El técnico Carlos Way y el guardarrecursos Adrián Hernández fueron heridos de bala de rifle calibre .22 y pistola 45 mm, denunció Julio Castro, delegado del Conap en esa región.

Se sospecha que los ataques fueron perpetrados por personas afectadas por el trabajo que las víctimas ejercían para preservar la ecología de las de áreas protegidas.

Castro dijo que a las autoridades del Conap les parece curioso que los atentados se hayan registrado en tan poco tiempo, y exigen a las autoridades investigar los hechos.

Sospechan que los ataques provienen de afectados por políticas que ejecuta el Conap para evitar la caza y tala ilegal.

Cazadores furtivos se internan en el bosque para atrapar venados, tepezcuintles, serpientes, caimanes, aves y otros animales.

Las áreas protegidas están en el volcán de Ipala, Chiquimula; Agua Blanca, y los volcanes Ixtepeque, Suchitán y Las Víboras, en Jutiapa.

Guardarrecursos del Conap, quienes no tienen armas y son muy pocos, señalan que cazadores ilegales incursionan en esas regiones.

Dicen que ven que ingresa gente desconocida con rifles, y en la noche se ven luces con las que acechan y persiguen a sus presas.

También se encuentran comederos artificiales, que usan como trampa para atraer a los animales.

El Conap, con el apoyo de agentes de la División de Protección a la Naturaleza (Diprona) y el Ejército, efectúa operativos en los que decomisa carne y ejemplares de animales cuya caza está prohibida.

También capturan a quienes encuentran con evidencias, por lo que se sospecha que los ataques contra Way y Hernández pudieron venir de afectados por la ley contra la caza, o por la prohibición de tala de bosques, como lo supone la Conap.