¿Por qué tantas personas, con o sin éxito, se sienten abocadas a vivir sin sentirse plenas? ¿Cuáles son las dificultades psicológicas, vitales y existenciales que les impiden o dificultan ese sentimiento de plenitud?
Para los orientadores en desarrollo personal y empresarial Rovira y Tría, este problema se relaciona con la ‘herencia’ de creencias y condicionamientos que todos recibimos.
“Esa herencia consiste en toda una serie de indicaciones, consejos, normas, órdenes, direcciones, valores y criterios que hacemos nuestros y vamos recibiendo a lo largo de nuestra educación, formación, vida en familia, formación religiosa, integración laboral, vida en pareja y vida social”, aseguran.
“Son unas creencias que a menudo no coinciden con lo que pensamos, necesitamos, deseamos o somos, atentando contra nuestros más profundos deseos. Nos niegan a nosotros mismos. Funcionan como negaciones en torno a lo que una persona ‘es’ y ‘puede ser’”, según estos asesores motivacionales.
Álex Rovira, licenciado en ciencias empresariales, conferenciante y escritor, es un experto en psicología del liderazgo. Fernando Trías de Bes, escritor y economista, es un referente en innovación empresarial.
Ambos son asesores motivacionales y coautores de uno de los grandes clásicos del desarrollo personal, ‘La Buena Suerte’, publicado en 2004 y traducido del castellano a otros 42 idiomas.
Señalan que, tras publicar ese libro que se convirtió en un fenómeno editorial, otro avance clave en su propio proceso de aprendizaje, surgió de formularse esta pregunta: “¿Cuándo, en qué momentos de nuestras vidas, hemos realizado por convicción un cambio importante, significativo o trascendental?”.
Decir “no” a otro “no” impuesto o sugestionado
La respuesta fue demoledora: “¡Ese cambio se produjo cuando tuvimos la valentía de decir ‘no’ a algo que atentaba contra nuestros más profundos deseos. Cuando dijimos ‘no’ a aquello que nos niega, cuando dijimos que “no”, a otro “no” impuesto, sugestionado o sutilmente introducido por otros, sobre todo cuando éramos niños, pero incluso de adultos.
Esa revelación fue el punto de partida de su nuevo libro ‘Las Siete llaves’, enfocado en cómo conseguir nuestra libertad vital, entendida como “aquello que te permite ser amo y dueño de tu propia vida, y en poder manifestar lo que sientes y piensas sin miedos ni represalias”.
“Decir ‘no’ a lo que te niega es decir ‘sí’ a la vida, decirle ‘sí’ a nuestra libertad vital. Negarnos a mantener en nuestra vida aquello que nos niega, es lo que nos afirma”, destacan Rovira (www.alexrovira.com) y Trías de Bes (https://triasdebes.net).
“Y esos “noes” (no seas, no hagas, no intentes, no tengas, no creas, no supongas, no pienses, no aspires a, no desees…) son las falsas creencias, normas inmorales, miedos infundados, culpas inexistentes, deudas con los demás que, en realidad no hemos contraído, facetas de nuestra personalidad que nos atribuyen equivocadamente y mandatos ajenos que nos limitan”, indican los expertos.
“Son escollos que afectan al pensamiento, al juicio, al logro, al disfrute, a la entrega, a la identidad y a la realización integral de nuestro ser. Cuando negamos eso que nos niega, nos liberamos”, señalan.
Para dejar atrás aquellas negaciones, que son como grilletes que nos esclavizan coartando nuestra libertada vital, estos autores recomienda “hacernos conscientes de aquello que nos limita, humilla, daña, condena, somete, esclaviza, subyuga y, llevado al límite, nos quita alegría, energía y vida” .
Cinco pasos hacia la liberación vital
Para conquistar la libertad vital y dejar de ser esclavos de nuestros condicionamientos o grilletes mentales, y así poder vivir conforme a nuestra esencia, Rovira sugiere como primer paso:
“Observar la sintomatología emocional.– ¿Existe infelicidad, angustia, frustración, rabia, culpa, pereza… y está manifestada físicamente? ¿Tienes contracturas de espalda, cansancio crónico, etc.?. “Esos síntomas que se mueven por dentro o son manifestados en el cuerpo, delatan la existencia de una fuente de dolor, insatisfacción, condicionamiento o sufrimiento” apunta.
Una vez observado el síntoma, el segundo paso consiste en:.
“Reflexionar y observar de donde nace este malestar.– A continuación hay que comenzar a hacerse las preguntas necesarias e inteligentes para que ayuden a que aflore aquello que nos hace sufrir pero que, todavía, está en nuestra mente inconsciente o preconsciente.
Así que pregúntese: ¿qué creencias restringen su libertad de elegir? ¿Qué prohibiciones se impone para impedir la satisfacción de sus deseos? ¿Qué proyecciones o expectativas sobre usted mismo le dificultan la plenitud de ser lo que estás llamado o llamada a ser?” recomiendan los autores.
Según Rovira, “al reflexionar, escribir o dialogar con nosotros mismos, vamos sacando a la luz ese malestar interior. En este proceso puede ser útil el acompañamiento de alguien que “nos haga de espejo”, escuchándonos sin juzgarnos y comunicándonos lo que percibe en nuestro comportamiento, palabras o sentimientos, de la forma más neutral posible”.
El tercer paso es la aceptación.– No entendida como resignación, sino como un trabajo de toma de consciencia reconociendo, por ejemplo, que tenemos miedos infundados a arriesgarnos o a hacer determinados cosas, y que esos miedos no obedecen a una amenaza real, sino imaginaria”, según este experto.
Rovira añade que también podemos reconocer que nos hemos creído que somos algo que no somos, y pone el siguiente ejemplo: “me dijeron que soy torpe y me lo creo, y voy acomplejado por el mundo pero, en realidad, a lo largo de mi vida he demostrado en muchas ocasiones que la torpeza no es una característica de mi forma de ser”.
“También puedo darme cuenta y reconocer que me estoy tragando un dogma que me hace daño, me está condicionando en mis decisiones y acciones y atenta contra mi propia naturaleza y que, si ejerciera dicha naturaleza, no haría daño a nadie”, señala.
“Se trata, en definitiva, de aceptar y reconocer la existencia del problema”, resume Rovira.
El cuatro paso puede enunciarse como “sin coraje no hay transformación”.- “Una vez que hemos aceptado el problema, tenemos dos opciones: seguir tragando con lo que tenemos, cosa poco probable después de habernos dado cuenta de lo que ocurre, o bien poner en marcha la transformación de nuestra vida a través del coraje”, reflexiona.
Este coraje se entiende “no como ausencia de miedo, sino como la consciencia de que vale la pena arriesgarse para conquistar nuestra libertad vital y liberarnos de las negaciones y creencia que hemos heredado de otros”, según Rovira.
El quinto paso consiste en actuar con determinación.- “Para que ese anhelo de transformación y realización que tenemos ahora, se haga realidad”, concluyen los autores.