El cuerpo necesita proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas, minerales y agua para mantenerse sano, por lo que el aparato digestivo descompone químicamente los alimentos en partes pequeñas para que el cuerpo pueda absorber los nutrientes y usarlos para la energía, crecimiento y reparación de las células. De acuerdo con el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK), las proteínas se descomponen en aminoácidos, las grasas en ácidos grasos y colesterol, y los carbohidratos en azúcares simples.
Para poder absorber estos nutrientes los alimentos deben sufrir diversos cambios físicos y químicos. Muchos de ellos ocurren en la preparación, mientras que en otros no es necesario el cambio porque son absorbidos tal como están. Por ejemplo, el agua, minerales y ciertos hidratos de carbono.
Sin embargo, el verdadero proceso de digestión inicia cuando los alimentos están en la boca, en el inicio del aparato digestivo, menciona Ángeles Carbajal, en el Manual de Nutrición y Dietética de la Universidad Complutense de Madrid.
Cuál es el proceso de digestión de los alimentos
La digestión inicia cuando comenzamos a masticar los alimentos en la boca y estos se combinan con la saliva, un jugo digestivo que humedece los alimentos para transportarlos más fácilmente por el esófago hacia el estómago. Además, la saliva tiene una enzima que comienza a descomponer químicamente los almidones de los alimentos. “Por ejemplo, si comemos un pan francés y lo masticamos por mucho tiempo, cuando se convierte en masa le sentiremos un poco de sabor dulce porque la saliva lo descompuso y al ser carbohidrato tiene muchas moléculas de glucosa juntas”, explica Héctor Luna, cirujano endoscopista.
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Al tragar, la peristalsis empuja la comida por el esófago hacia el estómago, en donde las glándulas producen ácidos estomacales y enzimas que descomponen químicamente los alimentos. Luego pasa por pocos hacia en intestino delgado, en donde se mezcla con la bilis que viene del hígado y los jugos del páncreas, lo cual termina de fragmentar los alimentos para absorber los nutrientes. Es decir, en el trayecto del intestino se van absorbiendo los lípidos, las proteínas y los carbohidratos.
Relación de la cantidad de comida y la digestión
Luna explica que nuestro cuerpo tiene cierta capacidad para producir el ácido gástrico que descompone químicamente los alimentos, por lo que si ingerimos demasiados alimentos lo que sucederá es que el proceso de digestión será mucho más lento porque se tardará más en deshacer toda la comida que hay dentro del estómago.
“Cuando comemos sentimos pesadez en el estómago porque nuestro estómago se tuvo que hacer más espacio para que cupiera la comida y poco a poco va deshaciendo los alimentos para que continúen el recorrido correspondiente. Pero esto provoca que, además de la pesadez, se produzca ingestión”, dice la gastroenteróloga Débora Aguilar.
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Los síntomas de la ingestión son sentirse lleno rápidamente durante la comida, saciedad incómoda después de las comidas, hinchazón en la parte superior del abdomen y ardor, y eructos. Incluso, se puede tener náuseas, vómitos y acidez estomacal.
En caso de que tena síntomas de una mala digestión, Aguilar recomienda que la próxima comida sea con alimentos fáciles de digerir, por ejemplo, yogur, pechuga de pollo, arroz integral, avena y huevos.