Salud y Familia

Cambiar para la vejez: alimentémonos de energía positiva

Una de las recomendaciones es cuidar lo que pensamos, decimos y sentimos.

Cambiar para la vejez: alimentémonos de energía positiva

Dediquemos tiempo a meditar, reflexionar y hacer un cambio personal de vida para alimentarnos de energía positiva, la cual será una llama que no se apagará a lo largo de nuestra vida y en la vejez. (Foto Prensa Libre: Sabine van Erp en Pixabay)

Para introducir el tema quiero relatar la siguiente historia, había una persona que cuando alguien le hacía la pregunta ¿Cómo está? Siempre respondía de la siguiente manera: me siento mal, con enfermedades, triste porque mis hijos ya no están conmigo, con preocupaciones por la crisis del país, en fin, lamentándose por todo lo que le sucedía.  

Siempre se hacía la víctima, además de sentirse inconforme e infeliz por lo que la vida le daba. Nunca fue una persona agradecida.

Aparte exigía que las personas a su alrededor le prestarán atención e hicieran lo que quería. Lo peor de esta persona era que no reconocía sus errores, nunca pedía disculpas o perdón por lo que hacía o decía, no cedía ante las situaciones, ni mucho menos mostraba empatía por los demás. Incluso este personaje expresaba “no necesito de nadie porque para eso tengo dinero”.

Se relacionaba con muchas personas, sin embargo, no le dedicaba tiempo a su familia. No era una persona servicial ni mucho menos acomedida. Se pasaba la tarde viendo las noticias para después contarle a sus allegados lo negativo que había visto. Para terminar el relato debo agregar que llevaba una vida sedentaria.

Con la narración anterior no es mi deseo juzgar al personaje ni mucho menos hacer una crítica o describir el perfil o padecimiento psicológico, el objetivo es destacar su conducta para sacar a la luz el patrón de comportamiento y cómo este afecta en el período de la vejez.

A qué me refiero, al llegar a la vejez, el sujeto que mencioné con anterioridad pasaba el tiempo en soledad, su queja aumentaba y prestaba más atención a sus enfermedades. Se peleó con su familia al punto que se alejaron y ya nadie deseaba estar a su lado, llegado a este punto comenzó con depresión y perdió el sentido de la vida.  Lo que expresaba esta persona era “me abandonaron, nadie me quiere, solo se acercan por mi dinero, me tratan mal”. Fue tanta la atadura a estos pensamientos que se postró en su cama sin deseos de moverse o comer, con el único fin de dejarse morir.

En este instante, cuando todavía no hemos llegado a la vejez, cuidemos lo que pensamos, decimos, sentimos y cómo reaccionamos para que nuestra vejez se desarrolle en bienestar mental y vida plena.  Cada día debe ser un período para agradecer a la vida, lo que tenemos, para compartir con nuestros seres queridos, para no dejarnos llevar por la negatividad sino más bien exaltar todo lo bueno.

Dediquemos tiempo a meditar, reflexionar y hacer un cambio personal de vida para alimentarnos de energía positiva, la cual será una llama que no se apagará a lo largo de nuestra vida y en la vejez.

Lo invitamos a participar en nuestros talleres de autoconocimiento y vida plena, para más información escriba al WhatsApp 4293-5610. 

André Armas, educador y consejero de bienestar

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André Armas, educador y consejero de bienestar

Nuestro cuerpo se va a deteriorar, pero no permitamos que nuestro espíritu se debilite.

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