Internacional

Derrumbe de Bangladesh reactiva polémica sobre condiciones de trabajo

Al menos 175 personas murieron y otras mil resultaron heridas en Bangladesh por el derrumbe de un edificio de ocho plantas que albergaba talleres de confección, según un nuevo balance divulgado este jueves, cuya entidad reactiva la polémica sobre las condiciones de trabajo en las fábricas textiles que abastecen a Occidente.

Los equipos de rescate buscan supervivientes entre los escombros del edificio, este jueves en Savar, Bangladesh. (Foto Prensa Libre: AFP)

Los equipos de rescate buscan supervivientes entre los escombros del edificio, este jueves en Savar, Bangladesh. (Foto Prensa Libre: AFP)

SAVAR.- “El balance ahora es de 175 muertos”, dijo a la AFP Wali Asraf, un responsable de los servicios de socorro, precisando que muchas personas sepultadas bajo los escombros seguían pidiendo auxilio este jueves. El edificio Rana Plaza, que albergaba dos talleres de confección, varios comercios y un banco, se derrumbó como un castillo de naipes el miércoles por la mañana en la localidad de Savar, cerca de Dacca, la capital del país.

“El edifico se desplomó en minutos. La mayoría de los trabajadores no tuvo posibilidad de escapar”, dijo a la AFP el responsable del Departamento Nacional de Bomberos, Ahmed Alí. El balance anterior era de 159 muertos. Unas  mil personas fueron hospitalizadas, según Hiralal Roy, médico del hospital Enam, cercano al lugar de los hechos.

Este accidente volvió a poner de manifiesto los problemas de seguridad y las pobres condiciones laborales de la industria textil en Bangladesh, el segundo mayor exportador de ropa, que provee a minoristas de todo el mundo.

Según los grupos de defensa de los derechos laborales, se trata del peor accidente en una fábrica de la historia del país, lo que llevó al Gobierno a declarar un día nacional de luto este jueves.

La cadena británica de ropa a bajo precio Primark fue de las primeras en admitir que una de sus proveedoras estaba basada en el edificio Rana Plaza. “La compañía está conmocionada y profundamente triste por este terrible suceso y expresa sus condolencias a todos los afectados”, dijo en un comunicado.

Algunos de los obreros que trabajaban en los talleres de confección se habían quejado públicamente el martes por la noche de la existencia de fisuras, lo que desató pánico entre los trabajadores.

Llegó incluso a provocar una avalancha en la que resultaron heridas diez personas. Pero tuvieron que volver a trabajar por orden de sus jefes. “Los responsables nos obligaron a volver y, una hora después de que volviésemos, el edificio se derrumbó con un gran estruendo”, contó a la AFP Musumi, una obrera de 24 años.

Mustafizur Rahman, responsable de una unidad policial creada para tratar los problemas industriales, dijo que los propietarios de la fábrica ignoraron la advertencia de cerrar sus plantas. “Tras examinar las fisuras el martes, les dijimos que mantuvieran las plantas cerradas. Desafiaron nuestra advertencia”, dijo a la AFP.

En noviembre de 2012, un incendio en una fábrica en la que se producía ropa para varias marcas occidentales en Dacca dejó 111 muertos, el accidente más mortífero de la historia de la industria hasta ese momento, que se vio agravado por la mala calidad de los equipos de seguridad y el bloqueo de las salidas de emergencia.

En el lugar del hundimiento del miércoles, los cadáveres y las personas heridas eran evacuadas de la parte alta de los escombros. Equipos de bomberos y personal del Ejército seguían trabajando este jueves en el lugar del siniestro, intentando penetrar la montaña de hormigón y de acero y llegar hasta las personas que desde el interior pedían auxilio.

Provistos de perforadoras y palas, cientos de bomberos, soldados y socorristas luchaban con la esperanza de encontrar supervivientes en la montaña de escombros tras el terremoto.

Según el ministro del Interior, Muhiudin Khan, el edificio se construyó sin respetar la legislación en vigor. Musumi estima que unas 5.000 personas trabajaban en el edificio, que también alberga apartamentos y comercios. Uno de los talleres era New Wave Style, que en su página de Internet afirma abastecer a la compañía española Mango y la italiana Benetton.

La industria textil de Bangladesh es la segunda más importante del mundo. Abastece sobre todo a numerosas marcas occidentales de bajo coste.

Llueven las críticas contra este sector por no respetar las normas de seguridad. Los derrumbes de edificios en Bangladesh son corrientes, ya que las normas de seguridad en la construcción se aplican rara vez. En 2005, al menos 70 personas murieron al desplomarse un taller textil en las afueras de Dacca. Y en noviembre, 13 personas murieron por la caída de un puente en construcción en la ciudad portuaria de Chitagong.

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