Es innegable pensar que el final de una situación podría generar sentimientos negativos. En un plano laboral, los despidos entran en esa categoría de finales no tan agradables; tanto para quienes son despedidos como para quienes lo hacen saber al colaborador.

La psicóloga clínica Adallyd Belloso comparte que sentimientos como la culpa son comunes en los jefes que despiden a sus colaboradores, y en especial, si se trata de la primera vez que lo hacen.

Aunque se trata de una situación, por lo general incómoda, los despidos ocurren porque son necesarios. Deficiencias en el desempeño, conflictos con otros trabajadores, incumplimiento de acuerdos en el contrato, faltas graves o cambios estructurales suelen provocar el final de relaciones laborales.

La psicóloga industrial Luisa Zamora, atribuye que el miedo o inseguridad en un primer despido podría deberse a la falta de preparación de los líderes. Dichos conocimientos deberían ser propiciados con el apoyo del equipo de Recursos Humanos (RR.HH.), ya que este departamento se encarga de velar por los aspectos referentes a la persona, comenta la especialista.

Zamora apunta que, si los líderes fueran conducidos de manera apropiada para llevar a cabo los despidos, existirían menos fallas a la hora de hacerlos. Entre los errores más comunes de esos momentos destacan la carencia de fundamentos, la falta de tacto emocional, o un bajo nivel de madurez emocional.

Adallyd Belloso agrega que este último aspecto es necesario, ya que permitiría que quienes despiden no sientan una responsabilidad emocional sobre la situación. Al contrario, los líderes deben pensar de manera objetiva en las razones que llevaron al final del vínculo laboral.

“No se trata de responsabilizarse de las reacciones de los despedidos ante la noticia, pero influirá cómo se transmita. Se debe recordar que han sido colaboradores y han ayudado a que la empresa funcione”, comparte la psicóloga clínica.

Comunicar el despido

Para llevar a cabo un proceso de despido sano y responsable en cuanto a los planos emocionales y laborales, las psicólogas apuntan las siguientes recomendaciones para los jefes:

• Planificar el despido. Una vez tomada la decisión por el jefe y el equipo de RR.HH., estos deben establecer cómo, cuándo y de qué manera comunicará el jefe la noticia al trabajador. Es importante que un encargado de RR.HH. acompañe al líder en esta fase, ya que puede darle recomendaciones de las palabras, gestos y formas para comunicar la situación.

• Ordenar aspectos administrativos. Desde la parte operativa se deben poner en orden boletas, facturas y la papelería que el futuro despedido recibirá como parte del proceso.

• Concretar una reunión privada. El despido debe comunicarse en un espacio íntimo, sin que haya muchas interrupciones ni otras personas. Luego de que la parte operativa tome la decisión, debe hacerse la notificación lo más pronto posible, ya que podría filtrarse información y otras personas podrían enterarse antes de que el mismo trabajador. 
  

• Comunicar con honestidad. Es necesario que el despido sea justificado y que los jefes sean transparentes con ello. Esto provocará que los despedidos comprendan las razones y que no queden dudas, ya que los trabajadores podrían hacer demandas si no fue un despido justificado. Se debe contemplar la cercanía emocional hacia con el trabajador en este momento. 
  

• Brindar la documentación pertinente. Además de facturas o boletas que ameriten el proceso laboral, los trabajadores también deben recibir una carta en la que se constate su paso por la empresa.

Cuando se enfrenta el despido

Ante el despido, Luisa Zamora recomienda a los trabajadores estar al tanto de sus derechos y responsabilidades como extrabajador. Deben preguntar por su indemnización (de ser contemplada en el contrato), y tener claras las razones del despido o bien preguntar.

También sugiere exigir una constancia laboral, y si fue una buena relación laboral, pedir una carta de recomendación.

Muchas veces los despidos ocurren sin ser imaginados, pero también, hay ocasiones en las que se sabe que ocurrirá.

No obstante, la situación podría decantar en un duelo por despido”, en el que los trabajadores atraviesen las fases del duelo por muerte: negación o sorpresa; negociación; enojo; tristeza o depresión; y por último la aceptación, apunta Adallyd Belloso.

Belloso señala que es importante vivir todos los sentimientos en ese proceso, y de ser necesario a causa de emociones negativas constantes, se puede buscar apoyo de un profesional en salud mental.

Por otro lado, Zamora apunta que los trabajadores despedidos deben considerar que su ciclo ya ha terminado en la empresa y que las razones fueron necesarias para así empezar una nueva transformación.

Después de atravesar el duelo por despido, es importante que los extrabajadores reencausen sus metas. Al principio será difícil, pero deben comprender que las razones no fueron personales, sino laborales.