Salud y Familia

Cocinar también te quita el estrés

La repostería es una buena alternativa para encontrar distracción.

Katherine Escobedo (19), lleva tres años estudiando gastronomía. Mynor Roche (23), se prepara desde hace tres años para ser chef profesional. (Foto Prensa Libre: Ana Lucía Ola).

Katherine Escobedo (19), lleva tres años estudiando gastronomía. Mynor Roche (23), se prepara desde hace tres años para ser chef profesional. (Foto Prensa Libre: Ana Lucía Ola).

Si la cancha no es una opción para canalizar tus energías y desestresarte, la cocina puede convertirse en ese espacio de distracción y, por qué no, de relajación.

Preparar un platillo permite tener la mente alejada de los problemas y disminuye la ansiedad. Permite sacar a flote la creatividad al idear nuevas recetas para deleitar el paladar de los comensales, pero también al momento de presentarlas, al jugar con colores, alturas y formas en los platos, pues la comida entra por los ojos.

Expertos en psicología recomiendan cocinar como una terapia para quienes manejan altos niveles de estrés, e incluso, para contrarrestar la depresión.

Otra de las ventajas es que estimula los cinco sentidos y mejora las habilidades cognitivas de las personas, pues se requiere prestar atención a la calidad de los productos que se utilizan, las medidas y mezcla de ingredientes, y a los tiempos de cocción.

También mejora la autoestima y despierta el buen ánimo al degustar comida creada por uno. Al principio quizá no obtengas el mejor de los sabores, pero la práctica hace al maestro.

La experiencia

Estar dentro de una cocina requiere de disciplina, prestar atención y ser muy organizado, según Mynor Roche, de 23 años, quien estudia gastronomía desde hace tres, y encontró en esta disciplina una manera de canalizar sus energías.

“Realmente me siento cómodo en la cocina y no me ubico en otro lugar que no sea estar acá”, dice Mynor.

Sin embargo, lo que para este joven cocinero empezó como un hobbie, hoy es su pasión y anhela continuar aprendiendo nuevas técnicas para en un futuro no lejano montar su restaurante.

Esa es una de las ventajas de cocinar, que si le dedicas tiempo y estás en constante capacitación puedes encontrar en este arte una fuente de ingresos, tal como le sucedió a Katherine Escobedo, de 19 años. Ella comenzó a cocinar junto su mamá viendo los programas de televisión, pues allí halló un espacio para expresarse. Más adelante ingresó a una academia culinaria donde lleva tres años preparándose.

A diferencia de Mynor que se especializa en la cocina salada, Katherine se enfocó en la repostería, lo que le permite elaborar pasteles, galletas y cupcakes que vende para obtener un dinero extra para pagar sus estudios.

“No lo tomo como una carrera sino como mi hobbie, porque es mi escape a otro mundo. Me permite canalizar el estrés”, aseguró la joven, quien señaló que para aprender a cocinar no hay edad y que niños, jóvenes y adultos pueden encontrar en esta disciplina un espacio para disfrutar y alejarse del estrés. Fuente: Academia Culinaria Las Margaritas: 2366-6230

Beneficios de cocinar
  • Aleja la mente de los problemas y permite canalizar las energías en una apasionante disciplina. Puede ser una terapia para eliminar el estrés y si se hace acompañado de música es mejor.
  • Desarrolla la creatividad al momento de elegir ingredientes y preparar nuevas recetas.
  • Aumenta la autoestima al crear platillos que pueden deleitar el paladar de los comensales.
  • Mejora las habilidades cognitivas al estar atentos de los ingredientes, las cantidades y los tiempos de cocción que se requieren en cada preparación.

ESCRITO POR:

Ana Lucía Ola

Periodista de Prensa Libre especializada en temas comunitarios, con énfasis en Salud y Educación, con 17 años de experiencia. Reconocida con el Premio de Prensa Libre en categoría Reportaje, en 2019. Premio de la UPANA por Informar a la población guatemalteca sobre la realidad en nutrición y desnutrición en el país, en 2019. Diplomado El periodismo en la era digital como agente y líder de la transformación digital impartido por el Tecnológico de Monterrey.