Introducido a principios del siglo pasado en el país por comerciantes de pieles que liberaron varias parejas en distintos bosques germanos, desde entonces su cifra ha aumentado de manera exponencial.
En zonas como los alrededores de la ciudad de Kassel, en el centro de Alemania, se calcula que su densidad es de 100 animales por hectárea.
La Sociedad Cinegética Alemana subraya que, al tratarse de animales omnívoros, suponen una gran amenaza para la fauna pequeña local, sobre todos para las aves, ya que roban sus huevos de los nidos para alimentarse.