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Cristo Rey: el Nazareno de la serena mirada

Cada año millares de cucuruchos y devotos acuden el Jueves Santo a la magna procesión de la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno que sale del templo de Nuestra Señora de Candelaria.

Jesús de Candelaria en su dosel en la primera mitad del siglo XX. (Foto: Hemeroteca PL)

Jesús de Candelaria en su dosel en la primera mitad del siglo XX. (Foto: Hemeroteca PL)

Para comprender la importancia histórica de la imagen nazarena hay que referirse a dos hechos, primero la existencia de la parroquia de Candelaria en Santiago de Guatemala y su relación con la Ermita de los Dolores del Cerro y segundo su traslado al Valle de la Ermita.

En la Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, hoy Antigua Guatemala, existió y aún permanece el barrio cuyo templo estaba dedicado a la Virgen de Candelaria, regentado por la Orden de Predicadores o de Santo Domingo. Esta administración la conservó hasta 1754 hasta su secularización.

El Barrio de Candelaria fue administrado en lengua pipil, tenía 213 indios tributarios y como anexos a los pueblos de San Juan Gascón y Santa Inés Hortelanos, por lo que el vicario debía desplazarse por el sector.

En una de esas andanzas, Fray Domingo de los Reyes, hacia 1701, se hizo acompañar del indio mayordomo Silvestre de Paz para ir a Santa Inés de los Hortelanos. En una suerte de hechos prodigiosos, cuenta la leyenda que Silvestre encontró un trozo de palo de una raíz de cedro, envuelto en un rayo de luz lo cual sorprendió al acompañante.

Silvestre llevó el tronco a su casa. Luego llegó un mancebo, de nombre Manuel de Chávez, quien preguntó al dueño de la casa en que se ocupaba, a lo que éste respondió que trasladaba el palo a su sala, porque de él quería hacer una imagen de Nuestra Señora de los Dolores. Chávez se ofreció a realizar la talla, indicando que podía hacerla. Por la imagen Silvestre pagó 23 pesos o sea 46 tostones equivalentes a 84 reales. El proceso duró un mes y salió “tan perfecta y tan hermosa, que bien se conocía que allí andaba la mano del Altísimo”.

Dos años después en 1703 se construye una ermita a la imagen. El culto a la Dolorosa vino a unir tanto a los habitantes de estos pueblos anexos como a los del propio barrio de Candelaria, quienes, devotos, acudían a la ermita a rendir homenaje a la madre de Jesús, dolorosa. Entre 1710 y 1714 se construye una segunda ermita que umplió a su vez, la función de Calvario de la Parroquia de Candelaria. A la imagen patronal se le fijó su fiesta praa octava de la epifanía, relacionándose con el pasaje del NIño Perdido y encontrado en el templo.

Tras los terremotos de 1773 la ermita de los Dolores del Cerro y la Parroquia de Candelaria fueron fuertemente afectadas por lo que ameritó su funcionamiento en un lugar provisional hasta 1784 cuando son trasladado los bienes de la Antigua Candelaria y Dolores del Cerro hacia la Parroquia de la Asunción en el Valle de la Ermita (hoy Parroquia de la Santa Cruz del Milagro, zona 6).

Peregrinación de Jesús de Candelaria a las ruinas de su antiguo templo en la Antigua Guatemala en 1963 por su IV Centenario. (Foto: Hemeroteca PL)
El actual templo de Candelaria es de fábrica muy reciente, originalmente hubo una capilla donde fueron alojadas las imágenes más importantes, fue hasta 1861 en que siendo párroco Manuel Pizana, con el apoyo del general Rafael Carrera, se inició la reparación y ampliación de la obra. Los trabajos fueron concluídos en 1867 y bendecidos el 8 de agosto del mismo año por el obispo Manuel Barrutia.

Después de los terremotos de 1917-18 la iglesia fue modificada y en 1926 fueron estrenados los trabajos de remodelación y ampliación de la capilla del Nazareno, al frente de la cual se encontraba otra, en donde permanecía la Virgen de los Dolores del Cerro, colocada en un tronco de plata. La capilla de la Virgen fue demolida cuando fue ampliada la calle de Candelaria o 1a. calle de la zona 1. La iglesia sufrió severos daños en 1976, se abrieron grietas, las cuales fueron reparadas con el apoyo de los fieles y Mons. Marco Aurelio González Iriarte quien fuera párroco durante muchos años de la Candelaria.

El Nazareno

Aclarada la procedencia de la parroquia podemos adentrarnos en el origen de Jesús de Candelaria, realizado de acuerdo con el historiador Haroldo Rodas Estrada, para la ermita de Nuestra Señora de los Dolores del Cerro, que fungía a su vez como Calvario de la parroquia de Candelaria. La orden para realizar la escultura la hizo el fraile dominico Fray Tomás Serrano, capellán de la Ermita, quien levantó un inventario de los bienes de la capilla y anotó: “Se hizo una imagen de Jesús con la Cruz a Cuestas para el víacrucis que está en la sacristía”.

Durante muchos años la imagen recorría en víacrucis el barrio de la Candelaria el jueves santo de cada año y según se dice fue elaborada en madera de palmera o cerezo, según indica Rodas Estrada.

Otros autores adjudican la realización de la talla a Juan de Aguirre alrededor del año 1563, fecha que se ha conmemorado por lo menos en el siglo XX y la teoría aceptada por la Asociación de Devotos. En la primera mitad del siglo pasado se atribuyó incluso a Mateo de Zúñiga, sin embargo no hay ninguna prueba que fundamente las diferentes teorías.

Rodas Estrada indica que no hay indicios ni fundamentos para atribuirlo a Aguirre, quien fue un fraile lego franciscano que llegó a Guatemala hacia 1558, por lo que su centro de atención debió haber sido el Templo de San Francisco el Grande y no la parroquia dominica de Candelaria.

Otro hecho que refuta las anteriores hipótesis de su origen, según Rodas, es que la primera procesión documentada de la imagen fue en 1733 para una novena de rogación pidiendo el cese de una peste de viruela. A pesar de esto, hay un hecho que no puede pasar desapercibido ya que existe una bula extendida por el Papa Inocencio XI, del 19 de junio de 1677, donde establecía que la procesión de la cofradía de Jesús Nazareno de la iglesia de Santa María de la Candelaria de la ciudad de Guatemala debía salir el Jueves Santo, mientras que la de la Merced lo debía hacer el Viernes Santo.

Esto da la pauta que pudo haber existido alguna imagen de un Nazareno que no necesariamente fue el que ahora conocemos, dicha imagen pudo haberse destruido o la Cofradía no tenía en ese entonces una imagen titular como pasó en otros casos.  De lo que sí es seguro es que la imagen que se trasladó en 1784 al Valle de la Ermita con los bienes de la Ermita de los Dolores del Cerro.

A pesar del misterio en su origen, la imagen de Jesús de Candelaria es una creación única, refleja la trascendencia que la presencia cristiana tuvo en nuestro suelo en sus primeras etapas. Su devoción creció al punto que en 1917 la imagen fue Consagrada el 3 de febrero de dicho año, siendo el primer acto de ese tipo realizado en el Valle de la Ermita. En 1927 se le nombró como “Cristo Rey” al establecerse en el calendario litúrgico la fiesta de la Realeza de Cristo.

Aún sin confirmarse el autor o su año de burilación, en 1963 se celebró con gran pompa el Cuarto Centenario de Jesús de Candelaria llevando la imagen en peregrinación a su antigua casa en la Antigua Guatemala tomando como base la teoría de su burilación en 1563 por Juan de Aguirre.

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