VENTANA

¿Llegó nuestro cuarto de hora?

|

Quiero imaginar que los próximos días, entre el 30 de abril  y el 15 de mayo,  podrían ocurrir eventos memorables,  como  verificar   que la  justicia es la punta de lanza para el desarrollo y la prosperidad de un  país. No podemos  desandar el camino que hemos seguido  en contra  de la corrupción y la impunidad.   Si lográramos convenir  en ese punto medular  alcanzaríamos  un hito histórico. Me atrevo a comentarlo en voz alta en este espacio hoy porque no me cabe la menor duda de  que, en el corazón de  la mayoría de los guatemaltecos,  añoramos  un país diferente. Un país libre de mafias, donde se puede trabajar con reglas claras,  donde la niñez y la juventud sean  nuestra prioridad.  Sin embargo,  en  nuestro escenario político actual parece una meta  imposible por todos los problemas que ya conocemos;  son muchos y  nos abruman.  Sin embargo, este impase en el que estamos no  podrá  prolongarse.  Estamos muy cerca de un desenlace. Equivale a la idea de vivir un  “cuarto de hora”  que será decisivo.   Nuestro futuro está en juego y en peligro.

Podemos usar muchas imágenes para estar en condiciones de leer nuestras circunstancias. Quizás una de las más antiguas sea la solución, asumida por Alejandro Magno, en el año 333 antes de Cristo, y que se refiere a la leyenda del famoso nudo gordiano que era imposible desatar porque todos sus cabos estaban escondidos. La historia cuenta que Darío, el Gran Rey de Persia, puso a Alejandro en este dilema: salir de Asia, y regresar a Grecia a defender su casa, y abortar sus sueños de conquistar el mundo, o seguir adelante y echarlo todo a favor de un futuro cargado de incertidumbre. Ese era el contexto. En ese momento Alejandro acampaba con sus tropas en Gordium, un pequeño poblado situado en el centro de Asia Menor. Para sorpresa suya, se encontró con esta prueba. El oráculo predecía que quien lograra encontrar la cabeza del nudo sería el Señor de todo Asia. Alejandro vivió “un cuarto de hora” intenso e histórico para la humanidad. Resolvió el dilema cortando el nudo con su espada. Alejandro interpretó que el universo le decía que siguiera adelante con sus planes, que no regresara a Grecia, que lograría conquistar Oriente, como ocurrió poco después.

No estamos en los tiempos de Alejandro, pero sí hay un nudo gordiano a la vista: la elección de quien será nuestro o nuestra fiscal general. El pasado martes 24 de abril acudí al conversatorio coordinado por la Fundación Esquipulas, en un hotel capitalino. Se entrevistó a cinco de los seis candidatos: Édgar Melgar, Gladys Ponce, Brenda Dery Muñoz, Patricia Gámez y Miguel Ángel Gálvez. María Consuelo Porras se disculpó a última hora. A mi juicio, los cinco candidatos cumplen con el perfil. De alguna manera este nudo gordiano ha sido resuelto. Lo que sí hace falta fue lo que hizo Alejandro: interpretó que las señales que Zeus le estaba enviando eran propicias para seguir con sus sueños, y no regresar a Grecia. ¿Qué significa a estas alturas del partido no regresar al pasado, sino seguir caminando hacia nuestros sueños, por inciertos que sean? Los guatemaltecos ya no somos los mismos de antes. Cada día que pasa somos más conscientes de lo mucho que podemos hacer. Durante mucho tiempo pensé que la puerta de entrada al desarrollo provenía del lado económico. Pero a la luz de lo que hemos vivido desde el 2015, tenemos evidencias de que las puertas al desarrollo se han dado del lado de lo moral, y que, por primera vez en nuestra historia, ocurren desde nuestras instituciones encargadas de la justicia. Ahora lo que hace falta saber es cuáles serán las siguientes puertas que abriremos si pasamos estos días de prueba máxima.

rmroesch@gmail.com

ESCRITO POR: