PLUMA INVITADA

¿Van o no van las escuelas normales?

César Augusto Sagastume

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Con la implementación del modelo educativo para preparar a los futuros docentes, debe de hacerse perfectible utilizando la evaluación de proceso que da oportunidad de corregirse mediante la antítesis de la teoría para reinventarla y que garantice el éxito del cambio.

¿Cómo saber si lograron superar las debilidades de la formación de maestros?; valdría la pena hacer un análisis comparativo después del tratamiento, utilizando los resultados obtenidos de admisión y los resultados obtenidos ahora que egresan, (actividad obligatoria cuando se pone en marcha un modelo de esta naturaleza) para demostrar la verdad de la hipótesis planteada. Ojalá el diseño lo haya contemplado, de lo contrario, podrían utilizar los datos del examen diagnóstico de hace tres años y comparar con las pruebas diagnosticas que seguramente aplicaran a los egresados y así tener argumentas para hacer la apología del cambio ejecutado, como un ejercicio poco técnico.

La Corte de Constitucionalidad hace un alto en el camino, corrigiéndole la plana al Mineduc, por lo que vale responder las siguientes preguntas generadoras; ¿La logística de dicha reforma fue la ideal? ¿La calidad de docentes fue certificada con calidad e idoneidad para formar a los futuros Profesores de Educación Primaria? ¿Existe una sistematización del rendimiento académico ¿Cómo les darán seguimiento a los más aptos para comprobar que la mística y conocimientos pedagógicos son los mejores?

Para obviar aspectos que provoquen duda en el seguimiento de la formación de docentes a nivel superior se debe crear la facultad de educación como se ha demandado por expertos en el tema para considerar la preparación en el ámbito del conocimiento pedagógico, tener fundamentado el compromiso de ser autodidacta para actualizarse en las nuevas corrientes de la educación y poner en práctica sus competencias que demuestren la verdadera vocación magisterial

El Mineduc no debe descuidar la responsabilidad que se le otorga, y puede tomar el modelo las escuelas normales superiores, considerando las observaciones siguientes: Realizar un examen de admisión exigente, profesional y disciplinado; implementar un período de cuatro años de estudios utilizando horarios y calendarios al máximo en las dos jornadas de trabajo; contar con personal que tenga un perfil de alto nivel académico para dirigirlas con eficiencia, diseñar un currículo en donde se tomen en cuenta las experiencias exitosas de las distintas modalidades de la formación de maestros de las Escuelas Normales Urbanas verbigracia, la Central, Occidente, Emilio Rosales Ponce, y las Rurales como la Pedro Molina, la normal rural No. 4, Utatlán y otras; que complementadas con los aportes de los pedagogos clásicos y con los avances de la pedagogía moderna se construiría un modelo a la medida de las demandas educativas que hoy nos invitan a reflexionar sobre el tema.

Agregado a lo anterior se tiene el modelo educativo que funciona en la Escuela Nacional Central de Agricultura, que aunque es otra área de formación de este nivel es un modelo exitoso que se puede adoptar y tomar como referencia para emularlo y aplicarlo para alcanzar el perfil de maestro que se demanda.

La modalidad de Bachillerato en Pedagogía no debe descartarse, pero se debe fortalecer las debilidades estableciendo con firmeza la aprobación del examen de admisión y graduándolos a nivel de Técnicos como está establecido en el nivel superior, específicamente en la USAC.

checharin.sagas@yahoo.com

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