted atiende es casi siempre de vida o muerte, no se trata de un expediente burocrático, se trata de seres humanos en situación de gravedad, usted experimenta esa responsabilidad, su tensión la mantiene alta y su agotamiento se acumula día a día. ¿Difícil verdad?

Resulta que para un médico que trabaja en el sector público haber conseguido esa plaza le implicó mucho esfuerzo. Pero aun así, generalmente no goza de seguridad laboral, no tiene capacitación y carece de incentivos. Esta condenado a su suerte. Y los sueldos, léalo despacio por favor: 1. Un médico general que trabaja 8 horas devenga Q 8,875.00. 2. Un médico especialista Q 9,351.00. 3. Un médico con especialidad con 20 años de servicio: Q10, 286.00. Algo simplemente inaceptable e inaudito. Hagamos una comparación que por sí misma, se presenta aberrante: un diputado devenga más de Q 30,000.00 al mes, es decir que ese diputado gana lo que suman en salarios tres médicos especialistas con más de 20 años de servicio público. ¿Es esto aceptable?

En Guatemala hay aproximadamente 14 mil médicos activos. El 70% trabaja en el departamento de Guatemala, el 30% restante está distribuido en los otros 21 departamentos. A pesar de contar con un código de salud que expresa tajantemente que todos los guatemaltecos tienen derecho a la prevención y la atención de las enfermedades, eso no se cumple. El sistema de seguridad social cubre a un porcentaje muy reducido de la población, el sistema público hospitalario cuantitativa y cualitativamente apunta hacia el colapso y la salud privada, en no pocas ocasiones, se ha convertido en un negocio inescrupuloso. Así está el sistema de salud de Guatemala. Los médicos de nuestro país que trabajan en el sector público, deben ser valorados en toda su dimensión. Todos deben ser contratados bajo el reglón 011 sin excepción. Y deberían de contar con un aumento del 100% en sus salarios. Como siempre la tecnocracia oficiosa expresará que eso es imposible, que no hay recursos. Mentira. Si los hay. Basta evitar la millonaria evasión fiscal y la corrupción que consume más del 25% de la inversión pública en forma ilícita. El pueblo debe apoyar comprometidamente a los médicos del sector público. Para la mayoría de la población, su salud depende de ellos.

manuelvillacorta@yahoo.com

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