Internacional

Cincuenta años del Apolo 1, la primera tragedia de la Nasa

El 27 de enero de 1967, hace ahora justo 50 años, la Nasa sufrió su primera tragedia: el incendio del <em>Apolo 1</em>, que supuso la muerte de los tres hombres que debían haberlo tripulado y casi hizo descarrilar todo el programa lunar americano

La Nasa recordó este jueves, con las banderas de EE.UU. a media asta en las instalaciones, el 50 aniversario de la tragedia del Apolo 1, en la que sus tres tripulantes perecieron al producirse un incendio en el módulo del comando durante un ensayo en Cabo Cañaveral  (Florida) .

En una ceremonia celebrada en el salón de la Fundación Conmemorativa de los Astronautas del Centro Espacial Kennedy, familiares de los astronautas fallecidos, directivos y exastronautas de la NASA rindieron un emotivo tributo a los héroes del espacio que “no han dado su vida en vano” .

Asimismo, se conmemoró el desastre del transbordador Challenger  (1986) , que estalló 75 segundos después de su despegue desde el centro espacial, y el del Columbia  (2003) , que se desintegró al regreso de una misión científica exitosa.

“Los tres astronautas del Apolo 1 perecieron en un trágico incendio en la cabina, pero de su muerte hemos aprendido importantes lecciones para inspirar a las generaciones futuras y continuar”  en la exploración y misiones espaciales, dijo Thad Altman, presidente de la fundación.

Homenaje a pioneros del espacio

Ante una ofrenda floral donde se leía en una cinta “Recordando a nuestros héroes caídos” , los asistentes al acto escucharon las palabras emocionadas de Sheryl Chafee, hija de uno de los tres pioneros astronautas que fallecieron el 27 de enero de 1967 en el incendio del Apolo 1, a causa de un cortocircuito en la cabina de la nave.

Chaffee evocó lo “devastador”  que fue para ella siendo una niña aceptar la muerte de su padre y crecer sin su figura, algo que en su infancia le produjo estados de “enfado, tristeza y confusión” .

Si embargo, la hija del astronauta fallecido en la cabina de la nave junto a sus compañeros Virgil Grisson  (comandante) y Edward White  (piloto) apuntó que, de aquella tragedia por un “fallo”  técnico, “aprendieron lecciones”  para “aumentar la seguridad en los viajes al espacio y volver seguros a la tierra” .

“Nuestra misión es no olvidar a los astronautas del Apolo 1”  ni a los que fallecieron en las otras misiones espaciales, añadió, unas “tragedias que nunca olvidaré. Siempre tendré vivo a mi padre en mi corazón” .

Catátrofe espacial

Un cortocircuito en la nave Apolo 1 provocó una chispa que causó la combustión del oxígeno a bordo y el inmediato incendio. Sin embargo, hasta ahora, la mayor catástrofe de la conquista espacial fue la del Challenger, que se desintegró el 28 de enero de 1986 con siete personas a bordo después de su lanzamiento ante miles de espectadores en Florida.

Por su parte, Robert Cabana, exastronauta y director del Centro Espacial Kennedy de la NASA en Cabo Cañaveral, enfatizó la importancia de “aprender del pasado”  y “crear y mantener una cultura de confianza y transparencia” , lo que resulta “crítico para el éxito”  de las misiones espaciales.

Cabana reiteró que este tributo rendido a los astronautas del Apolo 1 abarca también a “todos los héroes que hemos perdido y a los empleados que intentaron salvarles” , y que debe implicar la “evaluación de todos los datos y decisiones que se toman”  en los preparativos de las misiones para evitar los errores.

En el homenaje estuvo presente el exastronauta Michael Collins, comandante y piloto de la misión Apolo 11, la primera en la historia de la exploración espacial que aterrizó en la Luna, quien aseguró que las “lecciones aprendidas del Apolo 1”  ayudaron a “prevenir otros desastres” .

“Es cierto que hubo tres muertos, pero salvó años más tarde a más de tres”  con el “aumento de la fiabilidad”  y la mejora tecnológica, consideró Collins.
Y es que, pese al desastre del Apolo 1, el programa continuó para llevar a la Luna el 16 de julio de 1969, en la nave Apolo 11, a los astronautas Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins.

Patriotas

Tras alabar a las mujeres y hombres de la Nasa que se suben a una nave espacial para emprender un camino “hacia otra dimensión” , Collins dijo que estos astronautas fallecidos son “patriotas, una manifestación de por qué este país es grande” .

“Gracias por su sacrificio”, dijo en tributo a los que perecieron en la exploración espacial, una expresión de agradecimiento que hizo extensiva a los familiares de los astronautas muertos y a los equipos que trabajan codo a codo en las misiones espaciales.

“Conseguimos llegar a la Luna a causa del Apolo 1. No murieron en vano. Hicieron posible el aterrizaje en ese satélite y nunca olvidaremos a esa magnífica tripulación” , subrayó, por su parte, John Tribe, ingeniero del equipo del Apolo 1, quien relató cómo vivieron la tragedia en la sala de control de la estación espacial.
Una catástrofe de “responsabilidad colectiva”  y “fallos” , la de la misión Apolo 1, que, reconoció Tribe, les cambió la “vida a todos”  y les hizo tomar conciencia de que tenían que “hacerlo mejor y de forma más segura” .

Primera tragedia de la Nasa

Tendría que haber sido el primer gran paso hacia la llegada del hombre a la Luna. Sin embargo, tres astronautas murieron en un incendio durante una prueba en tierra de la pequeña cápsula espacial el 27 de enero de 1967, un mes antes de la fecha de lanzamiento prevista para el “Apolo 1”.
El aclamado comienzo del proyecto Apolo se convirtió así en la primera gran catástrofe de la agencia espacial estadounidense (Nasa).
Era la primera vez en la historia de la navegación espacial estadounidense que morían astronautas en acto de servicio. Virgil Grissom, Edward White y Roger Chaffee dieron su vida por el país, aseguró el entonces presidente, Lyndon Johnson. “Tragedia en Cabo Cañaveral”, tituló “The New York Times” al día siguiente.
El accidente retrasó el programa espacial estadounidense y el proyecto Apolo y los expertos tuvieron que concentrarse aun más en las medidas de seguridad para los astronautas.
La prueba de aquel 27 de enero tenía como objetivo simular el primer despegue de la cápsula Apolo en el cohete Saturno, previsto para el 21 de febrero de 1967. Pero a las 18:31:03 hora local, Chaffee informó de que había fuego en la cápsula. Nueve segundos después la temperatura dentro de la cápsula empezó a subir rápidamente y el suministro de oxígeno en los trajes de los astronautas disminuyó. La causa de la muerte fue “asfixia por inhalación de humo”. Chaffee, Grissom y White no tuvieron ninguna posibilidad.
“Siempre puede ocurrir un fallo catastrófico, por supuesto, eso puede pasar en cualquier vuelo, en el último o el primero”, había reconocido poco antes Grissom, asegurando que había que desterrar el temor a la muerte.
Según determinaron las investigaciones posteriores, el fuego fue provocado por un fallo en el sistema eléctrico. Pero tras ese motivo había mucho más: controles de calidad defectuosos, insuficiencias técnicas en la cabina -como una escasa protección antiincendios-, procedimientos de salida de la cápsula demasiado complejos, una evaluación errónea de los riesgos de la prueba y falta de planes de emergencia.
Muchos de esos errores fueron una consecuencia de las presiones que vivía la Nasa en medio de la carrera espacial en la que estaba inmerso Estados Unidos con la URSS.
Durante los 20 meses que siguieron no hubo vuelos Apolo tripulados al espacio, sino que se anunció un análisis de errores. “A partir de ahora la supervisión de los vuelos se conocerá por dos características: será estricta y competente”, afirmó el director de vuelo del programa Apolo, Gene Kranz.
“Ser estrictos significa que siempre seremos responsables de lo que hacemos y de lo que no hacemos. Nunca volveremos a comprometer nuestra responsabilidad. Ser competentes significa que nunca volveremos a dar nada por hecho. La supervisión de la misión será perfecta”, añadió.
Finalmente, en octubre de 1968 el “Apolo 7” completó con éxito la misión prevista para el “Apolo 1”. Pasó diez días en el espacio, orbitó la Tierra más de 160 veces y llevó a cabo numerosas pruebas. En diciembre de 1968 el “Apolo 8” orbitó la Luna por primera vez y en julio de 1969 el hombre pisó el satélite por primera ver con la misión “Apolo 11”.
El objetivo del programa Apolo se había conseguido, pero la catástrofe del “Apolo 1” no sería la última de la NASA. En 1970 la tripulación del “Apolo 13” consiguió salvarse y volver a Tierra después de que explotase un depósito de oxígeno. En 1986 estalló la nave espacial “Challenger” y murieron sus siete tripulantes, y en 2003 se produjo la tragedia del “Columbia”, en la que también murieron siete astronautas.
Estas dos últimas tragedias son recordadas con monumentos en el cementerio nacional de Arlington de Washington. Varios congresistas intentan desde hace tiempo que también las víctimas del “Apolo 1” tengan su propio memorial.

Accidentes mortales

La historia de la navegación espacial tripulada está repleta de éxitos pero también de tragedias mortales.
Enero de 1967: Tres astronautas estadounidenses muere asfixiados durante una prueba en tierra del “Apolo 1”. Un cortocircuito desató un incendio en la cabina.
Abril de 1967: Una cápsula soviética “Soyuz” estalló durante el regreso a Tierra debido a un fallo con el paracaídas. El cosmonauta que iba a bordo murió.
Abril de 1970: El alunizaje del “Apolo 13” tuvo que cancelarse tras la explosión de un depósito de oxígeno. La nave, que había perdido la capacidad de maniobrar, consiguió aterrizar con éxito tras una espectacular maniobra de rescate y sus tres astronautas se salvaron.
Junio de 1971: Tres cosmonautas murieron por un fallo en la compensación de la presión en una cápsula “Soyuz” cuando regresaba a Tierra.
Enero de 1986: La nave “Challenger” explotó 73 segundos después de despegar de Cabo Cañaveral y cayó en el océano Atlántico. Murieron los siete astronautas que iban a bordo.
Febrero de 2003: El transbordador espacial “Columbia” se desintegró al entrar en la atmósfera terrestre en su viaje de vuelta y murieron sus siete astronautas. Uno de los escudos térmicos ya estaba dañado en el momento del despegue.

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