EDITORIAL

Una amenaza al derecho a la identidad

Según las autoridades del Registro Nacional de las Personas, tener un poco más de 400 mil documentos personales de identificación sin imprimir no constituye ninguna crisis. Peor aún, buscan hacer responsables a los usuarios de ese desbarajuste, al señalarlos de no acudir a actualizar los datos indispensables para sus documentos.

El 75 por ciento de esos documentos ha sobrepasado los 30 días hábiles requeridos para que una persona reciba el DPI, lo cual evidencia la gravedad de la situación. Encima, se ha intentado responsabilizar a los medios de comunicación de difundir información incompleta. Tampoco es la primera vez que esto ocurre y de manera sistemática las autoridades siempre han dado excusas para justificar los atrasos.

Incluso, en más de una ocasión se ha pretendido hacer creer que las denuncias obedecen a una postura adversa de los medios de comunicación, cuando desde su inicio esta entidad ha dado muestras de una alta dosis de irresponsabilidad, pues resulta difícil creer que deba transcurrir un lapso tan largo para obtener un DPI.

El centro emisor de licencias es una buena muestra de que se puede prestar un servicio de aceptable calidad y no abusar de los usuarios, como ocurre con el DPI, que en algunos casos deben asistir en más de una ocasión para obtener un documento de identidad, que es lo único que tienen millones de guatemaltecos para hacer sus trámites.

Si las autoridades del Renap de verdad quieren mejorar su imagen deben empezar por corregir su calendario de entregas y convencerse de que más de un mes para extender un documento que no requiere de complicados mecanismos para ser emitido es un verdadero abuso a los derechos humanos.

Eficiencia es la palabra que debería regir el rumbo del Renap, pues muy rápidamente su imagen se deterioró al caer a los niveles de las entidades públicas de antaño, aunque el reparto de plazas sigue funcionando de acuerdo con grandes directrices de la vieja política, en un vergonzoso clientelismo, y por ello el servicio nos regresa a un oprobioso pasado.

El tiempo se agota para las autoridades del Renap y lo que no han podido resolver en los últimos meses deberán hacerlo en un tiempo mucho más breve, pues se avecinan las elecciones, en las cuales no se debe vedar a nadie del derecho de contar con un instrumento de identidad para participar en los comicios y este es único documento válido para emitir el sufragio.

El Renap también debe acelerar sus trabajos porque miles de documentos empezarán a caducar el próximo año y en plenos comicios eso puede convertirse en otro motivo de escándalo que podría incluso empañar el proceso electoral si, como hoy, miles de ciudadanos no cuentan con DPI.

El Renap se ha unido a entidades como la Dirección General de Migración, que en lugar de dar pasos hacia adelante marchan en reversa, por lo cual trámites que deberían durar horas, ahora se llevan semanas. Una entidad de reciente creación no debió haber caído tan rápido en la modalidad de las viejas oficinas del servicio público, donde la burocracia ineficiente está por encima de cualquier usuario.

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