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Son noches más ardientes, y mortales

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 En partes de EU las temperaturas subieron casi 17 grados arriba del promedio en junio. Trabajadores en Washington. (Grant Hindsley para The New York Times)

En partes de EU las temperaturas subieron casi 17 grados arriba del promedio en junio. Trabajadores en Washington. (Grant Hindsley para The New York Times)

El mes pasado fue el junio más caluroso registrado en América del Norte, al batirse más de mil 200 récords de temperatura tan sólo en su última semana. Pero gran parte de la cobertura ignoró un número aún mayor de récords impuestos, establecido por una medida de calor diferente —y potencialmente más peligrosa: las temperaturas nocturnas.

En promedio, las noches están calentándose más rápido que los días en la mayor parte de Estados Unidos, de acuerdo con el Reporte de la Evaluación Nacional del Clima 2018. Es parte de una tendencia global siendo alimentada por el cambio climático.

“Lo que es noticia son las temperaturas altas, pero las temperaturas nocturnas tienen un impacto sobre la mortalidad”, dijo Lara Cushing, científica de salud ambiental en la Escuela Fielding de Salud Pública de la Universidad de California, en Los Ángeles.

Después de un día caluroso, “es muy importante que las personas tengan la oportunidad de reducir su temperatura corporal”, dijo Kristie Ebi, científica de salud ambiental en la Universidad de Washington. “No se tiene ese alivio cuando hace mucho calor por la noche, y eso ejerce más presión fisiológica en el cuerpo”.

“Nuestros cuerpos son adaptables y sí nos aclimatamos cuando tenemos la oportunidad de hacerlo”, dijo Thomas Waters, médico de emergencias en la Clínica Cleveland, en Ohio. La mayoría de los casos de golpes de calor ocurren dentro de los primeros tres días de una onda cálida. “Cuando vemos aumentos repentinos en la temperatura y la humedad es cuando las personas son más vulnerables”.

Cuando el sudor, bajo esas condiciones, no puede disipar el calor corporal, puede haber consecuencias fatales como insuficiencia orgánica.

En el 2006, una ola de calor condujo a casi 150 muertes relacionadas en California, arrojaron informes forenses.

La humedad atrapa el calor por la noche, ocasionando temperaturas nocturnas inusualmente altas, dijo Tarik Benmarhnia, epidemiólogo ambiental en la Universidad de California, en San Diego.

En algunas partes del noroeste de Estados Unidos las temperaturas se dispararon recientemente casi 17 grados por encima del promedio, algo que “habría sido virtualmente imposible sin el cambio climático”, dijo Geert Jan van Oldenborgh, del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos.

A medida que se elevan las temperaturas, el aire puede retener más humedad. El vapor de agua representa alrededor del 85 por ciento del efecto invernadero, dijo Alexander Gershunov, meteorólogo investigador del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California, en San Diego. El vapor no causa el calentamiento inicial, pero hay un círculo vicioso: las temperaturas altas aumentan la humedad en el aire, y más humedad atrapa más calor cerca del suelo, lo que lleva a un mayor calentamiento.

“De todos los fenómenos meteorológicos extremos, las olas de calor son las más directamente relacionadas con el cambio climático”, dijo Gershunov.