CABLE A TIERRA

¿Para cuándo, Consuelo? ¿para cuándo?

Ha transcurrido poco más de un mes desde el cambio de fiscal general de la Nación. En el contexto actual del país, un mes es mucho tiempo. En un mes hemos visto atrocidades sucederse unas a otras a un ritmo que rompe el alma: el asesinato a sangre fría de Claudia Gómez por un oficial de ICE; la tragedia del Volcán de Fuego y sus incontables víctimas; los asesinatos de siete líderes comunitarios, integrantes de Codeca y CCDA; y ahora, las desgarradoras imágenes y sonidos de niños y niñas separados de sus padres en la frontera norteamericana, frente al mutis condescendiente del gobierno guatemalteco, al cual no le importa nada más que asegurar que continúan funcionando los engranajes de la impunidad.

Un mes donde hemos visto al propio sistema de justicia usar con vileza sus mecanismos de control interno para amedrentar, intimidar, presionar y debilitar el ejercicio independiente de la justicia por parte de jueces sin tacha. Un mes donde el Organismo Judicial debería estar cuestionándose y ser cuestionado abiertamente por su ineficiencia sistémica, por los retrasos intencionales que tolera en los procesos judiciales, que llevaron al doctor Jesús Oliva a quitarse la vida y mantienen en prisión a tantísima gente que no ha sido juzgada. Un mes en el que, por si lo anterior fuera poco, el cartel de la Toga arremete contra el procurador de Derechos Humanos solo porque él ha mostrado decencia, visión de Estado y compromiso con el pueblo y actuado acorde.

Un mes en el que el Tribunal Supremo Electoral, luego de interminables semanas de “deliberar” sobre lo evidente —me refiero a la evidencia de las propias confesiones de empresarios que financiaron ilícitamente la campaña del FCN y Jimmy Morales—, decidió ¡finalmente! comenzar el cierre del partido FCN.

En este intenso escenario, lo único que se nos hace inexplicablemente largo es el silencio en que ha caído el Ministerio Público, señora Fiscal. Hay tanto que ya venía en proceso, hay tanto aún por hacer que la locomotora que había comenzado a avanzar no se puede detener. En un puesto así, no puede esperar a quedar bien con Dios y con el diablo. Dilatando la tan necesaria toma de posición en contra de la impunidad solo le hace más daño al país, y terminará definiéndola a usted por default, del lado oscuro de la historia. Yo aún me resisto a pensar que quiera eso como la marca de su administración.

Necesitamos una fiscal general que tome rápidamente la estafeta que le dejaron. ¿Que hay que hacer diagnóstico? Pues claro, ponga un equipo técnico altamente calificado a hacerlo, mientras usted ejerce su función principal. ¿Que hay que recibir a fulano, zutano y perencejo, que serán, ojalá, importantes aliados para su labor? ¡Pues sí!, pero cuando su agenda parece estar llena de esos eventos, y no de acciones centrales de su mandato, surgen las inquietudes. ¿Que hay cosas que mejorar? ¿Cosas que se hacían mal y hay que cambiar? Pues no tengo duda. Instituciones tan maltratadas no se componen por completo en cortos períodos de tiempo, pero sobre sus avances a la fecha se construye su siguiente etapa de mejora.

Si le quita la inercia que traía el MP, retomar el ritmo le costará más. Cuatro años se oye un montón de tiempo, pero no lo es. Ya se le fue el primer mes. Le dejaron la mesa llena de cosas con qué comenzar su gestión con enorme brillo, mientras a la par construye lo que corresponderá a su administración.

¿O estaré equivocada, y tienen razón quienes argumentan que llegó para frenar al MP hasta que fenezca el mandato actual de la Cicig, y así proteger a Jimmy Morales y al #PactoDeCorruptos?

Desmiéntalos con hechos, doña Consuelo, desmiéntalos ¡Ya!

karin.slowing@gmail.com

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