Escenario

Los sonoros relatos que cuenta la marimba

Las notas de la marimba han resonado en los hogares guatemaltecos desde tiempos coloniales. Hay testimonios de la interpretación de marimba para fiestas por cronistas de aquella época.

Los incofundibles sonidos de la marimnba. (Foto Prensa Libre: Edwin Castro)

Los incofundibles sonidos de la marimnba. (Foto Prensa Libre: Edwin Castro)

Todas las piezas tienen una historia y un por qué de existir, ya sea esta una inspiración, un momento o una circunstancia, muchas veces graciosa.

Estas historias las comentan en esta edición los maestros y compositores guatemaltecos Léster Godínez, Francisco Román Bethancourt y Guillermo de León Ruiz, quienes revelan los secretos de los orígenes de algunas melodías del amplio repertorio marimbístico local.

 Ferrocarril de los Altos

“Es probable que poca gente sepa que en Guatemala hubo un tren eléctrico al que llamaban Ferrocarril de los Altos que se inauguró en 1930.  Este tenía una ruta entre San Felipe Retalhuleu y Quetzaltenango. De ahí surge la pieza  Ferrocarril de los Altos, compuesta por Domingo Bethancourt (1906-1980)”, dice Francisco Román Bethancourt, sobrino del autor de la melodía. El dato curioso es que este tema comienza con el sonido de una locomotora, pero los trenes eléctricos no emiten ese particular  sonido.

Amancecer

El maestro guatemalteco Léster Godínez (1945) recuerda cómo compuso el tema Amanecer. “Esta melodía era para un documental sobre el lago de Atitlán, por lo que me puse a investigar y ver fotografías del lugar, pero una imagen fue la que me llamó la atención: un amanecer.  En la madrugada desperté y escribí las primeras notas. Por la mañana intenté escribirla, pero ya no la sabía. Afortunadamente tenía las notas anteriores y me sirvieron para terminarla. Eso me enseñó que cuando viene la inspiración hay que tomarla inmediatamente”, recuerda el compositor y creador del concepto marimbas de concierto.

En Cuilco me enamoré

Esta melodía la compuso Guillermo de León de Ruiz (1946) a solicitud del  marimbista Elmo Cupertino Sánchez, director de la marimba del Inguat, en 1983. “Hágame una melodía para mi pueblo”, le dijo. De León se la dedicó a Sánchez y la esposa, originarios de Cuilco (Huehuetenango).  La pieza surgió un día en el que De León  se dirigía a tocar marimba a una fiesta en Ciudad de Plata —Ciudad de Guatemala—. Al bajar del bus empezó a tararear la melodía.  Después de dos cuadras la terminó. “En esa fiesta la tocamos en una marimba de cinco ejecutantes”, dice De León.

 Las chancletas de Nayo Capero

Su compositor, Guillermo de León Ruiz, cuenta la historia: “Se relaciona con  mi amigo  Bernardo Enríquez, quien en su juventud hacía capas de hule, trabajo por el cual  lo que lo conocían como capero.  A él le gustaba tomar, por lo que cuando se emborrachaba su esposa le quitaba toda su ropa elegante.  En una ocasión él andaba en sandalias —chancletas— y playera.  Llegó con nosotros cuando tocábamos marimba, pero por lo mareado que andaba, al subir las gradas al segundo piso en donde tocábamos, perdió una chancleta.  Nos pareció gracioso y el compañero marimbista,  José Avendaño, me dijo que le arreglara algo. Así surgió ese tema en 1979”, indica De León.

 Noche de luna entre ruinas

Una de las melodías más emblemáticas del compositor quetzalteco Mariano Valverde (1884-1956) es Noche de Luna entre ruinas. “El maestro  la compuso luego de ver la destrucción que ocasionó el terremoto de San Perfecto el 18 de abril de 1902, en  Quetzaltenango. “Se cuenta que Valverde al ver cómo quedó la ciudad, a la  que tanto amaba, sintió mucha tristeza y así surgió este notable tema”, cuenta el maestro Léster Godínez. Para ese entonces Valverde tenía 18 años de edad.

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