Hemeroteca

Cuáles son las procesiones e imágenes más antiguas de Guatemala

Las procesiones son parte medular de la Cuaresma y Semana Santa en Guatemala, una de las más esplendorosas del mundo.

Santo Entierro del Señor Sepultado de Santo Domingo, viernes santo de 1971. (Foto: Hemeroteca PL)

Santo Entierro del Señor Sepultado de Santo Domingo, viernes santo de 1971. (Foto: Hemeroteca PL)

Calles que han visto durante cuatro siglos el recorrido de nazarenos, dolorosas y yacentes. Nubes de incienso en olorosa ofrenda. Notas solemnes de marchas fúnebres. Timbales. Paso lento, pausado.

Estos son símbolos de más de tres siglos y medio de cuaresma guatemalteca. Las mismas calles han sido el escenario, desde Santiago de Los Caballeros hasta Guatemala de La Asunción, de procesiones de imágenes barrocas, inspiración de geniales escultores o artesanos. Tallas de más de 350 años de antigüedad —como Jesús de la Merced, el Yacente de Santo Domingo, Jesús de Candelaria o Jesús de Los Milagros— se dejan ver como lo han hecho por varios siglos.

Consideradas por los católicos como protectores del pueblo contra pestes, enfermedades, tribulaciones y hasta de conflictos bélicos, estas imágenes han soportado el devenir del tiempo y han sentido en sus ropajes y madera el embate silencioso del tiempo, la mirra, el sol o la lluvia.

Pero mucho ha cambiado la pompa procesional, y para eso hay que echar un vistazo a las crónicas de fray Francisco Ximénez o José Joaquín Pardo. Llaman la atención, por ejemplo, el Santo Entierro dominico o la procesión de La Reseña de Jesús de La Merced, protector contra la peste, la sequía y de la muerte del ganado.

Templo de los carpinteros

En el Santuario Arquidiocesano de San José, en la Nueva Guatemala de la Asunción, se conserva la talla barroca de Jesús Nazareno de los Milagros, cuya procesión, cada Domingo de Ramos, es una de las más solemnes de la Semana Mayor.

Después del traslado de la capital al Valle de la Ermita, el templo de San José fue construido al noreste y dio nombre a uno de los barrios. Según Miguel Álvarez, cronista de la ciudad, la iglesia fue construida a petición del gremio de carpinteros, en 1778, y bendecida el 25 de noviembre de 1783. De acuerdo con el doctor en ciencias sociales Aníbal Chajón, “la imagen del Nazareno fue hecha para la Ermita de la Cruz del Milagro, en Santiago de Guatemala, de donde deriva el nombre de Nazareno de los Milagros.

La imagen fue donada en 1731 para culto popular. Por los terremotos de 1773, fue trasladada a la Nueva Guatemala el 11 de febrero de 1781 y llevada al Beaterio de Indias, una casa de religiosas, donde permaneció hasta 1819, cuando, por problemas entre los cofrades y las monjas, fue “expulsada”. Como no había dónde dejarla, se le colocó en el Beaterio de Santa Rosa.

Hacia 1826, el Nazareno se encontraba en el Cerro del Carmen y, en 1859, en el templo de San José, hasta la fecha.
El Nazareno de los Milagros es una talla única en su género, anatómicamente perfecta. Según historiadores, fue esculpido por Alonso De la Paz. En la década de 1930 la imagen fue transformada, para que estuviera de rodillas y se le dio el título de Rey del Universo, advocación que conserva actualmente, pero después se le restituyó su posición original.

El 4 de abril de 1993, el Nazareno fue consagrado por monseñor Próspero Penados del Barrio. Las andas de Jesús de Los Milagros tienen la forma de catafalco romano —túmulo solemne para honras fúnebres—. Su estilo es imperial, y en este destacan cuatro águilas. El mueble, originalmente de 80 brazos, fue considerado en los años de 1960 como “el anda más grande del mundo”. Actualmente, es de 114 brazos. Es un cortejo netamente romano.

El Moreno de Candelaria

Todavía se debate sobre la autoría de la imagen de Jesús de Candelaria, aunque por tradición ha sido atribuida al fraile franciscano Juan De Aguirre, en 1563. Chajón refiere que es un nazareno del Valle de la Ermita; es decir, un nazareno capitalino. Ello, sin embargo, no le quita el mérito de ser catalogada como imagen barroca.

En 1677, Inocencio XI resuelve las diferencias entre las procesiones de La Merced y la Candelaria, al mencionar el cortejo de Jueves Santo, por su celebración desde hacía varias décadas.

En 1733, Jesús de Candelaria salió en procesión de rogativa, para pedir por el cese de la viruela. El 19 de febrero de 1784 fue trasladado a la Nueva Guatemala.

En 1820 se reorganizó la procesión de Jueves Santo, y el 3 de febrero de 1917 fue consagrado por fray Julián Jacinto y Riveiro.

Entre los rasgos de Jesús de Candelaria destacan las facciones mestizas. Además, los ojos son verdes, tallados en la madera, y sus medidas anatómicas no son perfectas. Es la única imagen nazarena de la Semana Santa que lleva la vista al frente y la cabeza vencida por el cansancio.

Es un nazareno tallado para la población indígena, abundante en el siglo XVI, como lo indica Chajón. Fue diseñado para conmover a los fieles, como imagen de vestir y para ser llevado en andas. De hecho, las andas de este y los demás nazarenos eran sumamente pequeñas, con el objetivo de ser apreciadas de cerca. Este concepto ha cambiado con el paso de los años, debido a la magnificencia y hasta competencia por presentar las andas más largas o exuberantes.

Del nazareno de Candelaria, “Señor Eucarístico del Jueves Santo”, destaca su extraña postura, que llega a la humillación, y la que ha sido fuente de inspiración de músicos y literatos, entre ellos el premio Nobel Miguel Ángel Asturias, para su célebre poema A Jesús de Candelaria, y del pianista Manuel Moraga, para la marcha Una lágrima, tema oficial de Jesús de Candelaria, aproximadamente desde 1929.

Un detalle singular es que la advocación de Cristo Rey le fue dada al nazareno de Candelaria durante la guerra mexicana de Los Cristeros (1926-29). Al grito de “¡Viva Cristo Rey!”, muchos dieron su vida en este conflicto.
Sus andas de Jueves Santo llevan en las esquinas cuatro pelícanos de plata, que simbolizan la entrega, el amor y la piedad. El adorno siempre alude al misterio eucarístico o la catequesis como transformación.

Protector contra las pestes

El historiador Miguel Álvarez, en su libro Jesús de la Merced, indica que entre las imágenes guatemaltecas más recurridas por terremotos, pestes de chapulín (langosta) o sequía figuraban La Virgen del Socorro, Jesús de Candelaria y especialmente Jesús de La Merced, esculpido por Mateo de Zúñiga, en 1664. Ante este, “el pueblo juró que sería patrón para el agua, el fuego, las pestes, los temblores y otras calamidades”.

Pocos días después de haber sido consagrado, en agosto de 1717, el Volcán de Fuego empezó a hacer erupción, y los pobladores de Panchoy sacaron en procesión de rogativa varias imágenes, entre estas el Nazareno de La Merced. Así, Jesús salió en procesión penitencial en 1724 y 1774, por las plagas de chapulín; en 1783, por los temblores de tierra; en 1789, por la peste que mató al ganado; y en 1801, por la peste de langosta en El Salvador. En 1856, Rafael Carrera le pidió que le ayudara a ganar la guerra contra los filibusteros y, para congraciarse, le concedió un grado militar. Según Álvarez, hasta hubo “jornadas militares” para pedirle la victoria.

El nazareno mercedario es la única imagen de la Semana Mayor que sale en procesión dos veces: el Martes Santo, en La Reseña —organizada desde el siglo XVIII—, y el Viernes Santo. La particularidad del cortejo del martes es que las andas no llevan adorno, porque cientos de fieles le lanzan ramos de flores y hasta buqués de novia.

El cortejo del Viernes Santo, que empieza a las 2.45 horas, también se celebraba desde la Colonia. Ese día, el Nazareno es decorado con una alegoría especial. Sus andas no son tan grandes como las de otras templos, debido a que cuenta con menos tiempo de recorrido. Entre los detalles del cortejo destacan el escudo de la orden mercedaria o de redención de cautivos, la cruz del nazareno con piedras preciosas y la posición diagonal de la imagen en las andas. Esta disposición refuerza el mensaje con el cual fue tallada la imagen: ser apreciada como fiel reflejo del Dios-hombre que sufre por la redención humana.

El “otro” Nazareno

Unos 25 años después de haber sido esculpido Jesús de la Merced, vecinos del barrio de San Jerónimo encargaron otra imagen, que destaca por su mirada penetrante y que actualmente se encuentra en la iglesia de La Merced de Antigua Guatemala. Es una talla anónima, según el historiador Chajón, hecha para un barrio administrado por mercedarios y caracterizado porque en ese lugar convivían mestizos y afrodescendientes.

La imagen representa a un hombre robusto y moreno, “varón de dolores, experimentado en quebrantos”. De esta manera, tanto los criollos como los afrodescendientes ya tenían su propio nazareno. Los blancos contaban con la escultura de Zúñiga, y los afrodescendientes, con la que más tarde sería conocida como Jesús de la Merced de Antigua.

La imagen del mercedario moreno recorre las calles de Antigua Guatemala el Domingo de Ramos, en la procesión de La Reseña, y el Viernes Santo. Un detalle particular es que el Domingo de Ramos las andas son decoradas con alegoría especial; y el Viernes Santo solo se representa el camino del Calvario. Esta última estampa es la que recorre el mundo promocionando turísticamente a Guatemala, y en la cual el nazareno antigüeño aparece vestido con túnica roja y coronado de espinas naturales.

“Fue hecho con tanto amor…”

El cortejo procesional del Cristo Yacente del Amor, del templo de Santo Domingo, data del siglo XVI y está vinculado con la vida política y laboral de la Colonia y con la época independiente de Guatemala. Se cree que la talla es europea, y que probablemente perteneció a Catalina de Aragón, a quien Enrique VIII echó de Inglaterra en 1534, por conflictos matrimoniales e incomodidades con la Iglesia Católica.

En 1535, luego de un naufragio, la caja de madera con el cristo encayó en las costas de Honduras, donde fue recogida como mercadería.

La imagen fue entregada a los dominicos, quienes fundaron la Cofradía del Cristo Morto, en 1547, y, según una versión, lo sacaron en procesión por primera vez en 1570. Hay datos de que la procesión fue declarada “oficial para recorrer las calles de Santiago de Guatemala el Viernes Santo”, como lo indica el cronista Miguel Álvarez en su libro Ángeles llorones.

Alrededor del Cristo del Amor se tejen numerosas anécdotas. Para comprobarlas, basta con visitar el hotel Casa Santo Domingo, en Antigua Guatemala, donde originalmente permanecieron las imágenes de Nuestra Señora del Rosario y el cristo yacente mencionado.

Fray Francisco Ximénez, extasiado frente a la imagen del yacente, decía que “está hecha con tanto amor, que el mejor título que se le puede dar es Cristo del Amor”. Con esta advocación ha permanecido en el templo dominico, y con esta fue consagrado en 1973 por el cardenal Mario Casariego.

Ximénez describe, en 1650, la procesión del Cristo del Amor como un cortejo político-religioso, y la detalla así: “Es la Ciudad de Guatemala y su cabildo como patrona de aquesta cofradía, y al primer alcalde le toca sacar el estandarte; al segundo, la campanilla y las insignias de la Pasión, las sacaban los Capitulares con sus lobas de tafetán negro…”.

Además, hace referencia de los gremios de artesanos, que tenían gran importancia en la vida colonial, y quienes eran obligados a participar en la procesión. Así, “(…) se dispuso que cada insignia la sacase un ángel de estatura entera (…) y cada uno de los gremios de los oficios mecánicos componen un ángel, y lo sacan muy acompañado de luces, que siendo como 20 los ángeles, hacen los más del cuerpo de la procesión”.

Este testimonio histórico sirve de marco para entender el cortejo del Cristo del Amor, que cada Viernes Santo sale de la
Basílica de Nuestra Señora del Rosario. Ninguno de estos símbolos ha cambiado, porque la procesión incluye la campanilla, los ángeles llorones, los símbolos de la Pasión, los estandartes y, a partir del siglo XX, de los pasos procesionales. Lo único que cambió con el tiempo fue el distanciamiento del Cabildo, hacia finales del siglo XIX. Un detalle peculiar del Cristo del Amor es que cada Viernes Santo sale en su urna francesa de cristal y bronce, y que ha sido llevado en hombros por presidentes y funcionarios.

Para la historia

Anécdotas, incidentes y detalles curiosos forman parte de estos cortejos cuaresmales añejos. Leyendas, literatura, política y vida social están vinculados con estos. Aquí, algunos:

Las andas de Jesús de Los Milagros estuvieron a punto de quemarse el Domingo de Ramos de 1992, en el parque Colón.
En La Gazeta del Viajero, en 1858, ya se menciona la procesión de Jesús de las Palmas.

Jesús Nazareno de La Merced, de Antigua, es una de las representaciones más fieles de la personalidad de Cristo.
El presidente Rafael Carrera otorgó a Jesús de La Merced el grado de Capitán Del Ejército. Carrera vivió en el barrio de La Merced, y murió el Viernes Santo, 14 de abril de 1865.

Durante el gobierno de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920) todas la procesiones tenían que llegar hasta su residencia, en el barrio La Palma, hoy zona 5. Para congraciarse con él, se hacían largos recorridos, como consta en una crónica de la procesión de Jesús de Candelaria del Jueves Santo de 1917.

El costo de la celebración

La pompa de Semana Santa tiene su precio. Un recibo de 1752 de Francisco Benítez solicitaba “el costo de los aperos que sirven la procesión del Santo Entierro de Christo el Viernes Santo/ …cincuenta túnicas, tres fámulas, un estandarte; vestuario para los caballos, con mas quatro tambores que compré”. Así, Benítez cobraba, además, “350 baras de manta, hechura de dos túnicas”, entre otros aperos, la suma de 169.1 1/2 (Ciento 69 pesos y uno y medio reales).

En la Guatemala de hoy, dichos costos podrían parecer irrisorios; sin embargo, para que cada cortejo de los mencionados continúe ininterrumpidamente es necesario contar con suficientes fondos, provenientes, en su mayoría, de la venta de las cartulinas o turnos.

Por ejemplo, Sergio Cacao, relacionista público de la Asociación de Jesús de Los Milagros, dijo que se necesitan cerca de Q500 mil para costear la procesión del Domingo de Ramos. Ello, sin contar que la decoración está a cargo de la Comisión de Adorno, integrada por 22 personas que no cobran un centavo.

Una banda de 150 músicos puede llegar a percibir hasta Q200 mil por 17 horas, al tomar en cuenta que cada músico cobra por el instrumento que toca. El más caro es el bajo. Una túnica para Jesús puede costar cerca de Q10 mil, pero eso no importa, porque las procesiones continuarán saliendo, como lo han hecho por varios siglos.

Símbolos y emblemas

  • Los lábaros eran portados en los cortejos imperiales de Roma, y fueron incorporados por la Iglesia Católica. Llevan inscrito SPQR, sigla latina de la frase Senatvs Popvlvs Qve Romanvs, (el Senado y el Pueblo Romano).
  • Fue el emblema de los estandartes de las legiones romanas, así como el nombre oficial de la República y del Imperio romano.
  • Los timbales, que también formaban parte de las procesiones militares de Roma, anuncian que se acerca una procesión triunfal, como se acostumbraba durante el ingreso de los vencedores en las campañas romanas.
  • Los estandartes de las cofradías y hermandades se inspiran en temas religiosos o alegorías. Por ejemplo, el de la Hermandad del Cristo del Amor, que incluye las llaves pontificias, la mitra y la cruz dominicana, con el lema “Alabar, predicar y bendecir”.
  • El estandarte de Jesús de La Merced de Guatemala lleva el escudo mercedario, es decir, las barras de redención de prisioneros, y la corona de Nuestra Señora de La Merced.
  • El estandarte de Jesús de Candelaria presenta una corona de espinas, con el lema “Cristo Rey”, advocación dada al nazareno durante la guerra mexicana de Los Cristeros.
  • La imagen de la Virgen de Dolores de Santo Domingo está inspirada en el dolor de una mujer de la Colonia.
  • La alegoría de la muerte siempre abre el cortejo del Cristo del Amor, como recordatorio de nuestra última realidad terrena.
  • Las marchas fúnebres se inspiran o adaptan a las imágenes de pasión, mediante acordes cadenciosos y repetitivos, o resonantes ritmos militares.

ESCRITO POR: